SI QUERÉS RECIBIR LAS NOTIFICACIONES DE LAS ÚLTIMAS NOTICIAS ENTRÁ ACÁ

Pulmón en peligro, crece el debate para financiar los bosques tropicales

Tras la Cumbre Amazónica, celebrada el pasado 8 y 9 en Brasil, se consolida la idea de exigir a grandes potencias el pago por servicios ambientales. La discusión internacional para frenar el cambio climático continuará en la COP 28
domingo 13 de agosto de 2023 | 8:30hs.
Pulmón en peligro, crece el debate para financiar los bosques tropicales
Pulmón en peligro, crece el debate para financiar los bosques tropicales

Por primera vez en 14 años, los líderes de los países que comparten territorio amazónico se reunieron en la última semana para definir su cooperación. Los mandatarios de los ocho países de la región amazónica tuvieron un intercambio de dos días en Brasil, durante la Cumbre Amazónica. El evento, del 8 y 9 de agosto, buscó poner en común alternativas para dotar a los países de fondos para el cuidado del medioambiente y las selvas tropicales que hay en sus territorios. La reunión sirvió para adelantar posturas comunes de cara al encuentro del COP 28 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático) en noviembre próximo en Dubai, donde los países debatirán estrategias para combatir el cambio climático que está teniendo el mundo.

Este esfuerzo busca encontrar nuevas fórmulas que ayuden a salvar la selva tropical, en el contexto de la crisis climática. La agenda incluye temas como la lucha contra la deforestación, la minería ilegal de oro y las infracciones medioambientales.

La región antártica es señalada como una de las primeras en manifestar grandes cambios en su superficie.

El presidente de Brasil, Lula da Silva, dijo que es urgente ampliar la cooperación entre los países de la región. “Hacía 14 años que no nos veíamos. Es la primera vez que nos reunimos aquí en el estado de Pará y la primera en un contexto de fuerte agravamiento de la crisis climática. Nunca ha sido más urgente retomar y ampliar esta cooperación. Los desafíos de nuestra era y las oportunidades que se presentan exigen una acción conjunta”, dijo el político brasileño.

Mientras tanto, frente a la sede de la cumbre, varios grupos indígenas salieron a la calle con carteles contra el capitalismo, el lavado verde, la industria petrolera y la extracción de oro.

Cumplir sus deberes

Al cierre de la cumbre de dos días en la ciudad brasileña de Belén, hubo una clara exigencia a promover: que los países desarrollados “cumplan sus obligaciones en materia de financiación climática” de cara a la cumbre del clima COP 28. En esa línea el presidente anfitrión, Luiz Inácio Lula da Silva, remarcó que las naciones centrales deben “poner dinero” para preservar la Amazonia.

Lula y los demás líderes de los ocho países de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (Otca) que comparten territorio de selva, anunciaron una alianza contra la deforestación, aunque sin consensuar metas. La cumbre incluyó a representantes de la República del Congo y también la República Democrática del Congo más Indonesia, países que tienen grandes reservas de bosques tropicales.

La contaminación de ríos también preocupa en la región amazónica.

Los mandatarios expresaron su “preocupación” por el incumplimiento por parte de los países centrales “de su compromiso con la financiación del desarrollo equivalente al 0,7 por ciento de la renta nacional bruta” y con la “financiación climática de 100 mil millones de dólares al año en recursos nuevos y adicionales para los países en desarrollo”.

Dinero para los bosques tropicales

“Vamos a la COP 28 con el objetivo de decirle al mundo rico que si quiere preservar efectivamente los bosques, hace falta poner dinero, no sólo para cuidar de los árboles, sino también de las personas que viven” allí, afirmó Lula en una conferencia de prensa al final del segundo día de la cita.

“No somos los países como Brasil, Colombia, Venezuela... los que precisamos dinero, es la naturaleza que necesita financiamiento”, advirtió Lula. Y llamó a no aceptar el “neocolonialismo verde” de los países centrales que, “con el pretexto de proteger el medio ambiente, impone barreras comerciales y medidas discriminatorias y hace caso omiso de nuestros marcos normativos y políticas nacionales”.

