Celiaquía, un mal que obliga a cambiar el hábito alimenticio

domingo 05 de mayo de 2019 | 4:00hs.
Celiaquía, un mal que obliga a cambiar el hábito alimenticio
Celiaquía, un mal que obliga a cambiar el hábito alimenticio
Victoria Bergunker

Por Victoria Bergunker interior@elterritorio.com.ar

Hoy se conmemora el Día Internacional del Celíaco, enfermedad que puede padecer 1 de cada 100 argentinos. Se trata de la intolerancia permanente al gluten, un conjunto de proteínas presentes en el trigo, avena, cebada y centeno (Tacc) y productos derivados de estos cuatro cereales.
La enfermedad celíaca es una afección del sistema inmunitario en la que los individuos no pueden consumir gluten porque daña su intestino delgado. El gluten también puede encontrarse en vitaminas, suplementos, productos para el cabello y la piel, pasta de dientes y hasta lápiz labial.
Así, la celiaquía es la enfermedad crónica intestinal más frecuente en la Argentina: se estima que alrededor de 400 mil personas pueden ser celíacas y cada vez son más quienes llegan al diagnóstico.
En Misiones no hay datos certeros de cuántas personas padecen el mal. Pero se estima que este año se conocerá la primera estadística sobre la enfermedad. Sin embargo, funciona en el Hospital Madariaga un consultorio de demanda espontánea que atiende entre diez y quince pacientes cada viernes.
En los niños, según estudios oficiales, la prevalencia es aún mayor, ya que uno de cada 79 puede ser celíaco. Si bien es cada vez es más común que personas adultas alcancen al diagnóstico, la curiosidad radica en que por cada celíaco diagnosticado, hay ocho que todavía no lo saben.
Está comprobado que la incidencia es mayor en mujeres que en varones y, al existir predisposición genética a padecerla, cuando un paciente confirma el diagnóstico, se suele indagar en el resto de los miembros de su grupo familiar de primer grado (padres, hermanos e hijos) ya que tienen mayor predisposición a padecer la enfermedad. En este grupo, la prevalencia oscila entre el 5 al 15 por ciento y la enfermedad puede permanecer de forma asintomática.

Síntomas
El Territorio consultó con la médica Giovanna Porfilio Gularte, jefa del Servicio de Gastroenterología del Hospital Madariaga respecto a la sintomatología: “La enfermedad celíaca afecta a cada persona de manera diferente, tiene un amplio espectro de manifestaciones clínicas. Los síntomas pueden ocurrir en el sistema digestivo o en otras partes del cuerpo”. En este sentido, detalló que una persona puede tener diarrea, constipación y dolor abdominal, mientras que otra puede sentirse irritable o deprimida.
En este caso,“la irritabilidad es uno de los síntomas más comunes en los niños, al igual que la talla baja, la desnutrición y la diarrea crónica. Otras manifestaciones son la anemia sin causa, trastornos en el esmalte dental, aftas recurrentes y dermatitis herpetiforme”, afirmó Gularte.
Sin embargo, la profesional diferenció los tipos de síntomas. Por un lado, la sintomatología clásica, con diarrea crónica y/o malabsortiva, distensión abdominal y pérdida de peso; la no clásica, con signos digestivos, como diarrea esporádica, epigastralgia, náuseas, vómitos, dolor abdominal, reflujo gastroesofágico, pérdida del apetito y constipación.
También existe la no clásica con signos extra digestivos, como anemia, aftas orales, baja estatura, trastornos del esmalte dental, caída del cabello, uñas quebradizas, menarca tardía, abortos a repetición, menopausias precoz, parestesias, calambres, fracturas óseas, cefalea y depresión; y la forma asintomática.
Por otra parte, Gularte sostuvo que la enfermedad celíaca es genética. “El diagnóstico se realiza mediante un análisis de sangre y examen de una pequeña muestra de tejido del intestino delgado (biopsia endoscópica de intestino duodenal) y puede confirmarse en cualquier momento de la vida, desde la lactancia hasta la adultez. Tienen mayor predisposición de ser celíacas las personas con algún antecedente familiar que ya padezca esta intolerancia", explicó.

El tratamiento
El único tratamiento consiste en llevar adelante una dieta de por vida libre de gluten. Finalmente, la profesional advirtió sobre los riesgos: "El no cumplimiento de la dieta puede ocasionar complicaciones en el organismo. Pero con el cumplimiento se estima que los pacientes adultos consiguen la mejoría de los síntomas a partir de las dos semanas, la normalización serológica entre los seis y doce meses de tratamiento y la recuperación histológica a los dos años aproximadamente".

En cifras

400.000

Las personas que pueden ser celíacas en Argentina y cada vez son más quienes llegan al diagnóstico.

