Cuando rescatar animales es una pasión

jueves 17 de enero de 2019 | 22:05hs.
Sociedad
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La vida de una persona que actúa como rescatista de animales no solo pasa por sentir las injusticias en contra de las mascotas o ser las voces de ellos. Detrás de cada rescatista existe una persona que trabaja, paga sus cuentas, algunos con hijos, otros no, unos con mascotas propias otras personas simplemente dan hogar de tránsito para el futuro animal adoptado.

Este es el caso de la familia de Lorena Ruez, la mujer tiene 41 años y es licenciada en Educación y profesora de Lengua y Literatura, hace cuatro año vive en la localidad de Andresito, por cuestiones del amor, ya que un día de vacaciones conoció a su esposo, Julián Reckziegel, y se casaron y juntos tienen a su hija Sara, a quien le transmitieron la pasión y amor por los animales.

La familia tiene a su cargo a seis perros y cuatro gatos que son parte de la familia. Además hace poco se sumó una pequeña cachorra y gatos que se acercan a su hogar solamente para recibir algo de cariño y alimentos.

Lorena contó a El Territorio que su primer rescate fue a los cinco años. "Subí arriba del techo de mi jardín a bajar a un gato y terminaron viniendo mis padres con los bomberos voluntarios para bajarme”, recordó entre risas.

La mujer, que es oriunda de Posadas lleva en la sangre el proteger a los animales. Viviendo en la capital provincial colaboraba en la asociación civil Huellitas Coloradas. "No me considero una rescatista, pero si proteccionista de los de cuatro patas", señala.

Lorena es quien realiza las actividades de rescate junto a su esposo, quien según ella la acompaña incondicionalmente a pesar de que muchas veces no está de acuerdo. "Es él quien no me deja caer, me ayuda mucho, cura a los animales abichados, me lleva a distintos puntos de la provincia dando en adopción a los rescatados”, apunta.

Así ambos se complementan y hacen que todo sea posible. "Llegamos a tener 20 animales en mi casa, fue un caos total, pero él siempre firme ahí a lado mío haciéndome el aguante”, contó la mujer.

De esta manera, en el camino Lorena se hizo cientos de amistades con la misma pasión que ella. Valeria Otto, Elvira Kholi, Tania Ap, Maru Ap, Santiago Korañuk, Melisa Moravicki, Leyla Cardozo y , Carolina Gamarra son algunos de los interminables nombres que dio. "A lo largo de los años fui conociendo personas buenas como estas que tienen el mismo amor por los animales que mi familia".

Amor infinito

Por otra parte, Lorena recordó una anécdota sucedida hace un par de años. “Hace dos años una mujer de Andresito tenía un criadero clandestino, en Andresito no hay una ordenanza municipal que regule el cuidado de los animales, no podíamos ni tenía donde denunciar”, recordó y continuó: "La dueña del lugar se enfermó y empezó a rematar los animales, con las chicas decidimos comprar todos los animales, gastamos en ese entonces 10.000 pesos en total por los once animales, la mayoría estaba en un estado tan calamitoso que terminamos llorando cuando los vimos”, rememoró.

Fue así que las mascotas de Lorena más las rescatadas eran muchas para un hogar y solicitando ayuda se contactaron con una proteccionista de Puerto Rico, Leyla Cardozo. "Ella me dio una gran mano, llevamos todos los machos, los castró a todos y buscó hogares responsables para cada uno, nos conocimos en el momento justo”, señaló.
El amor animal, un sentimiento que cuesta explicar.