“Queremos trabajar con las provincias con demanda laboral insatisfecha”

Argentina representa el país sudamericano con mayor población extranjera, según un estudio realizado por la Oficina Regional de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en Buenos Aires, con información brindada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Las razones por las cuales los ciudadanos dejan su país de origen son diversas, en tanto al momento de elegir otro destino el suelo argentino se muestra como la tierra prometida para forjar un proyecto de vida.
Los venezolanos lideran el ranking de inmigrantes en Argentina, desplazando así a paraguayos y bolivianos que cinco años atrás ocupaban ese puesto.
¿Qué impacto tiene la inmigración en el país?¿Cuáles son los requisitos y las restricciones para aquellos que echan raíces aquí?¿Cómo se insertan en el mercado laboral y qué medidas de control implementa el Gobierno? Para obtener respuestas, El Territorio dialogó en exclusiva con Horacio García, titular de la Dirección Nacional de Migraciones.

¿Cuál es la política migratoria en el país?
La base nuestra está marcada por Rogelio Frigerio cuando asumimos: seamos muy abiertos y hospitalarios con todos los que vienen a trabajar, estudiar y producir por la Argentina y seamos restrictivos con los que vienen con otros fines. Ese es el punto básico de la función y desde que comenzamos hicimos un trabajo muy grande de radicación, Argentina ha radicado en estos tres años 660 mil personas; es una cifra impresionante, la más importante de Latinoamérica. Una radicación que tiene un estándar de bienestar superior a toda Latinoamérica.

En esa línea de regularizar la situación de los extranjeros ¿cómo funciona el mecanismo de radicación a distancia?
La Dirección Nacional de Migraciones lo que hace es aplicar la ley vigente más respetar los tratados internacionales, el tratado del Mercosur. Con este esquema legal que tenemos, vemos que hay gente que permaneció irregular en Argentina durante quince y hasta 20 años. Es decir, que la Argentina le dio soluciones a personas para que no se preocupen de estar regularmente en nuestro territorio, cuando toda persona en cualquier lugar del mundo que funciona lo primero que quiere es regularizar su situación.
En vista de esto, hicimos la radicación a distancia que comenzó a funcionar en enero de este año y hay que ir implementándolo paulatinamente, sobrevive el sistema anterior y este que está naciendo. Escanean su documentación y se ponen en contacto con los funcionarios de Migraciones desde cualquier lugar donde estén sin tener que desplazarse a una delegación. Así que hoy no hay excusas desde cualquier locutorio se puede iniciar el trámite para tener una idea clara de cuántas son las personas que legalmente quieren vivir en Argentina.
¿Cómo se hace un presupuesto de salud si no se sabe cuántas personas van a acudir a los centros de salud? ¿Cómo se hace un presupuesto de Educación?

¿Tienen los extranjeros radicados los mismos derechos que los ciudadanos nacionales?
Exactamente. En Argentina pasa hace años que las personas que están irregulares también tienen los mismos derechos que los argentinos, lo que es un despropósito. Las previsiones de la constitución son para las personas que se ajustan a la norma y para eso tenemos una ley tan amplia. Esto es para luchar contra la trata de personas.
Además la persona que no se radica no existe para el sistema, por lo tanto no contribuye, no aporta. Después de los tres meses de turista, más los tres meses de prórroga, es decir, después de los seis meses en Argentina hay que pasar por la Dirección de Migraciones. La gente cuando toma la decisión de asentarse en un país pasa por Migraciones para ver cuales son los requisitos. Tanto así que tenemos una corriente migratoria que es muy proclive a la radicación que es la venezolana, que son la primera corriente en Argentina desplaza a los paraguayos.
La tozudez de Maduro hace un prever un desembarco de cada vez más venezolanos: una población que es joven, es instruida y en algunos casos tiene un alto nivel de instrucción, han venido más de 8 mil profesionales a la Argentina.

¿Los profesionales extranjeros tienen que cumplir con determinados requisitos para insertarse al mercado laboral en nuestro país?
Primero tienen que acreditar fehacientemente que tienen el título que dicen tener porque también es un peligro para la población autóctona. En eso, estamos en un armonización y las personas fueron aportando documentación. En Venezuela hay problemas de todo tipo y más de cuestiones administrativas
Nosotros pedimos por ejemplo que la persona no tenga antecedentes penales, en Venezuela hay más de 3 millones de personas que se fueron, imagínese, que le pidan constancia de antecedentes además de la renuencia del Gobierno a facilitar documentación

¿Qué pasa con aquellos que vienen con la intención de forjar su proyecto de vida, de crecer...?
Esto nos lleva a pensar a nosotros los argentinos qué queremos hacer con las personas de bien, no con aquellos que vienen a romper el contrato social, porque con esos sabemos, es más fácil, los tenemos que expulsar; porque esa persona rompió el contrato de confianza y no tiene ganas de convivir pacíficamente en Argentina.
Tenemos que tener una discusión bien clara los argentinos, este es un tema que en el país no se habla hace siete u ocho décadas. Esta manera de ver el país debilita a los estados provinciales porque hemos concentrado seres humanos y recursos en la Capital Federal y el primer cordón y una prueba acabada de esto es que de los 660 mil radicados en tres años Argentina el 83 % fijó domicilio en capital y el primer cordón, pegadito a la capital. Esto es una bomba demográfica que no le sirve a los migrantes, a los bonaerenses y no le sirve a otras provincias.

¿Por qué cree que se da ese fenómeno?
Los argentinos no hemos pensado en serio en este tema. Y hoy estamos trabajando en reconstituir el vínculo de confianza entre el Estado nacional y las provincias para que no crean que el Estado les quiere mandar gente, sin saber qué hacer con esa gente. Tenemos que hablar con los gobernadores y saber cuál es la demanda insatisfecha que tienen y vamos a ver que todas, Misiones incluida, tiene demanda insatisfecha tanto de común como de profesionales. De hecho ya hemos empezado a hablar con tres provincias, Río Negro, Neuquén y Chubut.

¿Cómo se pretende implementar esta clasificación y trabajo con el interior?
Esto hay que amarlo como un orfebre, esto no es mágico. Vamos a llegar a una plataforma electrónica para conjugar la demanda insatisfecha de las provincias y con el radex tenemos una información del migrante más detallado para que el migrante cuente qué hizo en su país. Ese trabajo lo vamos a presentar ante la sociedad inminentemente. El fenómeno de la integración tiene mucho que ver con el trabajo.

¿No le parece que en un contexto de crisis el trabajo puede ser un punto de conflicto entre extranjeros y nacionales?
La principal barrera que existe es cuando alguien siente que hay otro que no hace cosas productivas. Es como, por ejemplo, que lleguen a Misiones 500 personas que no hacen nada y el Estado tiene que subvencionarlas de alguna manera. Eso puede molestar. Lo único que abre oportunidades es el trabajo, las personas les abren los brazos a aquellos que viene a trabajar, a producir.
Hay datos que se deben clarificar, por citar un caso: en Río Negro están faltando 20 mil personas para levantar la cosecha y no aparecen. Los tienen que traer de Bolivia y nosotros estamos regulando para que no haya situaciones de explotación. Hay que clarificar esto porque en el interior hay demanda de mano de obra.

¿Cuántos extranjeros fueron deportados por romper el contrato social?
Llevamos 1.432 extranjeros expulsados en estos tres años; ahora hay mil más que van a ser buscados - para ser deportados -; 100 de ellos porque se les acabaron los recursos, y otros 243 por infracciones migratorias se le acabaron los recursos.