Entrevista con Felicitas Maidana, hermana de la estudiante víctima de femicidio

Diez años sin Lucía: el silencio de la causa y la lucha familiar por justicia

Transitar y sobrellevar el dolor, sumado a la sensación de impunidad, fueron durante años algunas de las dificultades que la familia Maidana tuvo que afrontar en su lucha por la verdad
domingo 02 de abril de 2023 | 6:05hs.
Diez años sin Lucía: el silencio de la causa y la lucha familiar por justicia
Diez años sin Lucía: el silencio de la causa y la lucha familiar por justicia

El silencio se define como el estado en el que no hay ningún ruido o no se oye ninguna voz. O bien, desde la comunicación, como la ausencia de noticias o palabras sobre un asunto. A pocos días de cumplirse el décimo aniversario del femicidio de la estudiante de comunicación social Lucía Maidana (23), la palabra silencio es una de las más utilizadas por el entorno de la joven para describir avances en la pesquisa.

El paso de los años, el acomodarse a que las novedades del caso sean espaciadas en el tiempo y el recuerdo de ese hermoso ser que partió abruptamente de este mundo son apenas un puñado de las sensaciones que atraviesan en el corazón de quienes recuerdan a Lucía e insisten con el pedido de justicia.

“A medida que fue pasando el tiempo fuimos dejando de lado esa angustia de recordarla por lo que le pasó, sino que la recordamos por quién fue. Y eso nos ayuda a seguir adelante y a no estar en un rulo continuo de pensamientos que no nos hacen avanzar”.

Con esta afirmación, Felicitas Maidana, hermana de Lucia, intentó resumir cómo vive y atraviesa junto a su familia la larga espera que vive desde 2013, en su firme lucha por lograr llegar hasta el asesino.

Con la firme convicción que la impulsa desde el día uno, Felicitas se mantiene fuerte. Y a pesar de la ausencia física, reconoce que el vínculo con Lucía sigue intacto y que puede confiarle lo que sea, dónde sea y cuándo sea.

En una entrevista que mantuvo con este matutino, Felicitas intentó poner en palabras las miles de sensaciones que la atraviesan día a día y cómo afronta junto a su familia el paso de los años sin tener novedades fuertes sobre el asesino de su hermana.

“¿Qué sentimos hoy en día? Creo que la pregunta más difícil de responder es esa. Siempre te preguntan cómo está la familia, y si bien no es un tema de conversación frecuente, a medida que fueron pasando los años se fue convirtiendo en un recordatorio en silencio. Por ahí comentando una anécdota, pero cada vez se hizo más silencioso el aniversario de Lu”, reconoció la entrevistada.

Aclaró que cada 6 de abril no es lo mismo que conmemorar la fecha del cumpleaños. Y que cada abril es “recordar la ausencia brusca de alguien que se fue antes de tiempo y que no debería haberse ido así. Antes, todos los 6 de todos los meses, era recordar con dolor con angustia y congoja, pero después cada seis meses, cada año se vuelve menos traumático porque uno debe empezar a ponerle otra energía. Y yo creo que depende mucho de la energía que le pongas cómo lo vamos a pasar este próximo 6 de abril”.

Comentó que sus padres tienen su rutina de ir al cementerio cada aniversario del femicidio. Algo que Felicitas reconoce que no puede hacer porque no se siente cómoda con esa situación.

“Yo tengo un portarretrato y ella está ahí, siempre presente. Y recordándola siempre, y en mi memoria de todos los días eso no cambió”.

Refirió que la pandemia también influyó pero que la esperanza y la expectativa de que un dato revelador surja en cualquier momento siguen estando.

Sotelo, el único sospechoso
Más allá de que para la Justicia no se encontraron elementos suficientes para ubicarlo en la escena del crimen o indicios de su intervención en el femicidio, la figura de Nicolás Sotelo siempre estuvo presente en el caso.

