Cría de conejos, opción económica comunitaria

En el barrio El Porvenir II de Posadas, un grupo de vecinos comenzó hace dos años y medio a practicar la cunicultura con el fin  de formarse como cooperativa y generar empleo genuino para los allegados del barrio popular.

La iniciativa fue por parte de una organización social  financiada -en principio- por el Instituto de Fomento Agropecuario (Ifai). También articularon el proyecto con el Instituto Nacional de Agricultura Familiar Campesino e Indígena (Inafci) y el Ministerio de Desarrollo Social de Misiones.

“Somos diez personas que trabajamos en el criadero, en todo el proceso de la cría hasta la faena. Los vecinos del barrio saben quiénes somos y lo que hacemos. Muchas veces utilizamos la carne del conejo para el comedor del barrio”, contó Iris Viera, coordinadora de la organización social Trabajadores Desocupados Aníbal Verón Nacional (CTDAVN), en diálogo con El Territorio.

Proyecto

La actividad se inició en septiembre de 2021 como un proyecto de la organización que se fue estableciendo y busca crecer aún más.

“Nuestra labor en el barrio comienza porque tenemos compañeros que viven en el barrio. Ellos impulsaron los merenderos, comedores, la actividad barrial y surgió la posibilidad de desarrollar cunicultura en unos lotes de 40 por 60 metros dentro de El Porvenir II para fomentar la producción y el consumo de la carne de estos animales”, contó Fernando Lafere, referente de la organización. Añadió que surgió como actividad para generar empleo para los del barrio, a su vez, buscando que la cunicultura crezca en Misiones.

“Es un proyecto que -en principio- fue financiado por el Ifai que nos brindó la genética de los conejos y parte de las jaulas que están en el criadero”.

Lafere destacó que Daniel Hernández, es técnico del Inafci y fue productor de conejos, “contribuyó mucho y también da las capacitaciones a los que colaboran con el criadero para la manipulación de los conejos”.

Luego, sostuvo que “se trabaja en mantener la genética y que el animal se adapte a las características climáticas de la provincia”.

Actualmente no reciben un financiamiento por lo que para mantener a los animales y sostener el criadero realizan otras actividades en red con otras organizaciones. Dentro del predio también tienen huerta con lechuga, tomate, acelga, morrón, zapallito verde.

“Los vecinos nos piden, también se les da y los conejos -hasta que no esté habilitada la sala de faena que será en otro lugar con las condiciones óptimas- se faenan para consumo propio”, detalló.

Actividad

La cunicultura es el conjunto de técnicas y procesos llevados a cabo para el aprovechamiento de conejos, vinculados a la cría del animal. En el criadero actualmente trabajan diez personas que forman parte del programa “potenciar trabajo”.

Previo a iniciarse en la actividad, estos trabajadores se capacitaron con técnicos de Agricultura Familiar a nivel nacional, los cuales adquirieron conocimientos y herramientas para manipular a los animales. De manera mensual un técnico los visita para conocer las condiciones y preparar otra capacitación en el caso de que lo requiera necesario.

El establecimiento llegó a criar hasta 300 conejos de manera mensual en las especies californiana y holandesa. Buscan mantener estas genéticas sin que los animales se mezclen. 

Al respecto, Ricardo Romero, colaborador y vecino del barrio, mencionó que “es parte del proceso desde los inicios del criadero”.

Explicó que cuando inicia el ciclo para que tengan crías “el proceso es cada 30 días y se juntan macho y hembra de la misma especie después del destete -que dura quince días- y sucede rápido la reproducción. Por eso también es importante tener habilitada la sala de faena para sostenerlos económicamente”.

Romero indicó que la hembra puede aparearse desde los seis meses, y que el macho a partir de los siete. El conejo bebé nace después de los 28 días de gestación.

“Después de que tengan más de dos kilos o a sus 78 días  ya se le puede faenar al animal. Los conejos consumen aproximadamente 200 gramos de alimento por día. En este caso, lo alternamos con alfalfa. Faenarlos es importante para poder sostener la producción porque se reproducen con velocidad”, hizo hincapié nuevamente.

Hacia la cooperativa

Por su parte, Leonardo Acevedo, parte de la organización y empleado del Ministerio de Desarrollo Social, destacó que “la actividad forma parte de una línea que sigue para fomentar el trabajo genuino en los barrios populares de la provincia y una fuente de alimento nutritiva como lo es la carne de conejo”.

Acevedo relató que luego de recibir el financiamiento del Ifai, y a lo largo de estos dos años, continuaron con la burocracia para convertirse en cooperativa productiva de alimentos. “Estamos en uno de los pasos finales, nos falta la formalidad”.

Explicó que “la carne de conejo tiene muchos beneficios y cada tanto realizamos actividades en el barrio para demostrar que es nutritiva. Con un buen manejo se puede generar una importante cantidad de carne para consumo, incluso a menor costo”.

Agregó que si el proyecto forma parte de un programa del Estado, la carne del conejo puede llegar a todos los vecinos de la provincia, y se incentivará aún más la cunicultura. 

Por último, ratificó “estamos encaminados, tenemos el criadero y la huerta, el espacio, las capacitaciones y las herramientas, nos falta la parte el final de lo burocrático”.

Asumió que más allá del consumo propio, también apuntan a comercializar, por ello aguardan a la habilitación de la sala de faena.

“El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) observó el proceso, y dio el visto bueno para avanzar desde la reproducción, el proceso, y la faena. Falta el papel de la habilitación y podremos comercializar”, cerró.

Labor colectiva entre vecinos

Por otro lado, Iris Viera, vecina del barrio y coordinadora de la organización social, resaltó el esfuerzo y la labor que llevan adelante para sostener el proyecto en uno de los barrios más humildes de la capital misionera.

El barrio El Porvenir II sufre constantes cortes de agua, del suministro eléctrico, entre otras necesidades. Viera adelantó que proyectan a futuro mejorar la vertiente cercana al criadero de conejos y hacer reservorios para que los animales no sufran. Recordó que en el último verano “muchos conejos fallecieron de deshidratación porque estuvieron dos días sin agua, lo que nos produjo una pérdida”. 

“Hay todo tipo de necesidades. Por ello, es importante la unión y el trabajo colectivo. Los vecinos se sirven de la huerta, y comen en los comedores. Lo bueno es que conozcan y que sepan que es un bien del barrio y de quienes forman parte de este. Y que otros puntos de Posadas lo pueden replicar”, analizó.