El auto volador eslovaco ya tiene permiso de aeronavegabilidad
El 29 de enero de 1886, el ingeniero alemán Carl Benz patentó el vehículo motorizado a combustión de gasolina. Desde entonces, la humanidad siempre imaginó el futuro graficando autos voladores. Aunque esta idea parecía descabellada, finalmente se hizo realidad.
El auto volador llegó a la humanidad y se llama AirCar. Aunque por el momento es sólo un prototipo, el novedoso vehículo volador ya cuenta con el permiso para despegar y aterrizar en Europa. Así lo confirmó Klein Vision, la compañía que diseñó con éxito el airmóvil tras varios años de intentos con otros modelos.
El fabricante precisó que el AirCar consiguió el certificado de aeronavegabilidad oficial de la Autoridad de Transporte de Eslovaquia, tras superar de manera exitosa 70 horas de “rigurosas pruebas de vuelo compatibles con los estándares de la Agencia Europea de Seguridad Aérea (Aesa), con más de 200 despegues y aterrizajes”.
Con dicho documento, este vehículo puede salir del territorio eslovaco y aterrizar y despegar en otros países de Europa, incluso en Gran Bretaña, como si fuera un avión privado.
Cómo es el AirCar
Cuando el AirCar circula por tierra, tiene un aspecto similar a un auto deportivo, con un gran alerón que lleva en la parte trasera que no pasa desapercibido, pero lo que diferencia al AirCar de los demás automóviles es que al presionar un botón logra transformarse en un avión desplegando las alas y el alerón posterior, en menos de cinco minutos.
El motor de este auto volador está fabricado por BMW y, según el fabricante, entrega 160 caballos de potencia. Klein Vision asegura que con el AirCar ya se consiguió 40 horas de vuelo, con una velocidad máxima de crucero de 190 kilómetros por hora, una altura de 2.500 metros y giros de 45 grados.
El creador de este curioso “bicho” describió la experiencia de vuelo como “normal” y “muy placentera”. Y contó que en esta prueba alcanzó una velocidad máxima de 170 kilómetros por hora, que puede llevar a un acompañante con un peso total entre ambos de 200 kilos y que, a diferencia de los taxi-drones, no puede despegar y aterrizar verticalmente (como lo haría un helicóptero), sino que necesita sí o sí una pista
De acuerdo a cifras compartidas por Klein Vision, en el desarrollo de este vehículo ya se invirtieron dos millones de euros. La compañía considera que hay “un mercado enorme” alrededor del auto volador para el futuro. Y las proyecciones lo acompañan: la consultora Morgan Stanley, de hecho, predijo que para 2040 el sector tendrá ganancias por un trillón y medio de dólares.
