Fabrica juegos y juguetes didácticos y ecológicos

Un dinosaurio de madera, pedido especial que fue motor de un emprendimiento

Fabio Freiberger es un carpintero de Capioví que ante el deseo de su hijo de tener una figura con su animal favorito, diseñó su primer juguete. Al ver la reacción de felicidad del niño se animó a elaborar otros juegos y comenzar su producción propia
martes 12 de diciembre de 2023 | 1:00hs.
Un dinosaurio de madera, pedido especial que fue motor de un emprendimiento
Un dinosaurio de madera, pedido especial que fue motor de un emprendimiento

El capiovicense Fabio Freiberger (33) encontró la manera de hacer confluir su oficio de carpintero con su lado más creativo y ecológico.

Así dio forma a un emprendimiento familiar de fabricación de juguetes de madera ciento por ciento artesanales y didácticos que tienen detrás mucha investigación.

Fabio se acercó al mundo de la carpintería hace diez años por su trabajo en un aserradero, pero fue hace un año y por un pedido especial de su hijo que confeccionó el primer juguete: un dinosaurio, que al mismo tiempo fue el motor para encarar su proyecto propio y comenzar a equipar mejor su taller.

“Empecé a trabajar en un aserradero en 2010 y en 2013 me enviaron al sector de carpintería, desde entonces empecé a adquirir conocimientos en el rubro y a manejar las máquinas”, contó.

Paso a paso fue adquiriendo las herramientas y máquinas necesarias para tener su propio espacio en su casa para dedicarse de lleno a la madera.

Incluso sostuvo que en un principio carecía de conocimientos para el trabajo maderero y con consultas e investigaciones incursionó “con pruebas y errores, pero siempre con la voluntad de mejorar”, dijo y añadió, “el objetivo siempre es aprender y ante las fallas intentar nuevamente dando lo mejor”.

El origen
Su dedicación en el campo de los juguetes de madera y juegos didácticos según precisó se inició cuando uno de sus hijos, Adrián, que es fanático de los dinosaurios, le solicitó un juguete con la figura del extinto animal.

Esa primera pieza le gustó mucho a su hijo y viendo el resultado arrancó a hacer más artesanías para los niños.

“Con mi pareja empezamos a investigar más sobre los juegos didácticos que no son muy conocidos, con una metodología que los chicos tengan interés por aprender a partir del juego y fue así que inicié con letras, números, figuras de encastre geométricas”, describió y resaltó que estos juguetes no solo fomentan capacidades lúdicas sino que también desarrollan distintas capacidades y habilidades de aprendizaje que tienen que ver con la creatividad, memoria, autoestima, concentración.

Cada juego didáctico tiene su función y los niños al jugar, “los adaptan al juego y aprenden mientras se divierten”, postuló.

Conectados sin pantallas
Otra ventaja de los juguetes de madera que advirtió el artesano se relaciona con que promueven pasar el tiempo y jugar sin pantallas. “Al jugar con estos juguetes los chicos salen un poco del uso de las pantallas y vuelven a la naturaleza, a lo hecho de manera artesanal”.

Y sumó más bondades ya que son de una materia prima que abunda en nuestra zona y las piezas se hacen a veces con cortes de otras producciones más grandes por lo que se aprovecha más el recurso.

“No llevan ni plásticos ni pilas y son muy durables”, refirió y convino que de esta forma no son tóxicos, pueden durar años y son amigables con el medio ambiente.

Al indagar en el universo de los juguetes el carpintero se dio cuenta de que si bien son para los chicos también los docentes pueden incorporar los juguetes en las actividades en clases, lo que les confiere versatilidad.

Presente y futuro
En la actualidad, Freiberger dijo que dedica tiempo completo a su trabajo en el taller, su pareja lo ayuda con los detalles como las pinturas y ambos exponen y venden en ferias y por las redes sociales.

En referencia a los artículos que más salida tienen, enumeró que son los tableros sensoriales con números y letras que pueden girar.

Como objetivo el emprendedor se propone ampliar la carpintería e incorporar a personas que deseen revender. El emprendimiento lleva el nombre de Álu, la fábrica está en Capioví y en las redes se lo puede encontrar como @juegos_didacticos_alu.

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