En la Reducción de Loreto se realizó ayer el vía crucis viviente

Un antiguo camino de fe que invita a renovar la esperanza

La antigua vía procesional que recorrían guaraníes y jesuitas en el período misional es hoy un convocante centro espiritual al que llegan feligreses y turistas en Semana Santa
sábado 08 de abril de 2023 | 5:30hs.
Un antiguo camino de fe que invita a renovar la esperanza
Un antiguo camino de fe que invita a renovar la esperanza

Como hace casi cuatro siglos, por el sendero sagrado del pueblo reduccional de Loreto caminaron ayer los católicos para acompañar simbólicamente a Jesucristo en su calvario y crucifixión.

La devota travesía de unos 1.400 metros es la antigua vía procesional, que unía la capilla de la Virgen de Loreto, el templo principal y la capilla del Monte del Calvario, levantada en la cima de un cerro que se eleva unos 200 metros. Cada Viernes Santo, el pasaje recibía a sacerdotes y cientos de indígenas locales y de otros pueblos de las Misiones, que peregrinaban con cánticos y oraciones.

Evocación y fe
En esta huella histórica que atraviesa los vestigios de la misión guaraní jesuítica de Loreto, en un paisaje de selva y pájaros que más adelante cederá el verde a eucaliptos y un pinar, se congregaron los creyentes en las primeras horas del día para ser parte del Vía Crucis viviente y renovar la esperanza de fe y de vida que entraña el profundo significado de la Pascua.

Integrantes de la Pastoral de la Juventud interpretaron la Pasión de Cristo, desde el Pretorio donde es condenado a muerte por Pilatos hasta el Monte Calvario.

Integrantes de la Pastoral de la Juventud de la Iglesia representaron el vía crucis. Foto: Marcelo Rodríguez

Andando las catorce estaciones, la columna de feligreses evocó mediante la representación, el dolor del Nazareno, la traición de Judas y de su gente... Ante los ojos conmovidos de grandes y chicos, Jesucristo cargó su pesada cruz y doblegado en sus fuerzas cayó al suelo y volvió a levantarse para cumplir con el designio de salvación del Padre.

En la cuarta estación la Virgen María ve a su hijo condenado a muerte. Foto: Marcelo Rodríguez

Huella de identidad
Juan Rubén Martínez, obispo de la Diócesis de Posadas, hizo el recorrido y resaltó el valor de este centro religioso que se recuperó en 2013 y que está enraizado con la identidad de la religiosidad en la región y evidencia a su vez un rico pasado que abarca varios siglos de historia y presencia en estos territorios.

En 2013 se recuperó el camino de fe de jesuitas y guaraníes. Foto: Marcelo Rodríguez

“Esta vía procesional la recorrían los guaraníes de las Misiones hace 400 años, los que vivían en Loreto y los que llegaban de otros pueblos. La capilla del Monte del Calvario, que es donde termina el camino, es la única capilla externa, este era el único Vía Crucis externo a la reducción, y hace unos años los propietarios de las tierras cedieron en comodato como para poder abrir el camino y de esta manera recuperar esta ruta que tiene un profundo significado histórico y de fe y que está hoy todo señalizado”, explicó.

Al término del Vía Crucis en lo alto del cerro -y con el fondo del sitio arqueológico donde se trabaja en la investigación y recuperación de la capilla original-, el obispo dio su bendición y pidió acompañar a Jesucristo “en este día en que por amor da su vida para redimirnos y para salvarnos”.

“Ojalá -continuó- que como en este Vía Crucis que los jóvenes representaron poniendo todo su corazón, nosotros también podamos llevarlo a nuestras vidas, para morir en muchas cosas, en tantos dolores y sufrimientos y resucitar junto a Jesús en la Pascua con la esperanza y la fe renovadas”.

En tanto, Francisco Javier Alegre, párroco de Loreto y Santa Ana y rector del Santuario de Nuestra Señora de Loreto, contó que los jóvenes que desarrollaron el Vía Crucis integran la Pastoral de la Juventud, la mayoría en la Parroquia San Antonio de Posadas, “vinieron a colaborar con esta celebración y vemos como algo muy lindo la repercusión con tantas personas que han sumado para la realización de este evento y también la gente que ha llegado de distintos lugares para vivir el vía crucis, cada persona con las intenciones de su corazón”, a lo que añadió: “Poder hacer esta procesión como lo hacían hace cientos de años, es un camino de fe que nos lleva a reflexionar y a acercarnos más a Jesús. Y ese es un mensaje para vivir esta Semana Santa, que sepamos y que confiemos siempre, que si le pedimos a Jesús, él nunca nos dejará solos, él nos escucha”.

Asimismo refirió que el centro espiritual de Loreto “se viene consolidando de la mano del trabajo de nuestro obispo y de tantas otras personas, primero con la procesión a Nuestra Señora de Loreto, después con la apertura y recuperación de esta vía procesional, este vía crucis en este lugar es parte de nuestra fe”.

Miles de fieles en Cerro Monje
El Cerro Monje, en la localidad de San Javier, es sin dudas uno de los centros de fe más convocantes en Semana Santa. Con una larga tradición en la celebración del Vía Crucis viviviente, ayer Viernes Santo, más de 8 mil personas subieron la cuesta que lleva hasta la capilla y deja a la vista un bello mirador natural.

La Pasión de Cristo termina en un cerro donde había una antigua capilla. Foto: Marcelo Rodríguez

Así, luego de la pandemia, el Cerro Monje recuperó el caudal de visitantes que llegaron de distintos puntos de la provincia, de otras provincias y de países vecinos para cumplir promesas y pedir por sus seres queridos que están atravesando situaciones difíciles.

La Unidad Regional VI de la Policía de Misiones custodió la significativa jornada religiosa, que se desarrolló de la mejor manera y con gran devoción acompañada por el clima, se contabilizó el ingreso de 900 vehículos.

Con la información decorresponsalía San Javier

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