Tiene que ser nuestra
Hace muchos años que Qatar se impuso como destino turístico, pero hace más de dos décadas que la península del Golfo Pérsico también emprendió el camino para ser sede de los mayores eventos deportivos.
Claro que los petrodólares jugaron un papel fundamental para que Qatar, en general, y Doha, en particular, empezaran a armar un imperio de lujo para recibir a la copa del mundo. Es que la capital qatarí cuenta con edificios de lujo y centros de entrenamientos del más alto nivel para las selecciones, pero también pensando en los fanáticos que empezaron a copar la ciudad.
Banderas de todos los países empezaron a verse no sólo en los aeropuertos de Doha, sino también por las calles. Además, los que se aventuran a salir a pasear sin dudas son los turistas. Los locales están acostumbrados a los lujos que ofrece la ciudad y por eso se resguardan del calor en sus casas o los centros comerciales con aire acondicionado.
La gente pasa frente a una pintura de Maradona en el centro de Doha.
Pero por las calles de Qatar todo gira en torno a la copa del mundo. Si bien los anfitriones no son los más apasionados por la redonda, sólo basta con nombrar a Lionel Messi para que empiece la charla futbolera.
Además, en Qatar, la mayor parte de la población es extranjera. Muchas personas llegaron a la península para trabajar y por eso el fanatismo por Messi y Diego Maradona está a flor de piel cuando se habla de fútbol.
Si bien todo parece encaminado para que la pelota empiece a rodar, cerca de los estadios hay construcciones a medio terminar. En ese sentido, durante la noche no paran los trabajos de mantenimiento en plazas, autopistas y todo lo que tenga que ver con los medios de transporte, vitales para que la logística de la copa del mundo sea perfecta.
En poco menos de un mes, Qatar prácticamente duplicará su población y por eso trabajan a destajo para que los transportes y todo lo que refiere a movilidad no se vea afectado por el Mundial.
Qatar buscó ser sede para mostrarse al mundo. Atrajo con sus lujos y sus servicios, pero a partir de este momento la lupa se centrará en la pequeña península del Medio Oriente, que rendirá un examen constante para ver si ese trabajo de más de dos décadas rindió o no sus frutos.
Medida polémica
La Fifa anunció el pasado viernes que no habrá venta de bebidas alcohólicas en los ocho estadios sede del Mundial.
La controvertida decisión dio marcha atrás a un acuerdo previo por el que los aficionados tendrían permitido el consumo de cerveza “en áreas seleccionadas dentro de los estadios”, a pesar de que su venta está estrictamente controlada en el país musulmán.
“Luego de las discusiones entre las autoridades del país anfitrión y la Fifa, se tomó la decisión de concentrar la venta de bebidas alcohólicas en los ‘Fan Fest’ de la Fifa y otros lugares autorizados”, señaló el comunicado oficial.
En Qatar rige la ley islámica (sharia), la cual limita la venta de bebidas con alcohol. Los qataríes sólo pueden comprarlo con un permiso especial y los extranjeros pueden consumirlo en sitios específicos, como hoteles.
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