De Posadas a un safari por África: un sueño tres veces cumplido

martes 06 de agosto de 2019 | 1:00hs.
De Posadas a un safari por África:  un sueño tres  veces cumplido
De Posadas a un safari por África: un sueño tres veces cumplido
Griselda Acuña

Por Griselda Acuña interior@elterritorio.com.ar

“Última salida al parque, a compartir con la vida salvaje. Viva África”. Cual diario de viaje, Amado describe en sus redes sociales la adrenalina que le produce esta nueva aventura. Es la tercera vez que visita aquel continente. El motor de tremendo viaje es lo mismo por lo que se destaca en Misiones: el amor por los animales.
Amado Modesto Martínez (65) es profesor de biología, técnico herpetólogo y líder de Yarará en Acción, una asociación sin fines de lucro dedicada al rescate de animales silvestres.

Se alejó miles de kilómetros de su hogar, en Posadas, para estar lo más cerca posible de la fauna de Uganda. En las últimas dos semanas recorrió ocho parques, entre ellos Kidepo Valley y el Murchison Falls, que cubre aproximadamente 3.840 kilómetros y el río Nilo Blanco pasa a través del bosque de Rabonga; en el sureste tiene poblaciones grandes de chimpancés. El Nilo ofrece un paisaje increíble con hipopótamos y cocodrilos.

¿Lo más impactante? “Gorilas”. Justamente, fue la primera visita del safari, el cual Amado organizó hace poco más de un año. Estuvieron dos días el Parque Nacional de Bwindi, hacia la frontera con el Congo, donde tienen su hogar de más de la mitad de la población mundial de gorilas de montaña y 23 especies de aves endémicas en el sitio de mayor diversidad biológica de África.

Amado colgó en una percha su traje de rescatista y se convirtió en un aventurero. El hombre que por estos días siente que África es su lugar en el mundo invirtió 10.000 dólares en esta excursión.

La primera vez que estuvo allá fue en 2012, la segunda en 2017 y ahora, en su almanaque marcará una tercera fecha: julio y agosto de 2019.
“Puedo morir tranquilo”, dice a modo de confesión, en diálogo con El Territorio desde el país africano. Hace un paréntesis para responder la requisitoria, dado que está en pleno proceso de armar valijas para emprender su regreso, y así reencontrarse con  su cotidianeidad este viernes. 

“El rinoceronte blanco se extinguió del ambiente natural en el año 1983, mataron al último ejemplar en el 2001. Se trajeron dos de Kenia, juntaron seis de los zoológicos y ya nacieron 22, hoy son 28 y el último nació en abril de 2019. Con 50 kilogramos viven en un predio de 70 kilómetros cuadrados, cercado con alambre eléctricos”, relata Amado, lleno de admiración por todo lo que ve.

Entre otras cosas, detalla que con la delegación que compartió el viaje llegaron al límite con Sudán. Cada campamento o lodge en donde paraban a descansar también se convirtió en objeto de registro fotográfico. Los pobladores inclusive. Las culturas nativas del este de África guardan la pureza de un menor contacto con el mundo del turismo. 

Mujeres caminando con sus niños y una descripción del consumo forman parte de su vivencia. “Se plantan muchas bananas, que consumen de varias formas. Verdes y maduras, caña de azúcar, mandioca, café, maíz , yaca, mandioca. Muy poca carne, y casi todos tienen uno o dos chivos. Hay muy pocos perros”, señala Amado en referencia a Uganda.

Claramente, fue un viaje largo, casi interminable. Pero cada  hora valió la pena. “Salimos desde Posadas a Buenos Aires, después a San Pablo (Brasil), y de ahí a Johannesburgo y Entebee (África):  luego 1.000 kilómetros en trafic”, explica sobre su periplo.

Y  otra vez la emoción de cumplir su sueño resumido en una frase: “Esto es adrenalina por mil. Dormir en carpa en la sabana africana y sentir el rugir de los leones”.