Compromisos de fin de año

domingo 29 de diciembre de 2019 | 5:30hs.
Compromisos de fin de año
Compromisos de fin de año
Cada vez que un año comienza es común que mucha gente se comprometa con una serie de objetivos a cumplir en los 365 días que lo conforman. Es una manera de darle sentido al año desde el día uno. Para que esto pase, además, es necesario que esos objetivos se propongan con anticipación, y que aparezcan luego de hacer un balance del año que se está yendo. A esos objetivos los podemos dividir -con una categorización caprichosa- en “comunes” y “especiales”.
Los comunes son los que se repiten en varias personas, como por ejemplo empezar el gimnasio para bajar esos kilitos de más que dejó el año que se fue; empezar una carrera universitaria o terminarla de una vez por todas; emprender; casarse o separarse; hacer un viaje; cambiar la actitud ante los demás; y así otras cosas que nos son comunes a todos.
Por su parte, los especiales son puntuales de cada persona y que no suelen repetirse mucho. Son los que hasta escuchados por ajenos pueden parecer extraños, por la obviedad o por la rareza del propio objetivo.
La Argentina también se está comprometiendo con una serie de objetivos. Objetivos que quedaron marcados en un documento llamado “Compromiso argentino por el desarrollo y la solidaridad”, que se firmó este viernes entre el gobierno nacional, los empresarios, los sindicatos y las organizaciones sociales. Ese documento no es otra cosa que una carta de intención en la que los firmantes, que son los principales actores del sector económico y social del país -con algunos ausentes como las entidades rurales (a excepción de Coninagro que avaló el documento), que están bastante molestas por los aumentos en las retenciones- se comprometen a sentar las bases para una “Argentina solidaria y productiva”.

Un compromiso especial
La agenda a llevar adelante incluye, entre otros temas prioritarios, un esquema de actualización de haberes jubilatorios y tarifas de servicios públicos, la creación de empleos de calidad, alentar la inversión productiva y las exportaciones de valor agregado, facilitar el acceso al crédito bancario para la vivienda y la producción, así como promoción de las pymes. Destaca también que la futura discusión en el seno del Parlamento del próximo Presupuesto Nacional, “constituye una primera oportunidad para que, en el marco de un adecuado análisis de costos y recursos, los acuerdos a los que se hayan arribado en las mesas de diálogo puedan convertirse en políticas públicas operativas y de inmediata implementación.”
El documento tiene como rúbrica principal la del presidente Alberto Fernández y junto a él firmaron también varios ministros, referentes del sector empresarial, gremial y de organizaciones sociales.
La propuesta emanada del gobierno nacional incluye una serie de consensos de largo plazo, “que vayan más allá de un período presidencial y que incluyan metas compartidas y posibles de alcanzar en distintas etapas”, según se explica en el mismo documento.
¿Cuál es el objetivo de esto? El objetivo común es firmar un acuerdo para lograr instalar, de una vez por todas, políticas de Estado en materia económica y social que vayan más allá de un gobierno. Algo que parece estar más en letras que en acciones, ya que del mundo de la política los únicos que formaron parte del acuerdo son los integrantes del gobierno nacional, la oposición no fue parte. Todos los actores convocados a la mesa de diálogo coinciden en el retroceso que sufrió el país en los cuatro años del gobierno neoliberal de Macri. Todas las variables socioeconómicas en bajada, por ello concurrieron al llamado del nuevo gobierno. Y la nueva oposición por ahora poniendo palos en la rueda y volvieron a ser opinólogos de lo que se debería hacer, mientras estuvieron cuatro años y no pudieron mejorar la vida de la mayoría de los argentinos.

