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En tiempos de pandemia, aislarse es un acto de amor

lunes 20 de abril de 2020 | 5:00hs.
En tiempos de pandemia, aislarse es un acto de amor
El cuidado mutuo como bandera en la pandemia.
El cuidado mutuo como bandera en la pandemia.
La pandemia de Covid-19 obliga a las familias a reinventarse día tras día. Confinados en sus hogares hace 30 días, hacen uso de la tecnología para estar unidos pese a la distancia y generan nuevos hábitos sanitarios en el seno familiar con el único objetivo de evitar que algún integrante del núcleo sea contagiado con la enfermedad. La situación genera momentos de reflexión donde preservar la salud y cuidar los lazos fraternos pesa más en la balanza que la situación económica. 
Así transcurre la cuarentena de la familia Rikaczevski, del barrio 20 Viviendas de San Pedro. En la casa habitan cuatro personas: Carlos (63) y Rosa (62) junto a su hijo José (28) y Miguelina (88), la mamá de Carlos. El año pasado, José finalizó sus estudios universitarios como ingeniero, pero a causa de la pandemia no pudo comenzar a desarrollarse en el ámbito profesional. Sin embargo, aprovechó las circunstancias para pasar más tiempo con sus padres y abuela. 
Teniendo en cuenta que en la casa viven tres personas que forman parte del grupo de riesgo por su edad, antes de que se decretara la cuarentena obligatoria en Argentina ya habían comenzado a tomar recaudos, por lo que dejaron de salir e ir a eventos.
“Ya sabíamos que el amontonamiento es lo más riesgoso, somos tres en la familia que tomamos mate y cada uno tiene su propio equipo, no pasamos la mano, algunos piensan que uno es delicado pero no, yo me cuido y vos me cuidás también. Nos aislamos de la familia, tenemos 8 hijos y 12 nietos, pero no nos visitamos, los nietos toman conciencia y lo entienden y eso nos pone contentos”, dijo Carlos Rikaczevski. 
Adaptarse a las medidas sanitarias no fue difícil para la familia que proviene de la zona rural. Sus integrantes ya utilizaban barbijos para realizar algunas tareas y ahora se volvió parte de la rutina familiar al salir de la casa.
En este caso, es Carlos quien con enorme cuidado y responsabilidad se dirige a la chacra, en colonia San Jorge, para dar continuidad a los cultivos, poniendo especial atención en el sector productivo, principalmente en los alimentos. Además, es quien se encarga de realizar las compras necesarias una vez por semana, desinfectando toda superficie y sus propias manos con agua y jabón y alcohol en gel. 
Salir de la casa es lo más extraño, ver las calles prácticamente vacías genera impacto y sensación de desolación además de las noticias sobre el avance de la enfermedad y los miles de muertos alrededor del mundo. “Es insólito salir a las calles, te sentís raro, no se los ve a los niños, creo que eso es lo que más se extraña, hay muchas cosas que se modificaron y creo que ya no volverá el mundo a ser como era antes. Si bien no podemos ver a los nietos, estamos en contacto permanente con ellos y los hijos compartiendo fotos y hablando por video llamada”, comentó Rosa Wecher.
La familia, como productores que diversifican sus chacras, incentiva a la población a cultivar aunque sea en macetas y pequeños espacios para contar con su propio alimento. 
“El miedo está pero nos cuidamos, Tenemos que mantener los cuidados y es momento de valorar algunos sectores como la agricultura familiar, hoy lo que genera movimiento y lo indispensable es la producción de alimentos. Es momento de agradecer y pensar en el otro siendo solidarios”, reflexionó la pareja. 
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