Un panorama alentador

domingo 20 de enero de 2019 | 6:00hs.
En un último informe brindado por la Secretaría de Agroindustria de la Nación de fines de noviembre 2018, se da a conocer el panorama internacional y la perspectiva analizada desde la Mesa del Té.
Consigna el informe que, según los últimos datos de la FAO, tanto el consumo como la producción mundial de té seguirán aumentando en la próxima década, impulsados por una pujante demanda en los países en desarrollo, entre ellos, los de América Latina y Caribe y el Cercano Oriente (países cercanos al Mar Mediterráneo). La producción de té seguirá dominada por China (43%), India (22%), Kenia (8%), Sri Lanka (5%) y Turquía (5%).
Las importaciones mundiales se estimaron en 1,84 millones de toneladas totales, destinadas principalmente a la Unión Europea (18% de los envíos totales), a la Federación Rusa y Pakistán, con el 9% de las importaciones mundiales, Estados Unidos y Egipto con el 5% cada uno, Emiratos Árabes y Marruecos con un 4% de participación e Irán (3%).
Destaca el informe que el consumo de té ha crecido especialmente en China e India, así como también en otras economías emergentes, como Chile. Esta tendencia se asienta en una combinación de factores: mayores ingresos, urbanización y en la diversificación de la producción, que incluye especialidades como infusiones de hierbas, mezclas con frutas y tés gourmet con sabor. Los consumidores, a su vez, buscan diferenciación, tés envasados por sobre el granel, blends y características específicas vinculadas con el “origen”.
Si bien China e India acaparan casi el 50% de mercado de té, otras naciones más pequeñas muestran un dinamismo importante en el consumo, como ser Ruanda, Malawi y Uganda.

Por los beneficios
Destaca además los beneficios para la salud. La FAO sugiere que el consumo de té se ha beneficiado también de una mayor concientización sobre sus efectos antiinflamatorios, antioxidantes y como bebida saludable. Estas ventajas para la salud y el bienestar serían los principales motivos de un mayor consumo en el futuro.
Según las proyecciones de la FAO, la producción mundial de té negro aumentará en un 2,2 por ciento anual durante la próxima década, para llegar a 4,4 millones de toneladas en 2027, reflejando importantes incrementos de producción en China, Kenia y Sri Lanka.
De este modo, China alcanzaría los niveles de producción de Kenia, el mayor exportador mundial de té negro.
Por otro lado, se prevé que la producción mundial de té verde aumente a un ritmo aún más rápido -del 7,5 por ciento anual- para llegar a 3,6 millones de toneladas en 2027, impulsada en gran medida por China, donde se espera que la producción de esta variedad se duplique desde las 1,5 millones de toneladas en 2015-2017 a 3,3 millones de toneladas en 2027.
Un dato a considerar es que la producción de té es muy sensible a los cambios en las condiciones de cultivo. El té solo puede producirse en condiciones agroecológicas muy específicas, y, por lo tanto, en un número muy limitado de países, muchos de los cuales sufrirán fuertemente el impacto del cambio climático.
Los cambios en los patrones de temperatura y lluvia -con más inundaciones y sequías-, ya están afectando los rendimientos, calidad y precios del té. Se espera que estos cambios climáticos se intensifiquen, exigiendo medidas de adaptación urgentes.


El consumo y los millennials

De acuerdo al informe oficial de la Nación, la demanda mundial de té se está nutriendo de un nuevo tipo de clientela: los consumidores urbanos jóvenes de los grandes países productores se han convertido en el segmento de mayor crecimiento. No solo están dispuestos a pagar más por tés especiales, sino que también investigan sobre el producto que consumen: su calidad, origen y contribución al desarrollo sostenible. Los consumidores jóvenes de clase media alta buscan productos de moda para integrar a sus estilos de vida, que ahora también incluyen té de calidad gourmet.
Añade que la producción deberá adaptarse a las tendencias de consumo, relacionadas con la demanda de ingredientes naturales y orgánicos, mezclas diferentes, sabores nuevos y su relación con el lugar de la producción.
El té verde, el de hierbas y los frutados están ganando popularidad en diferentes mercados, como en el europeo y el latinoamericano. La tendencia en el mercado global es hacia la “Línea Premiun”, asociada a las características ya descritas anteriormente por sobre el consumo anterior al estilo “Commodity”. En tanto que el consumo mundial de té ha aumentado en la última década, los países europeos importadores tradicionales -con la excepción de Alemania-, han sufrido una reducción en los niveles de consumo. En general, el mercado europeo del té está muy saturado. El consumo per cápita lleva disminuyendo más de una década, enfrentado a la competencia de otras bebidas, en particular, el agua embotellada.