Menos pantallas y más miradas, volver a lo simple

Oda al aburrimiento para recuperar el juego espontáneo

Claves para que los adultos puedan, favorecer, acompañar y sostener este momento que bien gestionado ayuda a la creatividad, la resolución de problemas y el desarrollo cognitivo
domingo 16 de abril de 2023 | 6:05hs.
Oda al aburrimiento para  recuperar el juego espontáneo
Oda al aburrimiento para recuperar el juego espontáneo

El calendario semanal ya está estructurado y colgado a la vista de todos en la cocina. Los lunes, miércoles y viernes hay que llevar a los chicos a danza y fútbol, martes y jueves inglés y música, los sábados y los domingos el tiempo se reparte entre cumpleaños mezclados con torneos o galas artísticas. En el medio hay que hacer los deberes escolares.

La agenda varía según los gustos y posibilidades de cada familia, pero los cierto es que deja cada vez menos margen para el ocio, el aburrimiento y el juego espontáneo que surgen de estos espacios.

Es que jugar también tiene que ver con aburrirse. Y como indican los especialistas, favorece varios ámbitos del desarrollo infantil, colabora tanto con el aprendizaje social, como el cognitivo.

Estas líneas buscarán ser un salvataje del juego espontáneo que se avizora como una experiencia en extinción, ya que en la actualidad es común escuchar que los niños se aburren, sobre todo aquellos que viven sobre estimulados con actividades y pantallas.

El abuso de pantallas no estimula la creatividad. Foto: Víctor Hugo Paniagua

“En el momento en que el niño carece de esos estímulos aparece el aburrimiento, ese ‘no sé qué hacer, pero lo quiero hacer ya’. Y el adulto en su afán de complacer, pero sin tiempo, se queda sin herramientas ni ideas”, comenzó explicando Leticia Ferreyra, licenciada en Educación, profesora de Nivel Inicial y asistente Montessori.

Aburrimiento, oportunidad
En esa línea de pensamiento Cintia Krijanosky, profesora en Educación Especial y maestra en Ñemity -espacio de atención a la infancia-, ve una oportunidad de trabajo interno cuando un niño está aburrido y “es necesario que los adultos podamos acompañar el momento con paciencia; porque la búsqueda de alternativas es aprendizaje en el que participa plenamente el niño. Después se podrá traducir en recursos para salir adelante en las dificultades, sin quedar estancado en las frustraciones o el mal humor. Funciona como una ejercitación interior, va permitiendo elaborar salidas y mantener cierto bienestar frente al momento de no saber qué hacer o como entretenerse”.

“El tiempo libre, el espacio y el momento de juego es fundamental para el desarrollo del niño, le permite explorar y conocer su entorno. Ser parte del mundo, favorece la construcción de vínculos en el encuentro con otros, posibilita su desarrollo motor, emocional y cognitivo. El niño que juega enriquece su cerebro, su cuerpo y su vida”, completó Ferreyra.

Las claves
Ambas entrevistadas coinciden en que el tiempo libre debe ser independiente de pantallas y de actividades extraescolares, y que el aburrimiento no debería dar culpa a los adultos. Invitaron a no resolverlo con la TV o el celular, “hoy vivimos las secuelas de su uso: retrasos en el lenguaje, niños solitarios, juegos violentos, problemas de visión... propongamos espacios sanos, de movimiento, de diálogo, de afecto, de encuentro con otros que le permitan construir una infancia sana y feliz”, propusieron.

Para ellas jugar en familia es clave, brinda un ámbito propicio para mejorar los vínculos, para abrir un espacio al diálogo. E indican que si no hay costumbre de jugar juntos o los adultos están con poca energía por su trabajo y responsabilidades, se puede empezar con crear momentos diarios para encontrarnos y estar disponibles e interesados en los hijos. No darse por vencidos “si nos sentimos algo rechazados o no comprendemos sus intereses. Hay que darle batalla al disgusto y tenerse paciencia, porque eso nos ayudará a mantener un ritmo de encuentro familiar”, concluyeron.

 

Acompañar distintas etapas

Ferreyra detalló una serie de tips para poder acompañar:

  • Con muy pequeños, la mayor parte del juego es motor y sensorial, así que los padres debemos estimular brindando algunos objetos que favorezcan esa etapa. Cucharas, ollas, cajas, subir y bajar escaleras, correr al aire libre pueden ser aliados.

  • Brindar dedicación plena, con miradas y palabras (sin celular), favorecen su sano desarrollo.

  • Para los más grandes tenemos que proponer momentos de calidad, la lectura de un cuento, jugar con luces y sombras en la cama antes de dormir, las escondidas, sumarlos a las tareas cotidianas.

  • El niño no necesita constantemente del adulto para jugar, es fundamental que se aburra para que aparezca la creatividad y la imaginación. No llenarlo de cosas y juguetes sino darles tiempo y elementos simples con los que crear e imaginar.

 

Claves para el adulto

Para Krijanosky, el juego es inherente a la infancia, sin embargo, no siempre aparece. “Como adultos podemos hacer mucho para recuperarlo”

  • Que el juego vaya transformándose según el crecimiento y los intereses.

  • Buscar un clima de calidez y buen humor (aunque las cosas se pongan difíciles) para que el juego emerja y se sostenga.

  • No es necesario abarrotar de propuestas el momento, sino más bien tener práctica en encontrarnos y estar disponibles para acompañar con ideas lúdicas que abran la interacción.

  • Probablemente tengamos que poner límites porque para jugar en comunidad es necesario reconocernos.

    La confianza también se sostiene en los límites claros, respetuosos y coherentes que operan cuidando a los niños y orientando el juego.

  • Es bueno estar cerca y acompañando, con cierta disponibilidad cuando están de tiempo libre, porque según la edad pueden necesitar distintos apoyos.

El juego es cosa seria Un abracadabra que abre las puertas al mundo El juego como una estrategia esencial de aprendizaje Vínculos y aprendizaje en la primera infancia Tiempo para generar un pensamiento crítico La pantalla ocupa el espacio vacío del adulto

Temas de esta nota
¿Que opinión tenés sobre esta nota?