“El daño que nos hicieron a mi familia y a mí es enorme”

miércoles 25 de marzo de 2020 | 5:00hs.
Del otro lado de la línea telefónica, la voz de Cecilia Cristina Figueredo (50) denota indignación y tristeza, sentimientos que perduran desde hace varios días a partir de la difusión de versiones infundadas sobre el estado de salud de su familia y de ella misma.
Es que las versiones trascendieron de forma errónea y se replicaron por innumerables grupos de WhatsApp con datos personales y hasta las direcciones de varias personas puestas en aislamiento en el marco de la emergencia sanitaria.
La publicación de los datos personales afectó a las personas implicadas, estigmatizándolas ante la opinión pública de Campo Grande.
Como consecuencia, un par de días después comenzaron a circular audios de WhatsApp en los cuales se afirmaba que el esposo de Figueredo padecía coronavirus y estaba internado en el Hospital Samic de Oberá con asistencia respiratoria mecánica. Luego se determinó que un enfermero del mismo nosocomio grabó dicho audio.
“El daño que nos hicieron a mi familia y mí es enorme. Dijeron mentiras con nuestros nombres y apellidos, siendo que no hicimos nada fuera de lugar. Nunca tuvimos síntomas y ya nos levantaron el aislamiento. Igual seguimos recluidos, pero más por la condena social que por cuarentena. Ni podemos ir al supermercado. A eso nos expusieron los irresponsables”, lamentó Figueredo en diálogo con El Territorio.
La mujer es docente universitaria y su esposo un conocido trabajar gastronómico de la zona, quien la semana pasada grabó un video para aclarar la situación y demostrar que está bien de salud.
A pesar del mal trago, se mostró muy respetuoso y coherente en su discurso.

Mentiras que dañan
En diálogo con este medio, ayer Figueredo hizo hincapié en la necesidad de reflexionar sobre las consecuencias del mal uso de las redes sociales, ya que muchos se esconden en el anonimato para difundir mentiras que dañan.
En tanto, comentó que el 12 de marzo cumplió 50 años y tenían organizado festejar el sábado 14 con familiares y amigos, lo que suspendieron.
“El viernes 13 surgió la restricción por la cuarentena y lo acatamos inmediatamente. Guardamos todos los alimentos, desmantelamos el decorado y avisamos a los invitados que suspendíamos el festejo”, detalló.
Y continuó: “El sábado al mediodía llegó mi hermano de Chaco y estuvimos en familia. El lunes regresó a Chaco y allá se enteró de que un compañero de trabajo tenía un familiar con síntomas. Enseguida se aislaron y me mandó un audio contando la situación. Hasta me pidió perdón por haber venido, pero no sabía nada”.