Entrenar y hacer números: cuánto cuesta ser deportista

La economía argentina atraviesa uno de sus momentos más delicados de los últimos años. La inflación disparada parece no tener un techo y es una embestida directa al bolsillo.

Obviamente que el deporte no es ajeno a las consecuencias por lo que cada vez se vuelve más difícil elegir una disciplina que escape de los convencionales como el fútbol o el básquet. El motivo es simple: la suba de precios.

Los elementos, los viajes y hasta las cuotas societarias se ven involucrados en este fenómeno que puede dar marcha atrás cualquier expectativa. Pero aún así, hay personas que deciden dejar todo en la cancha para sostenerse en el deporte y no caducar en el camino.

Este informe contará cinco historias de sacrificio, persistencia y amor por el deporte más allá del contexto económico que ya resulta inevitable. Cinco relatos reflejados en cinco disciplinas: atletismo, hockey, tiro con arco, ciclismo y handball.

Alicia Viana (56) se define como una amante del hockey y ocupa el puesto de arquera para Cazadoras Blanco dentro del torneo de las Mami’s. Un puesto que requiere de una inversión importante para comprar las protecciones que alcanzan los 200 mil pesos, y todo costeado con rifas y ayudas de todo tipo.

Isabella, la hija de la triatleta Belén Llera Sosa, da sus primeros pasos en el ciclismo de pista, deporte con elementos cotizados en dólares y que requieren de mucha inversión. Foto: Joaquín Galiano.

Se puede decir que todo es a pulmón, como ocurre con Ezequiel Tydezke (15) en Jardín América. El jugador del equipo de handball de Los Jaguares necesita viajar a Mendoza para representar a la selección misionera y está en plena etapa de recaudación. Costearse el viaje es el objetivo primordial.

Bajo este mismo concepto aparece Fabrico De Contardi (44). quien fue campeón provincial de pedestrismo y hoy vende yuyos medicinales en Oberá para solventar los gastos de su carrera deportiva. “Quería seguir corriendo y se me ocurrió esta idea. Por suerte me está yendo bien; nuestro cuerpo es nuestro templo y si recibe cosas buenas, hace cosas buenas”, dijo.

Por su parte, Juan Pablo Pamberger (19) es de los arqueros más prometedores de la tierra colorada. Pero practicar esta disciplina de manera profesional no es para nada sencillo por los costos de los elementos que componen el arco, de fabricación internacional, además de las doce flechas reglamentadas. “Cambié el auto y el viaje de egresados para invertir”, reconoció entre risas.

Finalmente la pasión puede incluir a toda una familia como ocurre con la triatleta Belén Llera Sosa, mamá de cuatro hijos y muy vinculada al ciclismo. “Hay que trabajar para costear los gastos, pero lo veo como una inversión. El deporte les da a mis hijos un ambiente sano y un entorno bueno; eso no tiene precio”, destacó.

La constancia y el ingenio pueden ser la solución. Pero abandonar el deporte no debe estar en los planes.

Informe de domingo

“Todos los problemas se van con la flecha”

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“Somos una familia, vivimos por y para el hockey”

Cultiva y vende yuyos medicinales para solventar su carrera deportiva