Familiares sostienen que los huesos encontrados son de Aurelio Schimpf

La figura de Aurelio Schimpf, el hombre de 79 años que desapareció en marzo de 2021 en Jardín América, sigue firme día a día en la memoria de sus seres queridos. Desde hace más de dos años que sus familiares buscan intensamente junto a unidades policiales novedades del vecino, aunque hasta el momento no hubo resultados ni indicios de dónde podría estar.

Hace un mes, un vecino del barrio Virgen de Itatí de la citada localidad encontró huesos que podrían ser de una persona. Esto significó una nueva pista para Estela, una de las hijas de Aurelio. Si bien se continúa esperando el resultado del ADN para determinar si es él, la mujer reconoció elementos hallados en el lugar del hecho que coincidiría con las pertenencias de su padre.

Desaparición y búsqueda

Aurelio fue visto por última vez el 13 de marzo a las 21, cuando se hallaba en su casa durmiendo. Al día siguiente, comenzaría la preocupación de la familia cuando su hija volvió al domicilio para verlo, pero él ya no estaba.

“Desde ahí empezó la búsqueda. Primero en los alrededores de su casa, en pinares, montes e incluso en otras localidades”, dijo Estela Schimpf en exclusiva con El Territorio.

En esos primeros días de búsqueda, una persona de Colonia Oasis dijo haberlo visto. Sin embargo, a pesar de que se hizo un extenso recorrido por la zona no hubo ninguna pista del paradero del hombre.

Tres meses después, a través de investigaciones, se tomó conocimiento que el día en que Aurelio se ausentó de su casa fue visto en Colonia Naranjito, pero nuevamente esas pistas no arrojaron resultados positivos para localizarlo.

Los restos óseos fueron hallados en una zona de monte de la localidad.

Finalmente, luego de más de dos años de la última pista, el pasado 22 de julio, un vecino de Jardín América encontró en un monte de su propiedad restos óseos. A su vez, halló un par de zapatillas, una linterna y llaves. Objetos que Estela reconoció y dijo que pertenecían a su progenitor.

“Sentí tanta tristeza al hallar esos elementos, estaba tan cerca y lo buscamos lejos”, dijo y añadió: “Hay rabia también de por medio, porque no hay un organismo especializado en estos temas, alguien que sepa buscar, investigar y acompañar a la familia del desaparecido. Una persona que no sea del entorno puede encaminar mejor el sendero”.

En esa línea, la entrevistada dijo que está casi segura que lo hallado son los restos de su padre y que sintió algo de alivio, aunque aún tenía la esperanza de encontrarlo con vida, hablar con él y fundirse en un abrazo interminable.

Estela está agradecida a Dios por tener la oportunidad de saber donde terminó su padre, se aferra al deseo de poder darle una sepultura después de dos años y cuatro meses de búsqueda e incertidumbre. Tanto ella, como sus familiares todavía esperan los resultados del ADN, lo cual expresó que es un proceso largo y parece interminable.

“Yo creo que es él, no sé cuánto tiempo más seguiré esperando los resultados. Ya se pidió turno desde el juzgado para el ADN, aunque hasta ahora no obtuvimos respuestas”, acotó.

Ahora la familia aguarda los resultados, que podrían resolver el paradero de Aurelio, donde solo desean cerrar este proceso, cerrar una etapa y aunque esté latente el dolor de que Aurelio está sin vida, el deseo es despedirlo en el último adiós.