De la figura penal al rol de la academia

El término femicidio y la importancia del caso Lucía

Elena Maidana, ex docente y militante feminista, analiza el contexto histórico en el cual se concretó el crimen la estudiante
domingo 02 de abril de 2023 | 6:05hs.
El término femicidio y la importancia del caso Lucía
El término femicidio y la importancia del caso Lucía

En noviembre del 2012, cinco meses antes del asesinato de Lucía Maidana en Posadas, se sancionó la ley 26.791 que modificó el Código Penal Argentino y estableció la figura del femicidio y los crímenes de odio como agravantes del delito de homicidio.

Se trata del inciso 11 del artículo 80 que prevé prisión perpetua para “quien matare a una mujer cuando el hecho perpetrado por un hombre mediare la violencia de género”. Fue aprobado por unanimidad por el Congreso de la Nación Argentina.

Se trató de una respuesta al reclamo de los colectivos feministas ante casos de extrema gravedad que se hicieron mediáticos como el asesinato de Wanda Taddei, ocurrido en febrero del 2010. Su esposo, el músico Eduardo Vázquez, la había rociado con alcohol y luego prendido fuego con un encendedor. Murió tras once días internada.

Ese fue el contexto en el que en Posadas los estudiantes de Comunicación Social salieron a la calle con remeras y globos negros tras el asesinato de una compañera. Remarcando que había sido un femicidio y cuestionando abordajes mediáticos -y judiciales- que hablaban de crímenes pasionales, de hechos privados, de señalamientos a la víctima.

Elena Maidana, ex profesora e investigadora de la carrera de Comunicación Social de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Unam, tuvo como alumna a Lucía y participó activamente de esas movilizaciones.

Al ser consultada al respecto, Maidana expresó que siente “desazón y dolor porque el femicidio sigue impune”. Remarcó en una entrevista con El Territorio que “se van a cumplir este 6 de abril diez años del femicidio de Lucía Maidana, alumna de Comunicación Social. Fue alumna mía, alumna nuestra, anduvo por estas aulas, caminó por estos pasillos”.

“Su femicidio se dio en un contexto de luchas del movimiento de mujeres y disidencias, del movimiento feminista que venía poniendo en foco de su agenda pública las violencias de género, las violencias contra las mujeres y también contra las diversidades sexogenéricas”, reflexionó Elena Maidana, detallando que esa pelea se manifestó en América Latina y en nuestro país sobre todo a partir de la década de los 90.

Repasó que el término ‘femicidio’ comenzó a usarse en los años 70 en Inglaterra y luego en Estados Unidos hasta volverse luego masivo en todo el mundo; para referirse al “asesinato de mujeres realizado por hombres por razones asociados con su género. Obedece a las condiciones de desigualdad y opresión que vivimos las mujeres en la sociedad por el solo hecho de ser mujeres y se manifiesta en el contexto de una violencia sexista generalizada, normalizada, naturalizada. No se trata de un crimen privado, ni pasional, es un crimen de poder.”

Su uso significó un punto de inflexión en cuanto al reconocimiento de la especificidad de los crímenes machistas contra las mujeres y marcó el comienzo del activismo contra las violencias patriarcales que perdura hasta nuestros días.

“Creo que hay que tener en cuenta esa historia porque esa historia permitió visibilizar los femicidios, visibilizar las violencias contra las mujeres en general y los femicidios en particular. Los volvió visibles en su cruenta particularidad”, remarcó.

Acá, en Misiones el uso de ese término cobró fuerza con el femicidio de Lucía y de otras mujeres cruelmente asesinadas.

“Lo doloroso del femicidio de Lucía -como de otros- es que sigue impune. En ese sentido, vale resaltar la necesidad urgente de la reforma del Poder Judicial para que administre justicia con perspectiva de Derechos Humanos, de género y de infancia. Urge que estos crímenes se esclarezcan. ¿Quiénes son los culpables? ¿Cómo es que después de diez años no se ha podido avanzar? ¿Por qué? ¿Qué pasa ahí?”, se preguntó.

Y agregó: “Ahí es cuando uno ve que estos son crímenes de poder por partida doble, triple y más; ya que intersectan casi siempre el poder patriarcal, machista, con el poder de clase, con el poder económico, con el poder político. Hay otros asesinatos que rápidamente son esclarecidos. Bueno, los crímenes de género llevan su tiempo o terminan más de una vez impunes”.

Sobre el impacto que tuvo el caso Lucía en la sociedad misionera y posadeña en particular, la catedrática señaló: “Creo que movilizó porque había sectores de la sociedad que estaban movilizados. Había como una especie de terreno cultivado por las luchas feministas que se venían dando, la emergencia de una sensibilidad social despertada contra las violencias patriarcales, por supuesto que no tan generalizada como una quisiera”.

Elena Maidana hoy, frente al mural de Lucía en el Anexo de la Facultad de Humanidades. Foto: Joaquín Galiano

“Acá, como en todos el país, venían ocurriendo crímenes atroces, femicidios espantosos y había cierta sensibilidad al respecto en el marco de las luchas contra las violencias de género, es como decir que la herida estaba abierta y a la vista de todos. En la carrera de Comunicación era un tema que veníamos abordando algunas cátedras, porque entendíamos que no era un problema que quedaba fuera de a academia, de ningún modo. Además, la Facultad de Humanidades tiene incluso una historia de abordaje de la cuestión, había y hay proyectos de investigación, especializaciones, se dictó por ejemplo una cátedra abierta a cargo de Eva Giberti para formar con perspectiva de género”, valoró la entrevistada.

Al respecto, sobre los avances del tratamiento mediático desde ese abril del 2013, Maidana analiza que aún “no se generalizó en todos los medios el uso de la categoría femicidio; en más de un medio aún se sigue planteando a ese crimen contra las mujeres como una cuestión de crimen pasional; además se abona la revictimización de la víctima, se sostienen discursos que plantean que la responsabilidad era de la víctima porque andaba vestida de tal manera, porque tenía determinadas conductas, porque andaba sola o por tal zona de noche. ‘Por tu culpa te pasó…¿Cómo vas a andar sola de noche?’. Todas esas creencias y esas afirmaciones típicamente patriarcales siguen, lamentablemente. Ha habido logros, pero no son suficientes”.

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