De la mano de la provincialización llega el movimiento moderno

domingo 16 de diciembre de 2018 | 6:00hs.
Kuna sostiene que la restauración de estos sitios es una inversión y no un gasto.
Kuna sostiene que la restauración de estos sitios es una inversión y no un gasto.
María Elena Hipólito

Por María Elena Hipólito sociedad@elterritorio.com.ar

Con la provincialización de Misiones en 1953 se comenzaron a pensar y luego a construir sitios que corresponden al llamado movimiento moderno, mediante concursos nacionales y provinciales que llevaron adelante diferentes hosterías, hospitales y hoteles en toda la provincia que hoy forman parte de su identidad.
Son construcciones que tienen un papel fundamental en la historia y el desarrollo de los pueblos que crecieron en torno a ellos. De ahí la importancia de mantenerlos y preservarlos para la posteridad.
Con ese objetivo bien claro, se presentó a principios de este año un proyecto de ley a la Cámara de Representantes para que se declaren patrimonio histórico, cultural y arquitectónico las edificaciones de este movimiento. El proyecto de ley fue llevado adelante por la Secretaría de Investigación y Posgrado de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Unam, dirigido por la doctora arquitecta Graciela de Kuna y codirigido por la doctora Beatriz Rivero.
“No hay que preservarlo sólo por la arquitectura sino por lo que significan. Era una nueva provincia que no tenía bienes importantes como para alojar los servicios básicos de una provincia. Tenía solamente dos edificios: la gobernación, que era una réplica en escala reducida del edificio de la gobernación de Corrientes; y otro que se había hecho en 1944 para alojar la primera exposición de yerba mate y turismo, que después se reacondicionó y ahora es la Legislatura”, explica Kuna en diálogo con El Territorio.
Estos bienes arquitectónicos aparecen en un nuevo lenguaje, el de la modernidad, y deja atrás la recurrencia a los jesuitas o la inmigración. La docente e investigadora advierte que el lenguaje de la modernidad no es uno impactante como, por ejemplo, el barroco y sostiene: “Hay algunas obras de arquitectura que gritan y otras que susurran; las de la modernidad susurran y tenés que empezar a entender algunas cuestiones para poder empezar a degustar los detalles, las pequeñas formas de expresión que tienen y son grandiosas”.
En esa misma línea, se refiere a la importancia que tuvieron y siguen teniendo estas construcciones para los pueblos. “Para las poblaciones es muy interesante el concepto porque están acostumbradas a pensar que un patrimonio son las misiones jesuíticas, que están todas cercadas, que hay que pagar entrada para ir a verla, que vas con un guía, o las Cataratas, que es lo mismo. En cambio estos son bienes que conviven con los pueblos y usufructúan permanentemente. Si ves las fotos originales de estos edificios están rodeados de nada, es decir, que se formaron ciudades”.
Según Kuna, un bien protegido o bien patrimonial que se cuide y se mantenga es eterno, no tiene vencimiento. Entonces podrá ser siempre un bien para las poblaciones, un punto de visitas turísticas en función eso y generará dinero. “La restauración de esos bienes es más una inversión que un gasto”, asegura.
Que estas construcciones sean consideradas patrimoniales garantiza que toda obra de mantenimiento tenga en cuenta las características originales. “Es correcto que se les transforme el uso, pero no que se les transforme la materialidad. La Unesco habla de autenticidad, es decir, que no podés poner, por ejemplo, plástico o un hormigón del siglo XXI en las misiones jesuíticas; el lugar tiene un sentido por el que la gente atraviesa medio mundo para venir a verla”, advierte.
Kuna fue además docente de la Universidad Católica de Encarnación (Paraguay) durante 20 años, por lo que tuvo contacto con varios docentes internacionales.
Al venir a Posadas, por el único sitio que preguntaban era por el Hotel de Turismo (ahora HA Urbano), porque, además de las misiones jesuíticas, ese hotel es el único bien de la provincia que figura en los libros de historia de la arquitectura en la Argentina.
“Por eso estamos haciendo esta ley, para proteger los bienes. No para que no se restauren ni se trabaje sobre ellos y se los ponga debajo de una campana de cristal, sino para que puedan seguir sirviendo a las poblaciones, que es la función de los bienes del movimiento moderno en general”, concluye Kuna.


Perfil

Graciela de Kuna
Doctora por la Universidad de Sevilla, magister de la Unam y arquitecta (UBA), profesora e investigadora (Unam). Asesora de la Comisión Nacional de Monumentos. Miembro del Consejo Asesor de Patrimonio, delegada NEA Icomos Argentina, Cicop. Evaluadora de la Comisión Nacional de Universidades: licenciatura y postgrado. Evaluadora iberoamericana de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (Cyted). Evaluadora de programas y proyectos de ciencia y tecnología, miembro del Comité de Arbitraje de Artículos Científicos, y comité editorial de numerosas revistas nacionales y también internacionales.