A la sombra del deterioro y el abandono

domingo 16 de diciembre de 2018 | 6:00hs.
El viejo almacén sufrió varios incendios en su interior que deterioraron los pisos de madera.
El viejo almacén sufrió varios incendios en su interior que deterioraron los pisos de madera.
En la localidad de Montecarlo aún se preservan algunas construcciones de la colonización y sus primeros avances pero lamentablemente muy pocos son conservados y con el paso del tiempo quedan en el olvido.
Un ejemplo de ello es el viejo almacén de ramos generales, ubicado sobre la avenida El Libertador, en el barrio San Cayetano. La construcción data de la década del 30, tiempo en el que la actividad comercial comenzaba florecer en Montecarlo.
El lugar en el que fue construido era una ubicación privilegiada ya que está a aproximadamente un kilómetro del puerto de la localidad.
El edificio, con una fachada de ladrillos a la vista, fue una obra del arquitecto danés Jacobo Damm, propiedad del pionero Ernesto Kobs, y actualmente está en manos de Lama Kobs de Herr.
Con el pasar de los años, fueron cambiando las actividades económicas y el lugar decayó. No obstante, los vecinos recuerdan que en una época fue una surtida verdulería y almacén.
Los familiares del pionero se acercaron al municipio hace algunos años, durante la gestión de Elba Auzmendi y Guillermo Aicheler, con la propuesta de ceder el lugar y aportar el trabajo de un arquitecto para recuperar la construcción original del edificio y convertirlo en un museo. La condición era desalojar a los intrusos que habitaban el inmueble.
Hasta la actualidad, la propuesta sigue vigente, pero no habría fondos disponibles para remodelar el lugar y poner en condiciones el futuro museo, además de que deberá contar con seguridad y otros recursos.
Desde el Concejo Deliberante local no se descarta que en algún momento se pueda concretar la propuesta de los familiares de Kobs.
Desde hace muchos años el inmueble está habitado por indigentes de la localidad, quienes con el tiempo fueron deteriorando el lugar.
Lamentablemente se sucedieron incendios dentro del almacén, dejando cenizas y en mal estado los pisos de madera y partes estructurales; tampoco cuenta ya con las aberturas originales.
Hoy el viejo edificio forma parte de una imagen de deterioro y abandono, cargado de historias de jornaleros y primeros habitantes, y que aún no es recuperado como patrimonio histórico local por falta de fondos para invertir en la reparación.
En un futuro, quizás, el almacén del pionero brille con esplendor ya convertido en museo.