Alimentos sin gluten aumentaron hasta 150%

La crisis llegó también para los celíacos, ya que los productos que deben consumir son más costosos que aquellos con Tacc y no se consiguen en todos los comercios.
En los últimos meses, muchos de ellos sufrieron un incremento del 150 por ciento, por lo que varias familias de Puerto Iguazú dependen de las cajas que les provee Desarrollo Social de la Nación o las obras sociales.
Paola Ponce fue diagnosticada como celíaca hace tres años y a raíz de su diagnóstico sus hijos también fueron examinados, pero solo la mayor de 11 años resultó positivo, quien manifestaba problemas como obstrucción en los intestinos y colesterol alto.
Sin embargo sus antecedentes familiares son importantes, ya que de seis hermanos, cinco son celíacos. “Durante varios meses no vino la caja de Nación, fueron meses difíciles, mi mamá compartía conmigo algunas harinas, compramos algunas cosas en Brasil que es más económico, pero aun así sigue teniendo un costo elevado. Aprendimos a vivir y alimentarnos diferente desde que confirmamos los diagnósticos”, afirmó.
“Nosotros optamos por cambiar la dieta de toda la familia, por suerte mi marido acompaña. Eliminamos todos los productos con Tacc, pero cuesta mucho porque los productos son caros y no se consiguen en todas partes”, explicó.
Finalmente, confesó que “mi hija no va a los cumpleaños porque todo lo que sirven no puede comer, se alegra cuando las maestras en los viajes de estudios toman en cuenta su condición y le sirven alimentos sin Tacc, nunca me di cuenta lo importante que es tener conciencia de la celiaquía, en los eventos generalmente no se nos tiene en cuenta y eso nos entristece”. 

Es celíaca y elabora y vende productos caseros

Lorena Merochenich elabora todo tipo de comidas sin Tacc.
Lorena Merochenich tiene 41 años, es profesora de Educación Física con especialidad y amante del cestoball.
Oriunda de la ciudad de Eldorado, fue diagnosticada con celiaquía grado tres hace seis años atrás. Según pudo saber, su abuela era celíaca, por lo que asume haber heredado la misma condición.
Comenzó con síntomas como intolerancia a la lactosa y dolores de estómago, además perdió un embarazo, lo que la llevó a realizarse el control médico y el estudio resultó positivo. En aquel momento, toda su familia se realizó los análisis correspondientes y también su hermana, menor de 26 años, quien también dio positivo.
“Recuerdo haber dicho -cuando mi médico me confirmó que era celíaca- que se me había acabado la buena vida, y él me contestó ‘al contrario, ahora vas a empezar a vivir bien’. Años después comprendí que se refería al cambio en mi alimentación”, recordó en diálogo con El Territorio.
Sin embargo el cambio no fue sencillo. “Todos piensan que ser celíaco es dejar de ingerir de inmediato el trigo, cuando en realidad lleva un proceso lento, hay recaídas de por medio, picoteas algo que no debes y está bien, en el momento es rico, pero luego te das cuenta que te cae mal. De apoco se toma conciencia de lo uno tiene y todo mejora”.
En cuanto a su alimentación diaria, Lorena elabora en su hogar su propia comida, iniciativa que nació en gran parte a raíz de la falta de alimentos en las góndolas de los supermercados y por los altos costos que tienen una vez que se consiguen.
A pesar de la normativa sancionada en 2010 que obliga a los comercios a tener productos sin Tacc a disposición y correctamente señalizados, todavía cuesta conseguirlos.
“En mi casa todo se come sin gluten. Soy muy dulcera entonces empecé cocinando bizcochuelos, cupcakes, galletitas... con aciertos y desaciertos porque nuestra harina es más difícil de manejar, pero probando aprendí. Hoy hago desde pre-pizza, pan, pan para hamburguesas, tortas, vainillas, alfajores, todo lo que pueda cocinar lo hago bien casero”, aseguró.
Debido al éxito de sus comidas, hoy sus allegados le hacen pedidos, algunos celíacos y otros porque encuentran en la elaboración casera de sus productos un sabor particular que los hace amar su comida.
Finalmente, afirmó que la parte que más le costó fue lo social. “Cuando vamos a pedir comida ya estamos pensando qué comeremos porque hay una celíaca en el grupo”.

“Es aprender a convivir, a la gente todavía le cuesta”

Mariana Jacquet (34) tenía 28 años cuando le diagnosticaron que era celíaca. Lejos de tomarlo mal decidió encarar una lucha a favor de las personas que lo padecen y logró que en Oberá se apruebe una ordenanza para que haya góndolas en los supermercados de forma exclusiva con alimentos libres de gluten.
“Fue raro para mí y para la familia. Cambió todo, desde lo más simple como dejar de mojar el pan en la salsa, es un aprendizaje que te lleva a comer mejor a alimentarte con productos sanos”, explicó.
“Solamente el 10% de la sociedad sabe que padece la enfermedad y hace falta más información”, aseguró. Por este motivo presentó diferentes proyectos, no solo para los supermercados sino también  para que los restaurantes y casas de comidas tengan un menú para celíacos.
“En Oberá están todos los supermercados con la obligación de adherirse al proyecto de las góndolas con alimentos libres de gluten, los más grandes los tienen bien señalizado”, expresó Jacquet. Respecto a los bares y restaurantes, hasta el momento son pocos los que tienen la carta adaptada.  Cuando se reúne con amigos, explicó que “a veces yo llevo mi vianda, es aprender a convivir, a la gente todavía le cuesta no compartir utensilios porque contaminan nuestros alimentos”.