Durante su intervención inaugural, el presidente brasileño señaló que no basta con combatir la deforestación, ya que en los sitios donde más se devastan los bosques es donde más pobreza existe y donde se registran los peores índices de salud, saneamiento, educación, seguridad alimentaria y violencia. “Iremos a la COP28 a decir que si quieren preservar los bosques es necesario poner dinero, no sólo para las copas de los árboles, también para cuidar al pueblo que está a su sombra, que quiere trabajar y estudiar”, expresó el mandatario.

Como se prepara la COP 28

El planeta siente el verdadero alcance y profundidad de la crisis climática y su impacto. Todo el mundo es testigo del aumento de fenómenos climáticos extremos, como tormentas, huracanes, olas de calor y frío y sequías más intensas, duraderas y frecuentes, con escenarios pesimistas para final de siglo.

A diferencia de otras crisis, el cambio climático es global, de inmensas dimensiones, y sin lugar a dudas, genera un cambio estructural que amenaza a la prosperidad, seguridad social y económica de todos nosotros.

Sin embargo, es probable que la próxima COP sea, esta vez, escenario de profundas disidencias entre Norte y Sur y, no menos importante, encuentre la resistencia de aquellos sectores que representan fuertes intereses económicos. Durante los últimos años se postergó, debido a esa resistencia, la ejecución de medidas vitales para la mitigación de los fenómenos generados por la crisis climática.

Difícil acuerdo entre pobres y ricos

Ya este año, durante el mes de junio, en Bonn, Alemania, durante la conferencia donde se decide gran parte de la agenda de la COP 28, se evidenciaron los fuertes desacuerdos entre los representantes de países desarrollados y aquellos en desarrollo, ya que no alcanzaron, los negociadores, acordar temas básicos en la agenda de las conversaciones.

Dos ejemplos claros de esta discordia son los programas de trabajo en referencia a la mitigación y aquellos relacionados con el financiamiento; ambos, de extrema importancia y fuertemente relacionados. Durante la última conferencia en Sharm el Sheikh (COP 27), se acordó la importancia de ampliar los procesos necesarios para alcanzar la mitigación de los efectos generados por la crisis climática. Es claro que los procesos necesarios para mitigar los efectos del cambio climático requieren apoyo financiero a mediano y largo plazo que permitan su implementación y, paralelamente, el suministro de herramientas que permitan la adaptación de los diferentes sectores económicos a una situación de clima cambiante.

La solicitud de aumento en la financiación de estos programas por parte de los países en desarrollo encontró una fuerte negativa de la Unión Europea, EE.UU. y otros países desarrollados, que argumentaron que la financiación ya es parte del programa para la mitigación. Esta discordancia condujo a que programas de mitigación y cuestiones de financiamiento quedaran pendientes y momentáneamente no hayan sido incluidos en la agenda de la COP 28.

A medida que la crisis climática aumente, los fondos para adaptarse y mitigar los efectos de la crisis aumentarán y, con ellos, la exigencia de los países más afectados de obtener una compensación económica por las crecientes pérdidas y daños ocasionados por el cambio climático.

El desafío de la financiación

¿Quién debe pagar por esos daños? Países de menor desarrollo, afectados por fenómenos meteorológicos extremos con mayor frecuencia, intentan conducir programas de adaptación y mitigación al cambio climático, si bien, no existe simetría en referencia a su contribución a la crisis climática comparada con los países desarrollados.

Estudios realizados y publicados en el año 2020 determinaron que los países industrializados fueron responsables del 92% del exceso de emisiones globales de carbono producto de la rutinaria quema de combustibles fósiles, entre otras razones.

Paralelamente, cabe señalar que los artículos 6 y 9 del Acuerdo de París establecieron un marco para la cooperación voluntaria entre países a través de los mercados de carbono (para cuidar bosques) y la provisión de recursos financieros para ayudar a los países en desarrollo. Asimismo, se deben sumar los avances logrados en la COP 27 en referencia a la creación de fondos para la financiación de los mencionados proyectos y así poder aumentar el apoyo a países pobres y altamente vulnerables a los efectos del cambio climático.

En definitiva, el objetivo de la financiación climática es poder facilitar la adopción y consolidación de sistemas de manejo y tecnologías que permitan reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y poder lograr un desarrollo resiliente.

Temas de esta nota
¿Que opinión tenés sobre esta nota?