Los Centros de Apoyo Pedagógico se afianzan en los municipios
Una herramienta para sostener las trayectorias educativas
Los Centros de Apoyo Pedagógico son una estrategia nacida en el aislamiento generado por la pandemia de Covid-19. Desde 2020 se erigieron como una herramienta para que los estudiantes de primaria y secundaria puedan sostenerse dentro de la escuela o reinsertar a los que habían perdido contacto con ella.
Si bien desde el año pasado el dictado de contenidos en los colegios ya es totalmente presencial, siguen siendo una herramienta clave para reforzar saberes en aquellos chicos de sectores vulnerables con mayores complicaciones para acceder a un docente particular. Más aún si se tiene en cuenta los magros resultados que se vieron con las pruebas Aprender, principalmente en el nivel primario.
En este verano hay más de 60 centros que ya están abiertos en distintos municipios, pero esperan llegar a los 114 que hubo funcionando el año pasado.
Uno de los que está abierto desde enero pasado es el del barrio 6 de Septiembre, de Garupá. Allí aproximadamente 20 chicos acuden dos o tres veces por semana para reforzar saberes y mejorar el aprendizaje, principalmente si se tiene en cuenta que desde el 23 de febrero habrá mesas de exámenes en las escuelas.
La asesora a cargo del lugar, Sofía Rotela, contó: “Somos parte del Programa Aprender Más y se trata de un acompañamiento que busca que los chicos que estén dentro del sistema educativo permanezcan en él y refuerzan aprendizajes”.
El amplio salón cuenta con un aula con pizarrón, mesa, sillas, libros, una sala de espera y un patio con toboganes y juegos.
Contenidos
Allí chicos de entre 5 y 15 años asisten dos veces por semana y si es necesario, organizan un día más para repasar contenidos. Los padres, mientras, esperan afuera.
Oraciones, separar en sílabas, las tablas, sumas y restas, resolución de problemas e interpretación de consignas son las principales tareas que se dan a diario.
“¿Qué tipo de oración es ‘Mamá me ama?”, “¿Cuánto es 2 x 5?”, ¿De qué color es el cielo?”, son algunas de las preguntas que hace la docente. Allí, los niños ávidos de aprender se apuran en la respuesta.
“Son 15 chicos de primaria y cinco que están a punto de ingresar a la secundaria. Vienen martes y jueves de 15 a 18 y en algunos casos agregamos otro día de apoyo de 13 a 17.30”, explicó Rotela.
Pero al centro pedagógico que funciona hace apenas unas semanas no solamente asisten los niños y docentes, también se reúnen algunas madres. “A nosotros que no podemos pagar clases particulares esto nos vino genial, en pocos días pudimos ver avances”, destacó una mamá.
Según explicó la encargada, una de las dificultades repetidas en los más pequeños se relaciona con la lectoescritura.
En el poco tiempo de desarrollo de actividades la notoria evolución no es percibida sólo por las mamás que esperan y acompañan a sus hijos durante las tardes, sino también por la asesora pedagógica.
En ese sentido, la docente agregó que: “Al principio algunos niños no sabían identificar todas las letras del abecedario o leer de corrido. A los pocos encuentros ya las pudieron deletrear y otros lograron una lectura fluida”.
Entre las madres, también se suman vecinas a compartir un tereré y a presenciar las clases. “Nunca tuvimos algo así en nuestro barrio, estamos muy contentas y la profesora es excelente, enseña muy bien”, dijo una de las mujeres.
Mientras unos chicos escuchaban las correcciones de la docente, estudiantes en ronda realizaban sus tareas, una madre jugaba con su hijo en el tobogán y el limpio y aireado salón se transformaba en un espacio muy similar a una escuela.
En ese marco, según precisó Rotela, el apoyo escolar seguirá durante todo el año a la par del ciclo lectivo, aunque supuso que en esta época la demanda es mayor, debido a que muchos rinden a fines de febrero.
“Como dependemos de un programa, por el momento sólo acompañamos la trayectoria educativa, pero existen otros centros que además de clases incluyeron meriendas y se acercan más chicos y con problemáticas distintas”, explicó la educadora.
A nivel provincial
En una entrevista reciente con este medio, la subsecretaria de Educación de Misiones, Rosana ‘Cielo’ Linares, comentó que estos espacios de enseñanza “están funcionando con horarios completos en los distintos municipios, siempre a pedido de los intendentes. No es algo que nosotros le decimos al jefe comunal que hay que abrirlo, sino que lo evalúa el equipo municipal y dice ‘necesitamos abrir en tal lado y con tales horarios’”.
Generalmente funcionan en salas cedidas por la comuna como los Centros Integradores Comunitarios (CIC), comedores o incluso Aulas Maker, donde pueden tener acceso a una computadora y conexión internet.
Consultada sobre cuáles son las principales áreas que se abordan, sostuvo: “Lo que más se trabaja tiene que ver con las capacidades que dan las dos áreas troncales como Lengua y Matemáticas, la lectoescritura con la comprensión lectora, identificación de palabras y todo lo que hace a la alfabetización. Respecto a Matemáticas, la resolución de problemas y cálculo mental que son habilidades básicas de aprendizaje y son necesarias, llegado el momento se usan para todas las áreas”.
Por último, indicó que el objetivo es que estos centros, al igual que en 2022, sigan abiertos todo el año para sostener los aprendizajes y habilidades en horarios pautados con las comunas para que asistan los chicos según la necesidad que tienen.
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