El francés que montó su propio paraíso natural en Iguazú

domingo 27 de enero de 2019 | 6:00hs.
En Misiones, Rémy conoció a Romina. Hoy afirma que Iguazú es su lugar en el mundo.
En Misiones, Rémy conoció a Romina. Hoy afirma que Iguazú es su lugar en el mundo.
Hace trece años, allá por el 2005, el francés Rémy Chenot, quien era representante inmobiliario en su país compró tres guías de viajeros, una de ellas contenía información sobre Argentina. Fue así que después de reflexionar por unos días eligió conocer Buenos Aires, Iguazú y Córdoba. Realizó un recorrido importante, visitó las tres ciudades y volvió a su país con la idea de volver a Misiones, pero no de visita sino a instalarse, ya que quedó encantado con la naturaleza que ofrece Iguazú. En su segundo viaje conoció a Romina Sanabria, quien es su esposa actualmente y que fue la desencadenante para establecerse definitivamente en Misiones.
Hoy en día Rémy Chenot es propietario de un complejo de cabañas ubicado en zona de granjas. Se trata de una empresa familiar que en un principio nació para ofrecer al turista europeo lo que busca. “Yo visité argentina y me enamoré de la naturaleza, de la tranquilidad, es todo lo que busca el europeo, totalmente lo opuesto a lo que tenemos allá. Y cuando decidí establecerme acá supe que invertir en turismo era lo mejor, entonces comencé a ver lugares hasta que encontramos este hermoso terreno y comenzamos a construir, tenemos un complejo chico con doce habitaciones pero hay huéspedes todo el año”, contó.
Haciendo referencia a la inversión inicial, Chenot, explicó que en ese momento fueron 70 mil dólares pero era la época del cambio 3 a 1, aunque constantemente se invierte dinero para mantener las instalaciones y renovar los ambientes “es relativamente fácil para los extranjeros invertir en Argentina, si bien las administraciones públicas no facilitan los trámites, cuando busque establecerme en Iguazú no me resultó difícil”.
Después de trece años, ya con la jerga argentina y misionera en su lenguaje cotidiano, Rémy Chenot dice ser un argentino más, repitiendo constantemente la frase “es lo que hay”.
No se relacionó mucho con los lugareños y no cuenta con muchas amistades en Misiones, extraña algunas cosas aunque admite que la comida es lo que más le hace falta. “Lo que más extraño de Francia es la comida, si bien yo me adapté a la alimentación argentina y misionera, cada vez que voy a Francia o vienen a visitarme mis familiares pido que me traigan quesos, algunos productos que no hay en Argentina y también sal, porque no se compara con la de acá”, manifestó y ejemplificó: “Una vez hice probar a unos amigos para que entiendan porque elijo la sal de Francia y todos entendieron, tiene otro sabor”.
Rémy constituyó su familia en Iguazú y tiene dos hijas, hace un par de años atrás pasó por un periodo difícil, una crisis, cuando notó que Iguazú no avanza y continúa con los mismos problemas de energía, agua potable y sin red cloacal. “En Francia pagás los impuestos que tienen prácticamente el mismo valor que acá, pero allá tenes todos los servicios públicos funcionando a la perfección, hospitales, escuelas, pero acá pagás y no tenés nada”, dijo y agregó: “Vi todo eso y pensé en volver a Francia, lo hablé con mi esposa y luego decidí enfocarme en mis cosas y en lo que ocurre del portón de mi complejo para adentro, mi pequeño paraíso, eso y mi familia me contiene y me hace feliz en este lugar”.
Así es como hoy considera que la ciudad del Norte misionero es su lugar en el mundo y no duda en ponerlo en palabras: “Si volviera el tiempo atrás, volvería a vivir en Iguazú, no conozco un lugar tan lleno de oportunidades y de bellezas como este, solo hace falta que los gobernantes mejoren la infraestructura del destino. Iguazú tiene todo lo que buscan los europeos pero faltan las cosas que ellos tienen allá”.