Especialistas reciben hasta diez consultas semanales por TDAH

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es una afección crónica que afecta a millones de niños y a menudo continúa en la edad adulta. Se trata de una combinación de problemas persistentes tales como dificultad para mantener la atención, hiperactividad y comportamiento impulsivo.

En este contexto,  especialistas consultados por El Territorio sostuvieron que un diagnóstico a tiempo y un tratamiento adecuado con impacto en los diferentes ámbitos de la vida, pueden reducir los síntomas, ayudando a compensar las dificultades de quien lo padece mejorando su calidad de vida.

Desde el Servicio de Neurología del Hospital Fernando Barreyro, atienden hasta diez consultas semanales por TDAH y el 80 por ciento de los casos son hereditarios. Según indicaron, los primeros síntomas aparecen alrededor de los 3 años o en el inicio escolar.

“Únicamente el criterio del exceso de energía no es suficiente para dar un diagnóstico. A los niños con TDAH les cuesta mucho más captar y aprender cosas nuevas, así que pueden presentar problemas de rendimiento académico”, detalló la neuróloga Natalia Artigas, del mencionado servicio.

En la misma línea, amplió que estos síntomas pueden interferir con las relaciones sociales, lo que lleva a una sensación de aislamiento y a una disminución de la autoestima.

Además, también interfieren con la función ejecutiva, con tareas como la organización, la planificación, la priorización, la atención y el recuerdo de los detalles.

“Se ha demostrado que el 80 por ciento de los casos son hereditarios, teniendo la probabilidad de presentar el trastorno mayor si algún progenitor está afectado, es decir,  que el padre o la madre tienen TDAH”, explicó Artigas.

Tratamiento

Según profundizó en la temática, los beneficios de un diagnostico y un tratamiento temprano multidisciplinario, con terapias o fármacos, facilita a que el niño pueda adaptarse socialmente a diferentes ámbitos y lograr un desarrollo cognitivo y emocional adecuado.

“Un niño todavía esta en pleno desarrollo de su plasticidad neuronal y se pueden cambiar muchos aspectos que involucran redes neuronales y procesos que requiere para un adecuado aprendizaje. En el adolescente se pueden ver trastornos conductuales oposicionistas y  más ansiedad”, señaló la neuróloga. 

Por su parte, el médico pediatra Guido Barreyro, especialista en TDAH, comentó que el riesgo de no recibir un tratamiento es que con el tiempo todas esas áreas que son psicoestimuladas y que no tienen los neurotransmisores naturales normales hacen que estos chicos traten de ir compensando.

“Esto puede ser con sustancias que le den placer como el azúcar, la gaseosa en la primera infancia, y después vienen otro tipo de sustancias, que pueden provocar adicciones”, recalcó.

La provincia de Misiones tiene una ley sobre el TDAH, lo que hace que la medicación sea más accesible. En tanto, para diagnosticar este trastorno, no hay ningún marcador (biológico, electroencefalográfico, conductual o psicológico) único y que diagnostique por sí solo.

Mirada psicopedagógica

Desde la mirada de la licenciada en Psicopedagogía Myriam Báez, especialista en Apoyo a la Inclusión, mencionó que en su día a día, el síntoma en chicos con TDAH que más se repite es la dificultad para permanecer sentados.

“En el aula, en la plaza y a la hora de comer, siempre están en movimiento. Mueven las manos, los pies, necesitan esta descarga permanente. Responden antes de que uno termine de hacerle la pregunta y mantienen una verborragia, en algunos casos. Esto también es clave porque no pueden tolerar la espera”, contó.

En sintonía, destacó que la falta de tratamiento y de intervenciones tempranas, aumenta el riesgo de adicciones y conductas impulsivas en adolescentes y adultos.

Asimismo, la falta de autorregulación y de habilidades ejecutivas puede llevar al caos y tener consecuencias negativas.

“La educación debe atender y sostener la diversidad de los estudiantes y pacientes. Ofreciendo intervenciones breves y efectivas para mejorar su atención y completar sus tareas. Esto no solo mantiene la calidad educativa, sino que también es importante para aquellos con dificultades para mantener la atención”, añadió la psicopedagoga.

Causas

Existen muchos factores de origen biológico y factores psicosociales y ambientales como posibles agentes desencadenantes, facilitadores o agravantes.

“Las teorías explicativas neuroquímicas describen como un fallo en el desarrollo de los circuitos cerebrales del córtex prefrontal, los ganglios basales y las conexiones frontoestriadas. Esto provoca fallos en el sistema ejecutivo del cerebro y los mecanismos de inhibición y autocontrol”, especificó la neuróloga Artigas.

Estas complicaciones en el funcionamiento cerebral se explican debido al desequilibrio en las sustancias químicas del cerebro encargas de transportar la información.

“Este déficit  genera problemas en las funciones ejecutivas, responsables de dirigir el foco de atención, planificar, organizar y regular la conducta e inhibir estímulos irrelevantes del entorno”, concluyó la especialista.

Aspectos a tener en cuenta

Indicadores
Los síntomas del trastorno por déficit atencional incluyen dificultades para mantener la atención, hiperactividad e impulsividad. Esto afecta la autoestima y el rendimiento escolar.  Algunos chicos mueven pies y manos sin parar y hablan constantemente, sin poder esperar el turno.

Detección
Lo importante es una detección temprana con pediatras, neurólogos y luego, acompañamiento psicopedagógico. Es clave el tratamiento familiar porque muchas veces el trastorno es hereditario y cuanto antes se realice el diagnóstico, el chico podrá mejorar su calidad de vida y la de su entorno.

Tratamiento
Es multidisciplinario con terapias o fármacos según el caso. En la terapia conductual se trabajan los hábitos, las rutinas, las posibilidades de prestar atención y la autorregulación. El objetivo es propiciar ambientes que contengan la riqueza de los estímulos de manera correcta.

Edades
Los síntomas del TDAH comienzan antes de los 12. En algunos niños, se notan a partir de los 3 o en su inicio escolar, durante el primer contacto con el aula.
Estos síntomas pueden ser leves, moderados o graves, y pueden continuar hasta la edad adulta.