El odio reciclado en Argentina (segunda parte)

jueves 08 de septiembre de 2022 | 6:00hs.

Afortunadamente, nada menos que en el Conicet, organismo nacional rector en cuanto a investigaciones sociales o de otro tipo, la conducta social del odio dio lugar a un estudio, en el año 2021, que estuvo a cargo del doctor Ezequiel Ipar1, con el apoyo de las instituciones Grupo de Estudios Críticos sobre Ideología y Democracia (Gecid), del Instituto de Investigaciones Gino Germani (IIGG, FSOC, UBA), y el programa Lectura Mundi, de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam), sintetizado en la sigla académica Leda.

El estudio se originó porque “uno de los aspectos que más nos interesa indagar, en torno a la crisis de las democracias, es el debilitamiento que ciertos valores y consensos democráticos experimentan en algunos grupos de la sociedad civil”, afirma el Dr. Ipar.

El equipo del Leda realizó una encuesta telefónica a nivel nacional a 3.140 personas (todas mayores de 16 años), que permitió sistematizar información en torno a las tendencias en la sociedad argentina a aprobar y reproducir Discursos De Odio (DDO) y otros prejuicios sociales en la esfera pública. Los científicos definen a los DDO como “cualquier tipo de discurso pronunciado en la esfera pública que promueva, incite o legitime la discriminación, la deshumanización y/o la violencia hacia una persona o un grupo de personas en función de la pertenencia de estas a un grupo religioso, étnico, nacional, político, racial, de género o cualquier otra identidad social”.

Para medir el grado de disposición a la reproducción y promoción de DDO en la sociedad argentina, el equipo de Leda desarrolló un índice de DDO, y observar el modo en que se articulan los DDO con otros prejuicios sociales que también pueden debilitar la convivencia democrática, como el antisemitismo o los sesgos de género.

El resultado de la encuesta indicó que un 26,2% de la ciudadanía argentina promovería o apoyaría DDO, mientras que un 17% sería indiferente y un 56,8% los criticaría o desaprobaría. Observando la aprobación de los DDO con la región geográfica del país en la que se reside, se ve que el apoyo de este tipo de expresiones se intensifica hacia el centro de la Argentina (donde un 30,7% de los encuestados los promueve) y al noroeste del país (30,4%), y exhibe los niveles más bajos en la Patagonia (20,5%).

Cuando se mira la aprobación, desaprobación o indiferencia hacia los DDO según el grupo generacional del que forman parte los encuestados, se advierte que entre la población millennial (personas entre 25 y 40 años) hay una mayor predisposición a abrazar este tipo de discursos (31,1%) y una menor propensión a criticarlos o desaprobarlos (51%).

Otro de los objetivos del Leda fue estudiar la incidencia de las nuevas tecnologías de comunicación digital sobre el espacio público. “Lo que nosotros queremos estudiar es cuáles son los efectos de esa transformación por estas tecnologías de comunicación que originalmente eran como democratizadoras (ponían a todas las personas en el lugar de productores de discursos que podrían ser considerados por otros), pero no hizo solo eso, y con el tiempo empezaron a aparecer estudios que señalan nuevos sesgos que están detrás de la arquitectura de las redes sociales,”, explica el investigador.

En cuanto a la educación, “los resultados muestran que, en general, a mayor nivel educativo, menos propensión a identificarse con DDO. Esto coincide con lo que suelen mostrar los estudios históricos sobre la disposición a desplegar actitudes autoritarias. Ahí lo que se podrían estar traduciendo son ciertas fricciones de la vida económica y situaciones de vulnerabilidad por parte de clases medias o medias bajas. Se podría aventurar que la mayor disposición a aprobar y reproducir DDO por parte de este grupo tiene una explicación económica”.

Al ver la incidencia que puede tener el tipo de ocupación de los encuestados respecto de su postura sobre los DDO, los resultados muestran que es entre el grupo de quienes se identifican como dueños patrones o empleadores, que se ve una mayor disposición a apoyar este tipo de discursos (33,4%). Por otro lado, quienes se asumen como empleados (28%) y obreros (27%) muestran valores levemente inferiores

“El contexto en el que hicimos esta primera encuesta fue el de la pandemia y eso por ahí explica la intensidad de algunas posturas. Lo que queremos ver en futuras encuestas es si la aprobación de las DDO baja o sube sobre el total de encuestados, pero también, por ejemplo, cómo se modifica por regiones, por grupo etario o por ocupación”, concluye el investigador.

Insisto, personalmente: estimo que con los acontecimientos de los últimos meses y la presunción de la candidatura presidencial de Cristina, se ha exacerbado el odio de ciertos sectores –“el poder real” (según algunos politólogos), que verán con certeza– postergados sus planes económicos, judiciales y financieros si triunfara.

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