“Lo que hoy quita Nación al té es peor que Ingresos Brutos”

domingo 20 de enero de 2019 | 6:00hs.
El ministro Garay planteó la falta de financiamiento por las altas tasas.
El ministro Garay planteó la falta de financiamiento por las altas tasas.
Victor Piris

Por Victor Piris vpiris@elterritorio.com.ar

El cultivo de té en Misiones se encuentra en plena cosecha y con un panorama incierto en su demanda internacional. Si bien el clima actual es propicio para la brotación de hojas, no ocurre lo mismo con las restricciones de costos sobre la segunda infusión en importancia en la tierra roja.
Así, el ministro del Agro y la Producción, José Luis Garay, advirtió que el mayor costo impositivo que agregó Nación desde el año pasado y los costos logísticos siguen pesando en la competitividad del té misionero. Recordó en tanto que el producto del agro local puede ser rentable y tiene muchas oportunidades a futuro con una demanda creciente en el mundo.
“Hoy las retenciones que tiene el té resultan incluso más perjudiciales que cuando la Provincia cobraba Ingresos Brutos. Y se hizo un gran esfuerzo para no cobrar impuestos a las exportaciones y favorecer el trabajo en la provincia, pero eso casi que no sirvió de nada con las retenciones que luego volvió a aplicar Nación (de 3 pesos por dólar exportado)”, recordó el ministro en diálogo distendido con El Territorio.
“Cuando se cobraba Ingresos Brutos se hacían excepciones cuando a las industrias les iba mal y se les daban reintegros. Ocurrió así con la madera con un plan para el sostenimiento de empleos y con el té se financiaron compras y se llegaron a dar subsidios para los pequeños productores”, recordó.
Y enfatizó: “Aplicar retenciones a todos por igual sin considerar los casos puntuales está mal. Nosotros le reclamamos al ministro de la Producción Dante Sica que no tener en cuenta a las economías regionales y, dentro de éstas, a las producciones que la estaban pasando mal, era un gran error. Hoy las empresas no están teniendo ninguna posibilidad de financiamiento, las tasas están a valores imposibles”.
El titular de la cartera agraria local recordó que, a pesar de las dificultades que puedan aparecer cada año para la comercialización del té, el cultivo es muy difícil de cambiar por otra alternativa.
“Cuando hablamos de té y yerba, son plantaciones perennes. Están de forma permanente, no se pueden reconvertir de un año a otro, ni de una cosecha a otra. Cuando se habla de maíz se tiene la revancha con la producción de cosecha fina. Una plantación de té que tiene 40 años no se puede erradicar de un día para otro, primero porque tiene un costo muy alto”.
Y ante los condicionamientos, volvió a recordar la necesidad de contemplar requerimientos diferenciales en impuestos. “Así es que, si vamos a plantear un esquema de retenciones porque se tiene necesidad de financiar al Estado Nacional, contemplemos esto, con el té no podemos cambiar de forma rápida. Además, recordemos que estamos a 1.200 kilómetros del puerto, en algunos años esa distancia representó un costo del 30% sobre la producción”.

Muchos condicionantes
Desde el ministerio del Agro y la Producción se explicó que los compradores internacionales de té todavía no comenzaron la demanda por la actual cosecha. Pero ya habría limitaciones con la producción.
“Esta zafra tiene un volumen mayor de hoja verde, con lo cual hay un excedente que es el que está complicando en todas las bocas de acopio. Pero hay un montón de factores que vuelven compleja la actividad, sumado a que tenemos una concentración de compradores que se quedan con el 65% del té de la provincia. Y también recordemos que hubo una casi desaparición del sector cooperativo en la producción tealera”.
También se recordó que, desde la cosecha de los brotes al procesamiento, la materia prima debe procesarse con celeridad. Y este corto tiempo suma otro inconveniente a la capacidad de procesamiento para su posterior almacenamiento. “A pesar de que hay ordenamientos en turnos de entrega pueden producirse largas filas de camiones que tienen que esperar hasta que se pueda absorber su carga. Esto produce unos cuellos de botella que pueden ser problemáticos”, explicó.
En tanto se recordó que con días calurosos y frecuentes lluvias, la brotación en las plantaciones se acelera y las cosechas se incrementan.
Garay reconoció que, por una cuestión de costos, muchos productores, en especial de la zona Centro, han delegado las labores de cosecha en intermediarios que poseen las maquinarías adecuadas para la recolección de brotes. También hay casos de agricultores que directamente alquilan (por mes o año) sus plantaciones para que empresas se encarguen de la fertilización y cosecha de los teales.
Garay recordó en tanto que en los últimos años hubo algunas experiencias más en envíos de té verde y té orgánico. “En la provincia ya hay 18.000 hectáreas certificadas en Buenas Prácticas Agrícolas, que es un requisito que a futuro será indispensable para ser exportado”, destacó.
Por último, valoró las acciones de promoción con el Clúster del Té para favorecer el consumo interno. “Si lográramos que se consuma el 10% de lo que producimos, ya sería una gran ayuda para la producción local, para no depender tanto del mercado exterior”, concluyó el ministro.


Barreras y limitaciones al exterior

Desde el gobierno provincial se recordó que una limitante que aparece en la posibilidad de ubicar internacionalmente el té misionero se da con requerimientos muy estrictos de las características químicas de la materia prima enviada. Así, recordaron los requerimientos de niveles muy bajos o nulos de alcaloides de pirrolizidina, que pueden suponer mayores riesgos de carcinogenicidad, según organismos europeos. En tal sentido se recordó que organismos como el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) en Cerro Azul están investigando las malezas que pueden mezclarse con el té y hacer aparecer los alcaloides en la producción. En cuanto a precios exportables, Garay recordó que actualmente se mantiene de referencia un precio de 1,25 dólares por kilo de té, pero el valor años atrás supo estar en 1,54 dólares. Todo por la mayor competencia de otros países que hacen variar el precio internacional por el producto.