Será la tercera parada mundialista, la “más complicada por las costumbres”

“Vamos a vivir siete días en un contenedor en el desierto”

Robertino Lukoski es comerciante de Gobernador Roca, estará en Qatar junto a un amigo y utilizó el tiempo como aliado para abaratar gastos de esta nueva aventura
domingo 16 de octubre de 2022 | 6:05hs.
“Vamos a vivir siete días en  un contenedor en el desierto”
“Vamos a vivir siete días en un contenedor en el desierto”

Es cierto que la pasión mueve multitudes, pero llegar a Qatar requiere de una logística poco habitual. Robertino Lukoski (40) es comerciante de Gobernador Roca y el viaje de su vida lo empezó a organizar desde 2018, justamente cuando acabó la cita ecuménica de Rusia.

De familia fierrera, Robertino tiene una ferretería y corre en el Campeonato Misionero de karting, aunque sin dudas que el fútbol se lleva una buena porción de su tiempo libre. Al menos el tiempo suficiente para cumplir un sueño: asistir a su tercer mundial consecutivo.

“Fui a Brasil 2014 y a Rusia 2018. Tengo experiencia pero el Mundial que se viene parece ser el más complicado en cuanto a la estadía porque las costumbres son muy distintas”, inició la charla.

El papá de Martino (dos años) y esposo de Johana viajará con un amigo de toda la vida, una cábala que no puede romperse. Pero lo particular de esta historia es que el binomio mundialista ganó la batalla más importante, la batalla contra el tiempo.

“No puedo creer lo que pagan las personas en este momento para ir a Qatar. Yo me moví en febrero de este año; compré entradas por cuatro partidos y pagué 700 dólares…eso sí, todo lo hice antes del sorteo que fue a principios de abril”.

“Tuve la suerte de que tocó un Argentina-México. Me la jugué entre 100 opciones y acerté con este partido”, agregó Lukoski, quien también será espectador en los cruces Japón-Costa Rica, Camerún-Serbia y Qatar-Senegal.

Si bien la suerte es un aliado indispensable en su azar, las posibilidades de este dúo se deben a una planificación por motus propia y sin agencias de viaje de por medio.

“Cuando nos movimos el dólar estaba 180 pesos, era otro país. Todo lo hicimos en dos semanas. Lo primero que reservé fueron los vuelos: 1800 dólares los pasajes de ida y vuelta por persona”.

“En total (vuelos, entradas y estadía) gastamos casi tres mil dólares cada uno y hasta nos incluye algunas excursiones; salió un poco menos porque el avión hace un recorrido más largo desde Foz de Iguazú a San Pablo, de San Pablo a Etiopía y desde ahí a Doha…son como 18 horas de viaje en clase turista”, remarcó Robertino.

“Venimos planificando este viaje desde que terminó el Mundial anterior. No vamos a derrochar nuestro dinero, pero tampoco vamos a privarnos de disfrutar; tenemos respaldo económico porque organizamos todo con tiempo”.

“Serán siete días en Doha y siete en Dubai aprovechando las cercanías entre una ciudad y otra. Vamos a hacer turismo, excursiones…tenemos armado un itinerario”, aseveró.

Vivir en un contenedor
Lo curioso de esta parada mundialista es que Lukoski vivirá en un contenedor en el medio del desierto. Original por donde se lo mire.

Será en una de las villas que funcionan como alternativa para que los aficionados se alojen durante el tiempo que durará el Mundial. Son tres: Zafaran, Ras Bu Fontas y Rawdat Al Jahhaniya. “Nos vamos a quedar en un contenedor que se montó especialmente dentro de una villa, la de Ras Bu Fontas”.

“Lo alquilamos mediante la Fifa. La organización ofreció estas hospitalidades tiempo atrás a los que compraban entradas con anticipación. Es un conteiner entero en Doha que llegamos a alquilarlo por 100 dólares el día”.

“Es una especie de pueblo que tiene hospitales, supermercados, dentistas. Prácticamente todo y hasta un poco más”.

“Fue lo más económico que conseguimos en ese momento. Sabemos que lo importante es tener un lugar donde comer, dormir y bañarse porque después vamos a estar paseando”.

“El container tiene frigobar, cuatro botellas de agua por día. La verdad es que es un lujo porque además tenemos colectivos urbanos cerca; está todo conectado”.

“Hoy miro el precio de los hoteles y se fue por las nubes, no se gasta menos de un palo porque son de cuatro o cinco estrellas lo que te ofrecen”.

“En Dubai conseguimos uno lindo a buen precio gracias a que enganchamos un paquete en promoción que incluye comidas”, recordó Robertino, haciendo referencia a los siete días posteriores que harán turismo en Emiratos Árabes.

Acceso y expectativas
Respecto de las gestiones por detrás de lo económico, Robertino remarcó que la visa es indispensable para tener accesos únicos.

“Para poder entrar hoy en Qatar se necesita la credencial digital o visa especial que se renueva cada 24 horas. Con esto tenemos muchos accesos como el transporte gratis”.

“Sin la visa no se podía hacer nada, ni siquiera reservar. Automáticamente empezamos a gestionarla una vez que pedimos la entrada”.

“Nuestra expectativa es alta, vamos a conocer y a disfrutar. Sabemos que Qatar es muy barato sin contar el agua mineral que es bastante cara”.

“Nos vamos a manejar por una aplicación que se llama Hayya. Allí tenemos cargada la visa y, además, te muestra lugares de interés para conocer dependiendo del lugar en el que estés”.

Por último Robertino, entre risas, no se olvidó del permiso más importante: “El de mi señora, fueron arduas las negociaciones”.

Una nueva aventura mundialista está a punto de comenzar para estos amantes de la Selección. De las más exóticas de sus vidas.

 

Soluciones a la vista

• Carpas como alternativa. Desde la organización del Mundial ya anunciaron que instalarán mil carpas en el desierto para los fanáticos que viajen a la copa del mundo y no tengan alojamiento en hoteles, que ya están ocupados casi en su totalidad.

"Debemos dar a la gente la experiencia del desierto y de una tienda de estilo beduino", indicó Omar Al-Jaber, responsable del alojamiento en el seno del Comité de Organización, durante un encuentro con la prensa. Y explicó que será "verdaderamente un camping".

Las mil carpas estilo beduino estarán en una playa llamada Sealine, en el sur de Qatar, y en otras zonas llamativa. Tendrán electricidad gracias a generadores, agua corriente y evacuación de las aguas residuales, pero no climatización.

Además, habrá otro campamento de lujo con 200 carpas para quienes tengan mayor poder económico.

También se habilitarán “más de 100 mil habitaciones” en departamentos, viviendas prefabricadas y hasta en dos cruceros amarrados en el puerto de Doha.

 

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