Tenía 41 años

Adiós a Fer Rosa: llorar a quien tanto hizo reír

Con Rulo Espínola sacó carcajadas a todos aunque detrás de ese personaje crecía la congoja que hoy la cultura misionera también comparte. Siempre con los ojos sobre la actualidad y una mirada comunicadora, su perspicacia se traducía en una crítica social ingeniosa que hacía reír y que buscaba hacer crecer el humor en la provincia
sábado 06 de enero de 2024 | 6:05hs.
Adiós a Fer Rosa: llorar a quien tanto hizo reír
Adiós a Fer Rosa: llorar a quien tanto hizo reír

Activo y perspicaz, irónico, Fer Rosa descollaba su ocurrencia en el humor, ese espacio donde encontraba alivio a sus tristezas y también donde podía provocar, sacar una sonrisa pero consciente, dejando un mensaje que aportara a una sociedad mejor.

Con el mismo espíritu se sumó a la actividad política, primero en la Dirección de Personas con Discapacidad de Posadas en 2021 y Subsecretario de la Discapacidad de Misiones, dependiente del Ministerio de Desarrollo Social más recientemente.

La artrosis por la discapacidad con la que había nacido le estaba jugando una mala pasada en el último tiempo. Si bien nunca lo detuvo, la agilidad con la que estaba acostumbrado a moverse le era cada vez más vedada y por consiguiente acarreaba una depresión difícil de sobrellevar -a pesar de tener el acompañamiento de los suyos- que lo llevó al peor desenlace.

Con 41 años, dejó un legado enorme en el humor misionero, que desde hoy muchos buscarán hacerlo crecer en su nombre. Desde joven, su simpatía fue explotada en las tablas y en cuanto micrófono hubiera cerca.

Rosa sumó humor a las ediciones del Festival del Litoral. Foto: archivo el territorio/Sixto Fariña

Así, ya se destacaba en el colegio secundario y en la universidad muchos recuerdan los personajes que inventaba cotidianamente. 

Actor y comunicador social, Fernando Rosa fue encontrado muerto en su departamento el jueves al atardecer. Inmediatamente el estupor inundó Posadas, ante un descreimiento de tan trágica noticia.

Es que Fer trascendió la cuarta pared del teatro y las pantallas de televisión o celulares con su picardía. Aunque buscaras evitar reír, sus comentarios terminaban colándose en tu ser para sacarte alguna carcajada de alguna u otra manera. Porque su capacidad de observar la realidad y comunicar, lo hacía un hábil guionista, creador de sus propios espectáculos, que llegaban al corazón de miles de personas, con astucia.

Tal como él mismo definía, su personaje Rulo Espínola era el más popular de todos y que a pesar de querer diversificarse, el que masificó su talento y lo hizo reconocido. Lideró talleres de teatro, de stand up, buscó crear nuevas formas de humor a cada paso, pero siempre el más convocante era Rulo. Por eso, ya consciente de que Rulo era lo que la gente elegía ir a ver al teatro,  hace poco más de un año estrenó su último show: Inmaterial, donde reflexionaba sobre la inteligencia artificial, las redes sociales y en definitiva, cómo se reconfiguraban las relaciones humanas.

“Tenemos miles de grupos de amigos, grupos de WhatsApp para hacer asados que la mayoría de las veces no salen, entonces los vínculos son cada vez más inmateriales. Los vínculos requieren tiempo, requieren sentarse a charlar, mirarse. La amistad requiere tiempo, todo requiere tiempo que es material y hoy vivimos un momento donde todo es más rápido”, reflexionaba entonces, en la previa de su estreno.

En diálogo con una estudiante de comunicación social, carrera que él eligió para licenciarse, el actor lanzó definiciones que hoy cobran un nuevo sentido, habló sobre la actualidad del humor y la necesidad de plasmar un mensaje con el arte. 

“Cada vez que escribo, es desde la necesidad imperiosa que tengo de decir que algo me está doliendo y que algo necesito comunicar desde mi vulnerabilidad. Es algo que me está quitando el sueño y que veo que necesito decirlo, pero no lo puedo decir desde el drama, sino que lo digo desde el lado del humor. Si la gente lo comparte o no, ya es parte de la gente”, deslizaba.

Y en esa misma entrevista, destacando su profesión, recordó que su directora de tesis, Elena Maidana, le repetía la siguiente frase: “Siempre que tomen la palabra, tienen una gran responsabilidad, no pueden decir cualquier cosa”. Por eso es que entendió que Rulo era mucho más que simpatía, era una especie de sátira sobre nuestra vida actual.‘‘Si bien voy metiendo la anecdótico, Rulo siempre hizo una crítica social y coyuntural”, según detallaba el actor.

Y haciendo referencia a su admirada profesora universitaria, marcó: “Yo eso lo llevo al escenario, no puedo decir cualquier cosa. Aunque hable desde el humor, tengo que fijar un mensaje, tengo que dejar un mensaje. Entonces, eso le da una base fuerte, porque la gente siente que hay alguien que está diciendo algo que necesitaba que llegue”.

Desde la sorpresa al llanto, la comunidad artística y periodística lamenta la triste pérdida de Fer Rosa, recuerda la simpatía de Rulo y aguardaba desde el jueves la confirmación de su despedida, tras la finalización de los trámites legales necesarios previo a su velorio- que finalmente comenzó anoche en el centro de la capital misionera.   

Con la contundencia con la que se despide a un artista comprometido, que hacía humor consciente y desde un anhelo reflexivo por una sociedad más empática, hoy la cultura llora a Fer Rosa con la culpa de haberse regocijado en carcajadas que desató su genio pero sin poder advertir que detrás de ese histrionismo, yacía una honda tristeza.

Más allá de todo, quedará para siempre su legado de chistes, profesionalismo y reflejo de una idiosincrasia binacional, como pocos han logrado evidenciar desde el humor. 

Creador de sonrisas que deja una tristeza inesperada

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