Perlas del tiempo en San Javier y la casa del fundador en Cerro Corá

domingo 16 de diciembre de 2018 | 6:00hs.
La centenaria Casa Ayala de San Javier se encuentra deshabitada.
La centenaria Casa Ayala de San Javier se encuentra deshabitada.
San Javier, con el devenir de los años, pasó de reducción jesuítica a centro agrícola, luego fue un pueblo y hoy es una pujante ciudad en expansión. El pueblo jesuítico fue fundado en 1629 por el padre Ordoñez, quien lo puso bajo la protección de San Francisco Javier.
Por ser una ciudad antigua, cuenta con edificios y lugares que forman parte del patrimonio local indiscutible y que son cuidadosamente conservados por pobladores y autoridades.
Entre esos patrimonios, que también son sitios de interés turísticos, se encuentran: el monolito a la Batalla de Mbororé en El Cerrito, así se denomina el sector de la ciudad y el homenaje se levantó en 1941, cuando se lo construyó en homenaje al triunfo de los jesuitas e indígenas frente a la avanzada bandeirante en el enfrentamiento acaecido en 1641.
También está la capilla y el predio del Cerro Monje y dentro del casco urbano hay varias viviendas de más de 100 años que tienen un valor histórico.
Desde el área de Cultura municipal indicaron a El Territorio que entre las construcciones que siguen en pie y que se levantaron en el último tramo del 1800 se cuentan la comisaría local, que está bien conservada y funcionando y tiene características de la arquitectura de la época.
Además, hay en las calles sanjaviereñas edificios que fueron casas particulares o comercios que son testimonios de los sucesos de antaño.
Entre ellas se destaca la Casa Ayala, una gran tienda que es patrimonio, y la Escuela de Frontera 603.
La Casa Ayala era propiedad de una familia tradicional de San Javier, fue pasando de generación en generación, con la gran tienda, hasta que en los últimos años quedó deshabitada.
Desde la comuna resaltaron que cada lugar que integra el patrimonio histórico y cultural de San Javier tiene una historia que se conserva en los archivos de la Casa de la Cultura y que, a la vez, por ser edificios de más de un siglo “son caros a los sentimientos de nuestros habitantes”.

En Cerro Corá
En Cerro Corá, una de las casas más antiguas es conocida como La Casona, propiedad de la familia Blanch.
El edificio de más de un siglo albergó al primer almacén de ramos generales que proveyó al pueblo de todo lo necesario.
Don Joaquín Blanch, uno de los fundadores, que vino de España aunque era nativo de Francia, fue el primer propietario y hoy su nieta Norma Blanch, que vive en el inmueble, contó que aún conserva el mobiliario antiguo.
Escritorio, mesas, espejos con grandes marcos de madera entre otros objetos son parte del acervo familiar.
La casa de estilo colonial está dentro del circuito turístico y los Blanch proyectan abrir un local de comidas típicas regionales y del país de Joaquín. De esta manera este edificio histórico quedará accesible a la comunidad.
Una casa similar se encuentra en Candelaria,. su construcción está diseñada al estilo europeo y funcionaba allí un clásico almacén de ramos generales. Había en el almacén desde el pan de todos los días hasta combustible, contaron los moradores más antiguos de Candelaria.