Una maleta cargada de sueños a miles de kilómetros de casa

domingo 27 de enero de 2019 | 6:00hs.
José trabaja para enviar remesas a su familia en Venezuela.
José trabaja para enviar remesas a su familia en Venezuela.
Lejos de casa. Con la añoranza de la familia que quedó en Venezuela, viviendo apretadamente porque buena parte de lo que gana lo manda a su país para ayudar a la subsistencia de sus padres e hijas. Así es la realidad que debe afrontar José Luis Sánchez, uno de los miles de venezolanos que fue parte de la emigración forzada cuya razón es la necesidad. De chico soñaba con conocer otros países, sus culturas y disfrutar de sus atractivos, pero jamás imaginó que el día que tomara un vuelo para emigrar a otro país sería tan duro.
"Salí de Venezuela en septiembre de 2017 con mi maleta, con unas pocas pertenencias pero llena de sueños, fue muy difícil dejar mi familia”, contó el hombre de 31 años que actualmente reside en Candelaria. La falta de comida y agua, la creciente inseguridad, las enfermedades, la carencia de medicamentos y la hiperinflación son las principales causas de su éxodo, mencionó a El Territorio.
“Tomé la decisión en tres días porque la situación en mi país ya no daba para más, yo debía buscar una mejor vida para mis seres queridos, pues allá para sobrevivir hay que hacer milagros”, sostuvo.
En compañía de su primo, José Luis buscó trabajo en Colombia, allí conoció a un grupo de personas y coincidieron en emigrar a la antigua capital de Misiones donde se las rebusca para enviar dinero a su familia para que puedan subsistir en su país natal y con la esperanza de poder rescatarlos.
“Mi mayor anhelo más allá de enviarles dinero cada mes es poder traerlos algún día, que sepan de esta vida, dentro de lo que se vive en Venezuela esto es la gloria”, dijo.
“A veces miro hacia atrás y lo único que se refleja es tristeza por haber tenido que dejar mi país en el que el hambre y la miseria caminan junto a uno cada día”, lamentó.

Resistencia
Sus ojos brillosos, su voz reseca, el llanto se contiene al afirmar: “Estoy poniendo todo y más de mi para que valga la pena haber salido y dejado a mis hijas”.
Según confió, una de sus hijas solo lo conoce por foto, ya que debió emigrar cuando la pequeña apenas tenía un mes y medio de vida. “La distancia duele, pero tengo la esperanza de salir adelante y que brille el sol para mi familia”, afirmó.
Y remarcó: “Todo lo que quiero es trabajar para darle esa vida que mis padres y mis hijas se merecen".
José Luis tiene en claro que si un día puede regresar a Venezuela tendrá que ser con los fondos necesarios como para montar su propio negocio.
“Estoy agradecido a este país que me cobija y me da una oportunidad de cumplir mi anhelo, aunque a veces no es fácil, hay muchos prejuicios a causa de que algunos hermanos venezolanos salen de allá para manchar nuestra tierra comportándose mal donde los reciben”, expuso.
“A mi no me importa cuánto deba trabajar en Argentina mientras sea para dar esa vida que quiero para los míos", añadió. “Adopté a Argentina como mi otra tierra porque se que aquí podré sacar a mi familia adelante y algún día estaremos juntos nuevamente”, reiteró.
Por último expresó: “La realidad de mi país me empujó hasta aquí, mirando el horizonte de la vida para ver salir el sol del progreso para mi familia y mío, y por ese motivo doy las gracias por aceptarme en esta tierra”.