Nueva estrategia de negociación

El objetivo especial es sentar las bases para llevar a los acreedores internacionales una propuesta de reestructuración de deuda que sea creíble para ellos y cumplible para el gobierno nacional. Es entonces un documento que, si lo juntamos con la Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva, se transforma en un argumento sólido con el que el gobierno nacional irá a sentarse frente a los acreedores internacionales para negociar el futuro de la deuda pública. Es además una estrategia diferente a la utilizada por gobiernos anteriores.
Los antecesores de Alberto Fernández, que debieron negociar deudas con acreedores internacionales, tuvieron actitudes disímiles, que a la larga obtuvieron resultados no del todo buenos. Fernando De la Rua iba al Fondo Monetario Internacional (FMI) a esperar instrucciones de ajuste a partir de las cuales, según su cumplimiento o no, lograría una reestructuración de una deuda que se tornaba día a día más impagable. Terminó siendo una bomba de tiempo, ya que en un contexto de crisis económica y social, el gobierno ajustaba más y más el cinturón de los argentinos.
Néstor Kirchner utilizó otra estrategia. Recuperó la caja jubilatoria a partir de la estatización de las AFJP, juntó eso con la caja de la Anses y de otros organismos, además los commodities del agro estaban por las nubes, y al disponer de esos fondos saldó casi por completo la deuda y se alejó de las recetas de ajuste. En el momento pareció servir, a largo plazo, la repercusión fue algo compleja porque se necesitan fondos de otros sectores para ir sosteniendo las jubilaciones que deberían haberse sostenido con aquellos fondos y otros gastos del Estado. Allí apareció, en su momento, la Resolución 125 que hizo estallar el enfrentamiento entre el gobierno nacional y el campo. Luego de eso ya nada fue igual en aquel gobierno de esperanzas. Macri en un momento de extrema debilidad recurrió al FMI para solicitar el préstamo más grande de la historia. Creía que con ello recuperaría el rumbo económico y su reelección sería un trámite. Nuevamente las malas recetas y la aplicación de los ajustes ahogaron la economía argentina, la crisis se agudizó superando en 40 puntos la pobreza y más de 50 de inflación anual. La elevada deuda tiene vencimientos cortos, imposibles de pagar en este contexto. Por lo tanto, el nuevo gobierno debe renegociarlos.
Alberto Fernández cambió por completo el paradigma. No va a pagar de una vez, va a negociar, pero, al revés de lo hecho por De La Rua, no irá a buscar la receta. Alberto Fernández realizó el ajuste a través de la mencionada ley, que contó con algunos miembros de la oposición, y logró un acuerdo económico y social con los principales actores económicos y sociales de la Argentina. Con eso, irá al FMI a decirles algo así como “hasta acá puedo recortar y reacomodar las variables económicas, ahora, con esto hecho, qué me ofrecen ustedes como reestructuración de deuda”. Así, el FMI no es el que marca la cancha en la negociación, es el gobierno argentino el que fija las bases de un acuerdo al que el organismo internacional sólo le pondría las condiciones de tiempo y montos. En esta oportunidad, además de la decisión política del presidente, tiene en su flamante ministro de Economía, Martín Guzmán, a un especialista internacional en deudas soberanas. Está claro que el nuevo gobierno tiene un plan firme para la dura negociación que se avecina.

Solidaridad en marcha
Esta semana que termina se puso en marcha la Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva. El foco estuvo puesto en el comportamiento del dólar, siempre tan sensible para la economía del bolsillo de los argentinos por su repercusión en la inflación. Así, desde el lunes el dólar para atesoramiento (ahorro) o para compras en el exterior se paga un 30 por ciento más caro que el valor oficial, que rige para los sectores de la producción, importación comercial e investigación, entre otros. Con este impuesto solidario sobre la compra de moneda extranjera, la divisa de los Estados Unidos pasó de costar unos 62 pesos a conseguirse en cerca de 82 pesos. Esto además empujó el precio del llamado dólar blue, que es el que años atrás marcaba el ritmo de la inflación.
En esta primera semana todo parece indicar que este cambio en el precio de la moneda estadounidense no tendrá repercusión en los principales precios de la canasta de consumo habitual de los argentinos, esto en parte porque quienes utilizan para la producción de estos productos insumos en dólares no tendrían inconvenientes para conseguir la moneda verde en la cantidad necesaria y al precio oficial. Esto en teoría y hasta el momento.
Otra acción solidaria de esta semana es la que tomaron en el Congreso de la Nación, atentos a los pedidos de buena parte de la sociedad, que venían reclamando porque el ajuste de la mencionada ley no alcanzaba al mundo de la política, los diputados y los senadores decidieron congelar sus dietas por 180 días. La medida la firmaron el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, y la presidenta de la Cámara de Senadores, Cristina Fernández. Desde la oposición aplaudieron la medida y redoblaron la apuesta. Mario Negri, de Juntos por el Cambio, anunció que la semana próxima incorporará un proyecto de ley que propone hacer lo mismo con los sueldos del Poder Ejecutivo y el Judicial.

