La abogada es parte de la querella del caso desde el 2014

“Jamás hubo una línea de investigación seria"

Roxana Rivas cuestionó la investigación por parte de la Justicia y mencionó que las escasas pruebas conseguidas no direccionan a un culpable después de diez años
domingo 02 de abril de 2023 | 6:05hs.
“Jamás hubo una línea de investigación seria"
“Jamás hubo una línea de investigación seria"

Por el escalofriante femicidio de la estudiante de Comunicación Social está a cargo de la querella desde el 2014 la abogada Roxana Rivas, quien manifestó a este matutino que “el criminal es un violador serial que continúa libre”. Además indicó cómo avanzó la causa durante estos años, qué se sabe del único sospechoso hasta ahora y qué novedades obtuvo en el último tiempo de cómo avanzará la causa que en días cumplirá los diez años de haberse cometido.

“Cuando entramos en la querella, lo primero que hicimos fue ofrecer testigos. Si eran varones se les extraía muestras. En ese tiempo se analizaron todas las posibilidades porque no había un norte para saber quién pudo haberle hecho eso a Lucía”, indicó Rivas, agregando que “todos pensábamos que era alguien cercano”.

Respecto de la lista de los testigos que presentaron ante las autoridades judiciales en el caso, la letrada indicó que la mayoría se trataba de amigos, compañeros, alguien que escuchó o vio algo.

De esos testigos no se pudo avanzar mucho o averiguar elementos que delaten al autor del femicidio, ya que “nadie pudo dar algún dato cierto”.

En esa línea, la abogada mencionó que “mucha de la información que hacían llegar desde la querella a través de la Policía o el Juzgado no se reflejaba en el expediente”, aludiendo que no le dieron mucha importancia a lo presentado.

Por otro lado, la querellante manifestó que su impresión es que “jamás hubo una línea de investigación seria. No hay un método de investigación. El instrumento para avanzar es la Policía” alegó, evidenciando que según como avanzó el caso, “el Poder Judicial no tiene investigadores capacitados que estén observando cada detalle”.

Por otra parte, la entrevistada explicó que si en el caso de que la persona que haya cometido el delito es un hombre que se maneja en un ambiente de invisibilidad absoluta, es decir un vecino, un padre de familia o un profesor, “nunca se va a revelar su identidad al menos que se presente y se entregue voluntariamente”, lamentó.

“Hoy el caso está en un punto oscuro, hubiera sido muy fácil para el Poder Judicial que se resuelva que el culpable es Sotelo. Pero por suerte para él y para la verdad, el ADN encontrado en Lucía lo descartó como autor del crimen”, señaló la letrada.

El único sospechoso
Con respecto a Nicolás Sotelo, el único sospechoso detenido que tuvo la causa, la abogada Rivas mencionó que él fue involucrado en la causa antes de que ella llegue a ser parte de la querella. Esto porque en ese primer año de investigaciones por el crimen las víctimas o abogados de la familia no podían ser parte querellante de una causa judicial. Por ello, en el comienzo de las investigaciones toda la tarea de recolección de información era realizada por parte del Poder Judicial. Es decir, el juez de Instrucción, el fiscal y las fuerzas policiales.

Entonces, a raíz de lo investigado por las partes se manejaba una hipótesis que se enfocaba en Sotelo como el culpable. La suposición refería que el hombre podría ser el femicida “porque ellos convivían en el mismo espacio de inquilinato y en una oportunidad habían tenido un altercado”, luego de que Lucía y su hermana Felicitas denunciaran a su entonces vecino tras de presenciar episodios de violencia con su propia pareja, en las inmediaciones de las viviendas.

Ante esto, Rivas narró que según las averiguaciones hecha por las autoridades responsables de investigar, “él se acercó al departamento de ellas y las amenazó”. Por ello, los investigadores pensaron en ese momento que él cometió el femicidio por venganza.

Las llaves del inquilinato
Algo que reforzaba esa hipótesis era que se presumía, mediante las pruebas recolectadas, que el asesino de Lucía podría ser un conocido de ella o alguien que tenía la llave de la puerta del departamento donde alquilaba, porque no hallaron ningún tipo de rastros que indiquen que la entrada fue forzada cuando el atacante ingresó.

