El juego como constructor de roles

Tiempo para generar un pensamiento crítico

No somos la única influencia de los niños, pero sí podemos dar herramientas para reflexionar y deconstruir patrones nocivos
domingo 16 de abril de 2023 | 6:05hs.
Tiempo para generar un pensamiento crítico
Tiempo para generar un pensamiento crítico

Ellas mamá o ama de casa, ellos con herramientas, manejando maquinaria. Los definen las tareas, los colores, las no elecciones. El binarismo no está superado, pero depende de nosotros abrir la jugada desde las infancias, no sólo para conectar con habilidades psicomotrices, sociales y todo lo que este informe explaya, sino para definir un pensamiento empático y crítico, alejado de estereotipos.

Los roles de género en el juego son una de las imposiciones sociales desde temprana edad y el por qué quieren ser únicamente las nenas princesas o los nenes jugadores de fútbol.

Tal como define Lucía Fretes, antropóloga social, especialista en ESI, sexualidades y violencias, hay cuestiones del binarismo que están tan enraizadas que ni siquiera cuestionamos. Desde las estadísticas o políticas públicas que se dividen en hombres y mujeres, por ejemplo, y tantas otras que no nos permiten ver que el género es una construcción y que así como lo construimos, podemos deconstruirlo para hacer una sociedad más igualitaria.

Entendiendo que todo el sistema lúdico tiene que ver con incorporaciones de nuestra cultura a los juegos, desde tiempos remotos se buscó moldear a las niñas para la vida doméstica -buenas madres y amas de casa- y a los niños para el ambiente público: proveedores y con habilidades técnicas. Basta pegar un vistazo a la última campaña de Mujeres que no fueron tapa en redes, para ver las marcadas diferencias entre la influencia del juego por género.

A raíz de la evolución social, hoy mucho se cuestiona y si bien ‘‘se trata de crear alternativas que tengan que ver con el desarrollo psicosocial de toda la infancia y apelar a otras habilidades, no podemos negar que todavía hay espacios como los jardines, las salas maternales y otros, donde aún se reproduce este binarismo con zonas de juego específicas de mujeres o de varones y donde todavía no hemos podido pensar lógicas distintas’’, alegó Fretes dando cuenta de cómo en los ámbitos educativos persiste la lógica de distinguir varones de mujeres.

De esta manera es que puntualizó que desde las familias es clave pensar qué elementos le podemos dar a los niños para no reproducir estereotipos. Es imperante reflexionar sobre qué habilidades se desarrollan para que sean seres respetuosos y que puedan aprender a relacionarse con el otro desde un lugar de tolerancia y empatía.

Así, según la investigadora de la Unam, mucho de lo que se ha permeado en el ambiente lúdico, tiene que ver con el acceso de infancias a las tecnologías, con apps muy simples que les permiten vivir realidades alternativas, la posibilidad de ser de otra manera a la impuesta y por consiguiente abrir la mente a nuevos géneros y nuevas culturas.

Los chicos absorben patrones de la escuela, la tele, los abuelos, los pares, ¿cómo podemos ir deconstruyendo algunos que notamos?
Tenemos que entender que no vamos a poder ser la única influencia de los niños, entonces tenemos que generar en ellos un pensamiento crítico, poner en tensión, en perspectiva algunas cuestiones. Si, por ejemplo, vienen con la idea de que las nenas sólo usan rosado, preguntarles ‘¿no te parece que hay otros colores?’. Hacer un diálogo continuo porque la cercanía con el niño es la que nos va a dar la pauta, en tanto y cuanto estemos dispuestos a responder sus preguntas y jugar con ellos.

¿Cómo potenciamos ese pensamiento crítico?
Es fundamental el juego. Si el juego es solo de niños tiene una finalidad y está muy bueno, pero hay momentos en que el juego compartido permite justamente pensar críticamente ciertos elementos. Decirles ‘¿qué te parece si jugamos a que somos empresarias en vez de a la mamá?¿Y si nos vamos de viaje?’. O sea, vos podés proponerle al niño otras realidades, podés proponerle lecturas, la lectura es fundamental. Hay talleres en la Biblioteca Popular Posadas, por ejemplo, para que el niño abra el acceso a mundos distintos. Leer otras realidades te abre la cabeza.

Aprovechar el juego para dialogar. Si uno construye una relación y un vínculo con los niños, cuando hagan preguntas más adelante de sexualidad, cuando haya que explicar uso de redes, cuando uno tenga que poner ciertos límites, va a ser absolutamente distinto. Eso también lo tenemos que trabajar, no sólo en la selección de los juegos y cómo influye en sus identidades de género, sino en ir acompañando ese crecimiento, que el juego sea un vínculo para la relación padre-hijo, porque definitivamente eso después va a hacer todo más sencillo y los va a transformar en personas mejores.

¿Como nos adaptamos a la oferta-demanda de juguetes comerciales que siguen un parámetro patriarcal?
El juego es un recurso para la adquisición de conductas sociales, en la medida que la sociedad presione a partir del uso hacia cierto juguete, el capitalismo se adapta. Ahora el capitalismo vende, porque en definitiva lo que no hay es una responsabilidad ni en la educación con respecto a la ESI, ni en la paternidad con respecto a qué se consume. Entonces, si nosotros podemos transformar estas relaciones para pensar una demanda distinta, la oferta va a cambiar. El tema es qué estamos necesitando y qué estamos solicitando como sociedad. Pero es un trabajo de todos los días y es cuestión de buscar, porque hay juguetes para todos y oferta para todo.

En la misma línea que la mayoría de lo entrevistados de este informe dominical, Fretes sumó que los juegos de mesa tradicionales y en especial los juegos al aire libre son una excelente opción para crear vínculos en los niños y que es clave que los adultos propicien estos espacios.

Lo lúdico no sólo como necesidad inherente del humano sino también como el gen de cambio que avizoramos para una sociedad más justa y equitativa.

El juego es cosa seria Un abracadabra que abre las puertas al mundo El juego como una estrategia esencial de aprendizaje Oda al aburrimiento para recuperar el juego espontáneo Vínculos y aprendizaje en la primera infancia La pantalla ocupa el espacio vacío del adulto

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