Los objetivos en la tierra colorada
En Misiones también el nuevo año, con una nueva gestión al frente del gobierno provincial, llega con nuevos objetivos. Entre ellos figura el potenciar aún más el sector turístico. Y en ese sentido llegó la primera visita de un ministro del nuevo gobierno nacional a Misiones. Con actos de gobierno entre el viernes y mañana, Matías Lammens, ministro de Turismo y Deportes de la Nación, desembarcó en Misiones para marcar la importancia que tiene el turismo para el nuevo gobierno, como uno de los motores de la economía y como uno de los sectores que proveerá de los dólares tan necesarios para afrontar las deudas que tiene el país. En dos frases Lammens marcó lo que significa este sector para la economía nacional y también para la economía de Misiones. “El turismo es uno de los grandes motores que tiene la Argentina para el crecimiento”, afirmó el ministro, y agregó: “Si me permiten la metáfora, el turismo tiene que ser una aspiradora de dólares. En Misiones esto está claro hace tiempo y por ello el gobierno provincial seguirá apostando a este sector como uno de los motores de su economía”.
En esta edición de El Territorio se consultó a varios de los actores de la política y la economía de Misiones sobre las expectativas, y los objetivos que se proponen para el próximo año.
El gobernador de Misiones, Oscar Herrera Ahuad, observó que tras tanto tiempo de caída de la economía en el país, puede haber una recuperación, sobre lo cual se mostró optimista. Del mismo modo, el ministro de Hacienda, Adolfo Safrán, rescata de estos primeros días del gobierno nacional que exhiben mucho sentido común las medidas adoptadas en el contexto de grave crisis que vive el país. En cuanto a Misiones, ambos funcionarios provinciales, concluyen que está en mejores condiciones por mantener una política económica más consolidada. Sobre cómo encarar el año en la provincia, también analizan varios ministros y referentes de entidades e instituciones intermedias.
Así, economistas y politólogos consultados valoran como positivo el paquete de medidas para hacer frente a la actual herencia dejada por la administración de Mauricio Macri, marcada por la pobreza, el cierre de industrias, la pérdida de fuentes de trabajo y el poder adquisitivo de los argentinos más una pesada deuda externa.
Ante este escenario, el consultor Gustavo Córdoba también sostiene que la economía será nuevamente el centro de atención en los próximos meses y ante el difícil panorama con el que deberá lidiar la administración de Alberto Fernández recomienda mejorar la manera de comunicar, para evitar los golpes de efectos mediáticos hasta en el uso de algunos términos, como ocurrió en esta oportunidad en que grandes medios plantean que las medidas lanzadas por el gobierno representan más un ajuste que proyectos destinados a sacar al país adelante. Lo mismo observó el politólogo Leandro Santoro, quien añadió que el actual gobierno va a defender el bolsillo y el trabajo de las grandes mayorías con el mismo amor que el anterior gobierno defendió a los bancos y a algunas empresas amigas.

La energía como objetivo
Otro de los compromisos que abordó la nueva gestión provincial es el de mejorar el sistema energético de Misiones. Para ello el viernes pasado presentaron el plan estratégico provincial de energía que proyecta, entre otras cosas, una planta piloto de gas natural para abastecer al transporte de cargas y de pasajeros, abaratando los costos y reduciendo la huella de carbono, mostrando otra vez una visión adelantada de los escenarios del futuro.
Con el nuevo puerto de Posadas, que está próximo a comenzar a funcionar, se podrá traer el gas en cantidad para su uso intenso en Misiones.
Además de los beneficios para el transporte, que consigue de esta manera un tremendo ahorro en combustibles, también se consolida como una fuente de energía para las grandes industrias del interior de Misiones, como la metalmecánica, la yerbatera y los aserraderos, que padecen la falta de potencia eléctrica y no pueden desarrollar todo su potencial durante varios meses al año. Sería prácticamente un paso adelante en la idea de reemplazar el gasoducto que Nación prometió en muchas ocasiones y nunca cumplió con Misiones.
Además de esto, en el plan estratégico también se incluyen otros planes que ya están en marcha, como la reinstalación de 1.200 kilómetros de tendido eléctrico y una mayor generación de energías alternativas.
Esto requiere una financiación de casi 700 millones de dólares, que provendrían desde el gobierno chino, ya que el ex gobernador Carlos Rovira tiene firmado con una provincia de aquel país un convenio de hermanamiento, como así también del Banco Mundial y otros organismos internacionales de crédito.
Así, el año que comenzará este miércoles le depara a Misiones una gran cantidad de desafíos, que juntos a los del gobierno nacional buscarán cumplir para bien de todos los argentinos.