Entre los lujos y la sustentabilidad
Después de dos mundiales como Brasil y Rusia, dos de los países más grandes del mundo en cuanto a extensión, llega un cambio rotundo. Qatar tiene poco más de 11 mil kilómetros cuadrados de superficie y Doha, que será el epicentro de la fiesta mundialista, 132 kilómetros cuadrados.
Pero los anfitriones apuestan a deslumbrar con su organización y con los lujos que ofrece un país con mucho dinero, devenido de la explotación de pozos petroleros.
Hace ya varias décadas que Qatar comenzó a planificar lo que hoy es un país reconocido por sus lujos. A la par, Qatar decidió darle un giro a la organización y por eso se convirtió en el primer Mundial sustentable de la historia.
Se inspeccionaron principalmente la infraestructura y servicios de accesibilidad para aficionados discapacitados, el reciclaje de residuos, la adquisición de artículos necesarios para la entrega del torneo (uniformes hechos de plásticos reciclados, por ejemplo).
Además de las innovaciones en los estadios, desde la organización previeron que las villas en las que se alojarán miles de fanáticos luego serán reutilizadas o bien desarmadas, ya que Qatar no cuenta con tantos habitantes y la oferta hotelera se basa en ofrecer espacios de lujo para los turistas.
La Fifa se comprometió a ofrecer una copa mundial totalmente neutra en carbono e implementar estándares líderes de construcción sostenible, prácticas de gestión de residuos y agua, y soluciones de bajas emisiones. Su objetivo principal es dejar un legado de experiencia, tecnologías, negocios y estándares de gestión ambiental de clase mundial en Qatar y la región.
