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Creador de sonrisas que deja una tristeza inesperada

sábado 06 de enero de 2024 | 6:00hs.

Una persona que hizo felices a miles de personas deja una gran tristeza inesperada. Fernando Rosa, el comediante que supo sacarle una sonrisa al misionero ahora es motivo de lágrimas porque decidió quitarse la vida el  4 de enero, entre la tarde y la noche posadeña. Tenía 41 años y toda una historia como artista teatral.

Hace varios años atravesaba una depresión que lo venció, a pesar de contar con el acompañamiento de su familia y allegados muy íntimos.

Toda su familia, sus hermanos y sobrinos lo amaban por su natural forma de ser, la misma que conquistó los corazones de miles de personas que lo conocieron y lloran su fatal ausencia. Porque era una personalidad destacada de la cultura. Fue reconocido como el Premio Revelación del Festival Nacional de la Música del Litoral 2015 por sus intervenciones humorísticas con su entrañable personaje Rulo Espínola, con el que presentó más de una decena de espectáculos con ingeniosos guiones escritos por él mismo. Y que hicieron felices a quienes llenaron la sala Mandové Pedrozo para verlo, bajo la dirección de su papá, Buki Rosa, que está enfrentando la abrupta partida.

Buki fue quien le abrió, cariñosamente, el camino por la senda artística para encontrarse, no sólo a Rulo -inspirado en un paraguayo que conoció accidentalmente-, sino a decenas de personajes que construyó en el escenario con total profesionalismo,y también para el cine, como en Fantasma, vuelve al pueblo, de Augusto González Polo. Sin embargo, Rulo quedará como el más popular de todos, con el que también fue parte de diferentes programas de televisión y radios.

Fer Rosa también entrenó actores y dio lugar a que otros humoristas subieran al escenario desde que marcada tendencia, en 2010, con su espectáculo Sinceriamente, con el que comenzó a perfilar su trabajo como comediante y monologuista. En ese trabajo profesional de dramaturgo, tenía una sensibilidad especial que introducía en fragmentos, para dejar una reflexión sobre la injusticia que había entre los desposeídos, particularmente los niños.

Su último espectáculo como Rulo Espínola se vio el año pasado y se llamó Inmaterial con el que planteó los enredos comunes de las redes sociales, algo que solía presentarse en sus textos, en los cuales sostenía una crítica aguda a las relaciones humanas,interpretadas siempre con las picardías propias de quien se identificaba no como comerciante o bagayero sino como un ‘ejecutivo de frontera’ y con la intención de ser el primer intendente binacional, bajo la idea de unir para siempre a Posadas con Encarnación.

El camino de Fer Rosa fue siempre ascendente y ocupó todos los espacios posibles para un humorista de su talla. Pero, paralelamente, en la intimidad pasaba momentos muy duros, que no sólo tenían que ver con la congoja, sino con dolores propios de la artrosis por la discapacidad con la que había nacido, algo condicionante para su movilidad, pero que jamás significó una barrera para su vida trajinada. El humor destelló desde chiquito en él, gracias a una frescura natural e inspirado por grandes como el mexicano Cantinflas. Por otra parte, fue estudiante del Bachillerato Humanista, adonde cosechó sus primeros grandes amigos, y luego, en la carrera de Comunicación Social en la Unam, sumó otras tantas amistades que conservó ya como licenciado.

En paralelo a su carrera artística, también fue funcionario municipal y provincial. Pero, más allá de su incursión en la política, deja un vacío enorme en la cultura porque era el mejor comediante que tuvo la más reciente historia de Misiones. Por eso es una pérdida enorme para ese patrimonio que conforma la identidad de una comunidad.

Fer Rosa, el humor que trasciende la tragedia

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