Los conflictos previos que tuvo el joven con las hermanas Maidana, meses antes de que ocurriera el hecho, siempre lo ubicaron como sospechoso.

“Para mí siempre estuvo ahí por el tema de la llave, ese fue una incógnita tan importante y tan presente. Y eso mucho tiempo marcó mi opinión y mi postura, que siempre va a ser la misma porque mi relación con esta persona no era la mejor. No era un buen vecino por las conductas que tuvo. Pudo haber cambiado, no lo sé y no me interesa”, describió Felicitas.

A su vez, contó: “Yo recuerdo muy bien que después del encuentro que tuvimos en el departamento, que perdimos las llaves, ella me había contado que él cursaba la misma materia y que se sentó frente de ella y no le quitaba la mirada. Esas cosas, al no estar ella, yo no me las puedo olvidar. La ausencia de Lu no me deja cambiar ese sentimiento, y todo lo que pueda opinar no va a ser nada objetivo”.

Lucía fue atacada en su departamento que alquilaba sobre calle Estado de Israel 3495 del barrio El Palomar. Foto: César Lasso

Por otro lado, remarcó que las expectativas que tenía hace diez años atrás con las que tiene ahora son diferentes. Sobre esto último reconoció que “con el paso del tiempo uno se va acomodando a que las respuestas sean un poco más lentas, a que no haya tanta información como el primer año, que no te llamen al teléfono y te digan ‘mirá, pasó esto o aquello’. Uno se va acomodando a ese ritmo tan lento e irregular”.

Violador serial
Al ser consultada por la figura de un violador serial ligado a varios casos de ataque a estudiantes en Posadas, la entrevistada remarcó que es la Justicia la que debería dar luz a esa sospecha.

“La respuesta de la incógnita que uno tiene de decir que capaz si hubo un violador serial lo tendría que dar el mismo juzgado que está investigando. Ellos tienen la responsabilidad de informar a la sociedad y uno tiene una base para responder eso. Pero como nunca pasó, siempre nos enteramos por los medios. Pero, ¿cuándo escuchamos a un juez salir y hablar respecto a estos casos? Entonces, queda como una noticia de los medios. Cuán importante sería poder escuchar estas noticias desde adentro del juzgado”, indicó.

Aunque añadió: “Nunca pudieron comunicarse con mi familia y decir ‘miren, hubo otros casos y estamos pensando esto’. Por eso siempre vimos los otros casos con mucho asombro, desde otro lado de la página de un diario. Nunca nos dieron el lugar para que nosotros podamos estar ahí y poder escuchar la explicación. Yo creo que así debería funcionar, porque si no siempre estamos a la expectativa de es o no es. Uno puede formar muchas opiniones hablando, pero la verdadera información debería venir del juzgado”.

Felicitas también recalcó que lo sucedido con su familiar y con otras chicas marcó un antes y un después en materia de seguridad: “Antes de lo que le pasó a Lu y a las otras chicas, ¿cuándo se escuchó en un medio periodístico hablar de un atacante así? Yo siempre pienso que tiene que pasar algo así para marcar algo. A mí hasta el día de hoy me da miedo ir sola a Posadas, siempre voy en compañía porque esa sensación de inseguridad quedó plantada”.

Materia pendiente
En el último tramo de la charla, la entrevistada pidió que lo ocurrido no quede en el olvido. Que el caso de Lucía es una cuenta pendiente que la Justicia le debe no solo a la familia Maidana, sino a la sociedad.

“Que no se queden con esa materia pendiente de darle una respuesta que se merece la sociedad ante un hecho tan doloroso, tan trágico y tan aterrador. ¿Por qué tenemos que ser reconocidos por un caso que no tuvo resolución? Quiero que seamos reconocidos porque sí pudimos resolver qué pasó, entonces que eso sea un incentivo para comenzar a mover el engranaje y que todo se vuelva activar de nuevo”, afirmó.

Inauguración de la sala de lectura que lleva el nombre de Lucía.  Foto: Marcelo Rodríguez

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