Por esto, profundizaron en buscar personas allegadas a ella o que tuvieron conflictos tanto con ella como con su hermana. En ese marco, como Lucía no tenía pareja que se la pueda vincular con ella, apareció el nombre de Sotelo bajo la lupa por ser el único que tuvo un episodio conflictivo anteriormente con la joven.

Por ello, el juez a cargo de la causa dispuso que varios testigos del entorno del sospechoso sean indagados para determinar el perfil del hombre. De esos testimonios se pudo saber que Nicolás tenía la llave de ese inquilinato, específicamente las que alguna vez había perdido Felicitas.

“Por ese motivo, tomó más fuerza la teoría de que Sotelo era el culpable”, indicó Rivas, quién adicionó que la suposición se fue debilitando por las muestras de ADN de los dos crímenes posteriores, que involucraron al mismo atacante, pero no a Sotelo.

“Pero esto no significa que él no esté involucrado en la causa. Porque, según cuentan, se jactaba de tener esa llave y la ofrecía para que les entren a robar a las jóvenes”, agregó Rivas.

Asimismo, ratificó que si bien en un primer lugar se pretendía que Sotelo sea condenado y de esa forma cerrar el caso, ella cree que fue oportuno que no sea así, porque si eso sucedía “nunca se hubiera sabido que el atacante de Lucía es un violador serial que está suelto”.

 

Las pruebas indican que se trata de un violador serial

Ante la consulta de por qué se llegó a la conclusión de que el femicida de la joven que falleció .el 6 de abril de 2013 es un violador serial, la abogada Roxana Rivas indicó que se basa en ese concepto a partir de las muestras de ADN que coinciden con otras dos víctimas que sufrieron violación. Además, es de amplío conocimiento que el delincuente repitió el patrón de accionar en todos los escenarios: violó a tres jóvenes en sus departamentos. Asimismo, Rivas indicó que “su ámbito de actuación es la Facultad de Humanidades”, refiriendo que las mujeres eran estudiantes de ese establecimiento.

En ese contexto, Rivas ratificó que el avance que puede haber en los próximos días respecto al caso, girará en torno a las muestras de ADN. Ya que “en estos diez años la genética evolucionó, por lo que hay una posibilidad de hacer otras vinculaciones". No obstante, recordó que "hasta ahora sólo se terminó de corroborar que el único sospechoso no era el autor del crimen”.

Respecto a las otras dos víctimas de violación por el mismo criminal, expresó que no pudieron tener ningún contacto, ya que "al ser delitos de acción privada, no son expedientes a los que nosotros podamos acceder. Por eso tampoco tenemos acceso a las víctimas”, agregando que “esa información la tiene el Juzgado que está investigando para ver qué sale de las averiguaciones”.

Por lo tanto, el único avance que se puede conocer sobre el caso es que hace pocos días el Poder Judicial se comunicó con la querella para informarles que enviarán el resultado del ADN que encontraron en el cuerpo de Lucía al banco de datos genéticos del país, para ver si hay coincidencia con alguna muestra ya asentada.

Desde el ente nacional están esperando que coincida con alguien que tenga nombre o si aparece otra prueba de la misma persona no identificada, lo que significaría más crímenes cometidos por la misma persona.

“En el caso de Lucía, femicidio es probablemente la consecuencia para ocultar el ‘criminis causa’, que fue la violación. A su vez, se puede observar que a sus víctimas las golpeaba para que estén inconscientes. Esto para que no lo vean, no lo reconozcan o tal vez por ser parte de su perversión”, expresó.

En ese marco, la entrevistada ratificó que “podemos decir que hay alguien suelto y que nuestro Estado debería responder qué están haciendo para buscarlo”.

Expectativas de la investigación
Por último, Rivas mencionó que su expectativa para este caso es que primero no se repita, además de que hay que entender que la responsable de dar la explicación de qué están haciendo para encontrar al criminal es de la Justicia y de las autoridades que están comprometidas.

A su vez, indicó que debe haber un mayor compromiso en la comunidad para poder resolver este triste crimen, porque “alguien tiene que conocerlo, haber visto algo o tener alguna sospecha. Es necesario que surja el nombre de esa persona. Lo que nos juega muy en contra es el tiempo”, cerró.

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