Silvio Mogarte está acusado de asesinar a Raquel Pereira y sus dos hijos

Triple femicida de San Pedro será juzgado en el primer semestre del año

Está acusado de femicidio y doble femicidio vinculado. Luego de masacrar a la mujer y sus hijos, trató de quitarse la vida. Detalles de un caso atroz en la historia criminal de Misiones
domingo 13 de marzo de 2022 | 6:05hs.
Triple femicida de San Pedro será juzgado en el primer semestre del año
Triple femicida de San Pedro será juzgado en el primer semestre del año

Durante su primer año dentro del régimen del Servicio Penitenciario Provincial (SPP), Silvio Ariel Mogarte (30) tuvo que ser trasladado cuatro veces a diferentes dependencias para preservar su seguridad física, ya que era objeto de constantes agresiones por parte de otros presos.

El 14 de julio de 2020 ingresó a la UP III de Eldorado, luego pasó a la UP VII de Puerto Rico, más tarde lo trasladaron a la UP VI de Posadas y el 29 de julio del año pasado volvió a la UP VII.

Es que en el “escalafón” carcelario, ámbito que tiene su propia jerga y leyes implícitas, su figura se vincula a lo peor de lo peor, apenas emparejado con los acusados por delitos sexuales en perjuicio de menores.

Según lo previsto por el Tribunal Penal Uno de Oberá, entre abril y mayo de este año Mogarte será juzgado por femicidio y doble femicidio vinculado, por lo que si fuera hallado culpable, sería sentenciado a prisión perpetua.

Todos los indicios señalan que fue el responsable de asesinar a machetazos a Raquel Pereira (22) y a sus hijos Jefferson Aníbal (8) y Thiago Joaquín (3). El hecho se registró el 7 de agosto del 2019 en una chacra de Colonia Fortaleza, San Pedro. 

Luego de perpetrar el atroz crimen el acusado trató de suicidarse. Primero se cortó la garganta con un cuchillo, pero no logró afectar ninguna arteria vital. Fue así que tomó su rifle calibre 22 y se disparó en la boca, aunque tampoco logró su cometido de quitarse la vida, ya que el proyectil ingresó por el mentón y salió por la mejilla.

Mogarte estuvo varios dias internado en grave estado, pero los médicos lo salvaron, opción que no tuvieron sus víctimas masacradas.

Los restos de Pereira y sus hijos quedaron diseminados en el patio de tierra. La escena del crimen fue tan horrenda, que experimentados policías y profesionales de la salud no pudieron contener su conmoción y hasta lloraron.

Priorizó sus hijos

Pereira era madre soltera y tuvo una breve relación con Mogarte -quien no era el padre de ninguno de los niños asesinados-, pero la pareja no prosperó porque el acusado tenía muy mala relación con Jefferson, el hijo mayor de la mujer.

Es que desde el vamos ella dejó en claro que sus hijos constituían la prioridad de su vida, tal como indicaron después sus allegados.

El triple crimen se registró en la chacra del abuelo de Pereira, quien le cedió un espacio a su nieta para que pueda reconstruir su vida luego de separarse del padre de Thiago, su hijo menor.

Ahí construyó su casita, comenzó a plantar y a criar animales, todo con mucho esfuerzo.
Tiempo después conoció a Mogarte y la relación duró unos tres meses, pero sólo convivieron alrededor de 15 días, hasta que la mujer le dijo que se fuera por los constantes roces con su nene más grande.

Tras la ruptura el implicado se instaló en Colonia Paraíso, aunque nunca habría aceptado el hecho de que Pereira eligió el bienestar de sus hijos antes que estar con él.

Según la instrucción, un testigo declaró que antes del fatídico hecho Mogarte le comentó a un allegado que iría a ver a su ex y que si no le abría, entraría por la ventana.

