El caso Lucas y la asistencia a menores en conflicto con la ley

Uno de los crímenes más trascendentes de la provincia, en el que un menor de edad fue el protagonista del hecho, tuvo lugar en la ciudad de Posadas el 12 de junio de 2011.

La víctima fue Lucas Vega, de 18 años, quien cuando caminaba por la avenida López Torres hacia la parada del colectivo con su novia -luego de pasar la noche en un boliche- fue abordado por un adolescente de 15 años que intentó robarle su teléfono, pero como Lucas dijo que no tenía, le ejecutó un disparo en la cara para luego darse a la fuga.

El entonces adolescente es hijo de un suboficial de la Policía Federal. Justamente, para dispararle a quemarropa a Vega, el menor utilizó el arma reglamentaria del efectivo. Este único disparo primero dejó a la víctima con muerte cerebral, para provocarle la muerte horas después.

Respecto al autor del hecho, fue entregado por su propio padre, quien al enterarse de que el asesinato de Lucas fue con una pistola 9 milímetros llamó a su jefe y le dijo que sospechaba que su propio hijo podría estar involucrado en el crimen. Ante esto, puso a disposición su arma y se dirigió a la Comisaría Tercera para declarar.

Días después, luego de que las pericias confirmaron que el homicidio se había cometido con esa arma, el efectivo federal buscó a su hijo y lo entregó a la dependencia antes mencionada. En ese momento, el adolescente confesó que fue él quien ejecutó el disparo.

Desde ese momento el menor quedó detenido, junto a un presunto cómplice de 14 años -quien fue liberado por falta de mérito-, mientras se proseguía con las investigaciones para esclarecer el hecho. En total, el autor del crimen estuvo dos meses alojado en el Correccional de Menores de la capital provincial.

Luego, la causa siguió su curso con medidas a cargo de auxiliares de la Justicia: trabajadores sociales, psicólogos y psicopedagogos. Finalmente, luego de ser puesto en libertad, el adolescente fue a vivir a Resistencia junto a su familia, localidad a la cual su padre fue trasladado.

Perdón en abrazo
Sin embargo, antes de ser llevado a Chaco, el joven recibió una visita inesperada durante su estadía en el correccional.

Daniel, el padre del joven asesinado, con profunda tristeza por la muerte de su hijo, se reunió con el menor tres semanas después de lo sucedido para buscar respuestas.

Este medio pudo reconstruir que el progenitor, quien en ese entonces era pastor evangélico, terminó perdonando al menor y hasta lo abrazó, luego de escuchar la respuesta del motivo por el cual disparó a Lucas.

En el encuentro, el chico le dijo al padre de la víctima que él se encontraba en una fiesta con sus amigos, que habían tomado alcohol y que durante días estuvo drogándose con pastillas.

En esa línea, le admitió al progenitor de la víctima que esa noche fatal le había robado el arma reglamentaria a su papá y cuando Lucas le aseguró que no tenía ni plata ni celular le pegó un tiro en la cara.

Residencia Lucas
Luego de un año del crimen, los padres de Lucas inauguraron oficialmente en Garupá el hogar de rehabilitación y contención ideado para “salvar una vida de la delincuencia y una vida de la muerte”.

En diálogo con El Territorio, Vega señaló entonces que “es una bendición este acontecimiento” y confió que “vale la pena el esfuerzo”. Asimismo, el entrevistado explicó que “hay un equipo interdisciplinario en el que interviene en primer lugar la Justicia. Recordemos que los chicos no pueden llegar a este lugar sin una orden del juez de menores de la provincia, que labra un oficio a través del cual el chico es alojado en la Residencia Lucas”.

“Ahí es donde intervenimos nosotros con la parte de psicología, psicopedagogía, profesorado de Educación Física, acompañamiento escolar. También nos involucramos nosotros en la parte espiritual, tratando de trabajar para brindarles una alternativa de vida diferente”, detalló Vega, sobre el hogar que comenzó a funcionar en enero de 2011.

Con la Residencia Lucas, el hombre alegó que “podemos darles esa oportunidad, poder enseñarles nuevos valores si se dejan enseñarles; las puertas están abiertas para todos”.

“Si esto hubiese existido, quizás este chico que asesinó a Lucas alguna vez hubiese caído en ese lugar y quizás mi hijo hoy estaría con vida”, concluyó.

Cemoas
Por otro lado, el principal instituto de la provincia es el Centro Modelo de Asistencia y Seguimiento de Niños, Niñas y Adolescentes (Cemoas), creado en Posadas en 2019 y hoy con sedes en Oberá y Eldorado.

El Cemoas es el primer lugar al que los menores de edad en conflicto con la ley llegan luego de ser demorados por las fuerzas de seguridad.

“Cuando ingresa un menor de edad al sistema penal provincial, automáticamente ese chico, niño o niña, adolescente, tiene que venir a este centro. Entendemos que el centro de asistencia y seguimiento trata de restituir aquellos derechos, como la educación, la asistencia, la parte de salud y toda la actividad recreativa y formativa que fueron vulnerados en el niño o niña, adolescente”, explicó el director del establecimiento de Posadas, Cristian Ortiz.

En esa línea, Ortiz explicó que si bien el menor -que en su mayoría se trata de chicos de 13 a 17 años- llega principalmente al establecimiento producto de cometer una infracción en la ley penal, también pueden llegar por una contravención.

Desde que llegan al centro, los adolescentes, niñas o niños son asistidos tanto en la parte médica como en la educativa y psicológica, que es realizada por los profesionales que se encuentran de turno.

En ese marco, el director del Cemoas alegó que los chicos que son intervenidos por los profesionales cometen hurto, robo, delitos contra la integridad sexual y en algunos casos homicidios. Cuando el delito se trata de un homicidio, posteriormente son trasladados a la Unidad Penal IV de menores.

Adicción como problemática
En cuanto a los factores del por qué delinquen a tan temprana edad, la lupa está puesta mayormente en el consumo de drogas a las cuales pueden acceder con facilidad.

“En la mayoría de los casos de robos, los chicos tienen un problema de sustancias (drogas y alcohol). Muchas veces van a robar, hurtar, etcétera, para volver a consumir”, lamentó Ortiz, quien aclaró que es por ese motivo que cuentan con la intervención del Ministerio de Prevención de Adicciones como órgano de aplicación, que hace que posterior a la demora continúen con un seguimiento y un abordaje que hace que “podamos tener más comunicación con los chicos que pasan por el Cemoas y también con la familia que es fundamental en este proceso de recuperación, restauración o reiniciación social de estos chicos”, concluyó el director de la institución, que ya ha actuado en la reinserción a la sociedad de más de 500 chicos.

Once menores en unidades penales

En cuanto a números, fuentes del Servicio Penitenciario revelaron que hay 43 alojados menores de 20 años que se encuentran distribuidos en las distintas unidades penales de la provincia. De ese número se detalla que once son adolescentes (cinco de 16 y seis de 17 años), mientras que los 32 restantes comprenden a jóvenes de 19 y 20 años.

De esos 43 jóvenes detenidos por delitos graves, 36 se encuentran alojados en la Unidad Penal IV -ICMenores-. Asimismo, detallaron que de los chicos que se encuentran en el Correccional de Menores, la gran problemática tiene que ver con la adicción a distintas sustancias.

Siguiendo con la estadística, este medio pudo saber que el 60 por ciento de los internos menores de edad instalados en la UP IV tienen asistencia terapéutica debido a las adicciones.

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