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Abuelos en hogares siguen en contacto con la familia mediante videollamadas

lunes 23 de marzo de 2020 | 6:00hs.
Buscan incrementar actividades para los adultos mayores en Montecarlo.
Buscan incrementar actividades para los adultos mayores en Montecarlo.
María Elena Hipólito

Por María Elena Hipólitointerior@elterritorio.com.ar

Los adultos mayores son los más vulnerables frente al coronavirus. Mantenerlos a salvo y alejados del contagio es fundamental para resguardar su salud. No obstante, hay gerontes que no están pasando la cuarentena en la casa de un familiar, sino que deben hacerlo en geriátricos o casas de ancianos al cuidado de otras personas, no pudiendo recibir la visita de sus seres queridos.
Consultada por El Territorio, la directora del hogar Abuela Inda, de Posadas, Alba Konopaki, señaló tratan de mantener la relación afectiva mediante videollamadas y llamadas a través del celular.
“Les sacamos fotitos y le vamos enviando a los familiares. A veces la ansiedad es más de los familiares que de las señoras, son ellos los que quieren saber si su mamá les extraña, si están bien, si tienen algún problema de salud”, contó.
La mujer además señaló que las 24 mujeres que residen en el hogar se entretienen con música, cuentos y la televisión. Mientras que las medidas de higiene se extremaron.
“Hasta ahora estamos todos muy bien contenidos, el médico es el único que está ingresando, además del personal. Ingresan por una puerta especial, se lavan las manos, se secan con toallas de papel y se usa mucho alcohol. Adentro estamos trabajando con barbijo, teniendo todos los cuidados para protegerlos a ellos y a nosotros porque ellos están acá pero nosotros podemos ingresar con cualquier virus”, señaló Konopaki.
Asimismo, indicó que los familiares son respetuosos y conscientes de la situación y todo lo que tengan que llevarles lo hacen a través de las rejas.
“Nosotros hacemos la charla de que hay un virus que es más fuerte que la gripe y por eso estamos todos controlados. Hay algunas que quieren estar prendidas a las noticias pero nosotros tratamos en lo posible de evitar eso, que vean otro tipo de programas, que escuchen música porque las noticias nos invaden por todos lados y quizás no puedan manejar tanta ansiedad”, agregó.
Una de las abuelas del hogar, Francisca Sánchez (84), en comunicación telefónica con este medio contó que tiene dos hijos, cinco nietos y nueve bisnietos. Lo que más le gusta a ella es leer novelas y revistas pero también se entretiene con la televisión y cuando le leen cuentos.
“No nos podemos ver y eso nos incomoda un poco pero por lo demás la estamos pasando re bien. Cuando me llaman por el celular se ponen todos juntos. A veces se pelean, si agarra el más grande, el más chico quiere también (se ríe). Ya nos quedan menos días, espero que esto no se extienda”, contó Francisca.
Y envió un mensaje a los que no respetan la cuarentena y salen sin una necesidad que lo amerite: “Por favor, que se queden en sus casas, que ni se muevan. Todos los días les llamo a mis nietos para que se queden con sus señoras y sus hijos, si hay que comprar algo que salga uno y vuelva lo antes posible. Esperemos que mejore, todos rezamos para que esto se termine”.

En San Pedro
Por otra parte, en San Pedro, los adultos mayores en situación de vulnerabilidad cuentan con un espacio físico dependiente de la Municipalidad, con comodidades y profesionales dedicados al cuidado y asistencia de siete abuelos que actualmente residen en el hogar.
Desde el primer día de emergencia sanitaria epidemiológica por brote de dengue y riesgo de coronavirus, los ancianos se encuentran aislados sin recibir visitas a fin de resguardarlos de las enfermedades.
Los profesionales se encargan de resguardar la salud de los mayores y en el lugar es posible leer carteles que indican y especifican sobre las medidas, que se cumplen fielmente. Las normas se establecieron porque diariamente los abuelos reciben visita de personas que se acercan a compartir un momento con ellos como así también otras que forman parte de organizaciones sociales y les llevan la merienda que es recibida a puertas cerradas.
En el interior, los adultos mayores usan de la creatividad para pasar los días inventando algún juego y contando anécdotas de la infancia, mientras que las actividades al aire libre están todas suspendidas.

En Montecarlo
Mientras que el hogar de ancianos San Roque de Montecarlo actualmente alberga a 25 personas, de las cuales nueve son mujeres y el resto hombres que tienen entre 70 y 108 años.
“Cerramos el hogar el lunes 16, desde ese momento solo ingresa el personal autorizado. Cualquier persona que haya tenido o tenga fiebre, tos, dolor de garganta, picazón en los ojos y demás ya no debe presentarse a trabajar”, explicó Amanda Mertz, presidente de la comisión del hogar.
Cada persona que llega entra directamente a un sanitario que está alejado del espacio común de los abuelos. Allí deben quitarse la ropa que traen puesta y colocarse otra desinfectada, usan barbijos y guantes.
“El hogar se desinfecta constantemente, mesas, pisos, se les da una alimentación saludable, vitaminas y hacemos todo lo que podemos para levantar sus defensas. Muchos de ellos siempre recibían visitas de sus hijos y nietos pero por ahora lo hacen a través del teléfono fijo o del celular de algún personal, a los números que les damos y por ahí hacen videollamadas”, explicó Mertz.
Los abuelos son constantemente monitoreados ya que el predio cuenta con cámaras de seguridad, también tienen la atención de un médico contratado por la institución y actualmente no hay ningún abuelos con resfrió por ejemplo.
“Continúan con las distintas actividades que ya venían haciendo como jugar a las cartas, pintar, tejer, cantar, tenemos a las asistentes terapéuticas que se encargan de eso, así que están contenidos y cuidados”, sostuvo.

En Alem
Por último, el hogar de ancianos que funciona en el barrio de Villa Libertad de Leandro N. Alem viven siete abuelos que son atendidos por un grupo de trabajadoras y monitoreados constantemente por una empresa de medicina privada de la ciudad.
Griselda Fleitas, encargada del lugar, contó: “Tomamos con extrema responsabilidad la cuarentena y entre todas las que se desempeñan conmigo únicamente transitamos de nuestras casas al asilo” y añadió: “Para ello ya hemos realizado todas las compras de mercaderías, remedios e insumos para que nos alcance hasta después de fin y así evitar todo contacto con otras personas”.
En tanto el hogar Carmelita, que funciona en el Hospital Samic de la misma localidad, tiene 25 abuelos también debió reforzar las medidas de higiene y seguridad para proteger a esta población de alto riesgo.
El director del nosocomio, Matías Sebely, señaló: “Desde hace varios días se suspendieron todo tipo de visitas que recibían los internos, muchas veces por personas que venían a realizar algún tipo de beneficencia pero en estos momentos está todo cortado por la cuarentena”.

Con información de corresponsalías Leandro N. Alem, San Pedro y Montecarlo