Fue así que el 7 de agosto de 2019 a la mañana el acusado llegó hasta la chacra de Colonia Fortaleza y asesinó a machetazos a la mujer y a sus dos pequeños hijos.

El cadáver de Pereira presentaba lesiones en cabeza, rostro y ambas manos, evidencia de que trató de defenderse. También padeció una puñalada que le atravesó el pulmón y el hígado.

El estado de los cuerpos de los niños graficó una brutalidad indescriptible.

Prueba clave

Mogarte sabía que Pereira y sus hijos residían solos, por lo que no habría testigos. En consecuencia, no se estableció a quien asesinó primero. De lo único que hay certeza fue que se trató de un baño de sangre.

Luego el homicida intentó degollarse con un cuchillo tipo Tramontina y después se efectuó un disparo, pero no logró su cometido. Tampoco optó por dejarse morir desangrado y decidió caminar alrededor de un kilómetro hasta la primera casa que encontró, donde fue asistido por el propietario, quien desconocía lo que había hecho.

Malherido y bañado en sangre, Mogarte tenía un machete y alcanzó a balbucear que lo habían atacado. 

El dueño del lugar, solidario como suele ser la gente de la chacra, lo subió a su camioneta y lo trasladó hasta la comisaría de San Pedro, desde donde fue derivado al hospital local.

Esa misma mañana la abuela Pereira, entonces de 84 años, llegó hasta la casa de su nieta para acercarle un bizcochuelo y fue la primera presenciar a la escena del crimen. La conmoción fue tal que se desmayó.

El juez de Instrucción Tres de San Vicente, Gerardo Casco, supervisó el rastrillaje de la zona que derivó en la incautación de un rifle, un cuchillo y una prótesis dental, elemento que resultaría clave para imputar a Mogarte, ya que pericias posteriores confirmaron que ser trataba de su paladar.

También se encontraron restos de pólvora en sus manos, lo que descartó que fuera víctima de un ataque y ratificó que manipuló el arma e intentó quitarse la vida.

Dolor infinito

Desde un primer momento los familiares de las víctimas reclamaron la elevación a juicio y la máxima pena para el acusado, ya que consideran que es el responsable del hecho.

Luego de la elevación a juicio, este matutino entrevistó a Viviana Pereira, hermana de Raquel, quien se mostró angustiada, pero a la vez confiada en la Justicia.

“En estos momentos le pido a Dios que salga el juicio, que se haga justicia porque lo que le pasó a ella no fue justo. Queremos que sea condenado a la triple cadena perpetua, porque fue por tres el dolor. No nos podemos recuperar, cuesta y duele mucho, esa falta está a cada instante”, mencionó.
Visiblemente consternada, reconoció que no pudieron seguir de cerca el proceso penal porque “para mi familia es muy difícil ir al juzgado, todo cuesta, pero confiamos que Dios es grande y va saber guiar a los jueces”.

“La última imagen que tengo es la peor. Haberlos visto muertos. Ese momento fue terrible, es una pesadilla hecha realidad. Recordarlos con todos esos cortes, yo recuerdo el color de la ropa y cómo estaban. No es fácil, esa imagen viene siempre a la mente”, lamentó.

Luego del hecho, familiares de Pereira manifestaron que la víctima había dado aviso a la comisaría local sobre la insistencia de su ex pareja en retomar la relación, por lo que Mogarte habría sido notificado de la prohibición de acercamiento, lo que no hizo más que acentuar su furia.

“Él le siguió buscando esos días. Me dijo que estaba nervioso y por eso discutieron, pero que se arrepintió, y seguía insistiendo”, relató entonces Rosa Figueira, madre de Pereira.

Como contrapartida, desde la comisaría local desestimaron la existencia de denuncias previas.

 

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Rosa Figueira (derecha) y su hija Viviana. Foto: carina martínez
Tras cometer el atroz hecho, Mogarte intentó degollarse con un cuchillo y después se efectuó un disparo en el rostro.
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