Un perito concluyó que la prueba que condenó a Bourscheid fue plantada

domingo 28 de agosto de 2016 | 6:00hs.
La suela de la zapatilla de Bourscheid, cuya pisada fue levantada en la escena.
La suela de la zapatilla de Bourscheid, cuya pisada fue levantada en la escena.
Casi cuatro años después del asesinato a golpes de la estudiante Angélica Ramírez (14) en Puerto Rico y a 21 meses de que fuera condenado a prisión perpetua el repartidor de pan, Francisco Bourscheid (52), su familia, el abogado defensor y hasta un perito de parte contratado para dilucidar el caso también desde lo privado, insisten con que el condenado es inocente y la prueba fundamental por la que lo encontraron culpable fue plantada por los investigadores.
El expediente actualmente está en el Superior Tribunal de Justicia, a la espera de que los jueces revisen la sentencia del Tribunal Penal Uno, para confirmar o revocar el fallo de primera instancia, pero fuera de ese ámbito, los allegados del único acusado no paran de cuestionar el trabajo de los investigadores y peritos científicos de la Policía, que en ese momento tuvieron activa participación en la recolección de evidencia, entre eso, los testimonios, huellas y rastros.
Pocas semanas después de escuchar la condena, el abogado defensor de Bourscheid impugnó varias pericias basándose en un informe realizado por el perito particular posadeño, Raúl Zajaczkowski, quien mediante un minucioso trabajo de campo y revisión de evidencia, se animó a confrontar con los peritos oficiales, Marcelo Maslowski y Emilio Sappa, marcando detalladamente una serie de posibles errores que tendrían los trabajos realizados por los efectivos.
Entre otros puntos, el perito licenciado en criminalística cuestionó la cadena de custodia de todas las pruebas colectadas en la escena del crimen, lamentando la supuesta desaparición de uno de los elementos incautados (una botella con sangre) y la posible falta de interés de los peritos policiales de realizar pericias consideradas importantes, como cotejos genéticos de vellos y escupitajos.
Más allá de eso, concluyó que la pisada que aparece en una fotografía (identificada como evidencia Nº 6) no coincide con la de la zapatilla secuestrada en el domicilio del panadero (señalada como evidencia Nº 3) en el acta de allanamiento. Ese par de zapatillas (marca Hesse) fue hallado en la casa de Bourscheid y se comprobó genéticamente que en la suela tenía manchas de sangre de la adolescente masacrada a golpes y asfixiada a un costado de la avenida Pionero Kuhn.
Según consignó Zajaczkowski a El Territorio, “la prueba fundamental en la que se basaron los jueces para condenarlo por homicidio calificado por ensañamiento y alevosía fue una media huella de la parte posterior de una de las zapatillas incautadas. La huella dicen que fue levantada en la escena del crimen y después la suela tenía una mancha de sangre de la víctima”.
“Esa marca de pisada no era la única en el lugar y con mi trabajo demostré que no pertenece al acusado, pero más allá de eso, sostengo que fue plantada porque la zapatilla fue incautada en su vivienda en un segundo allanamiento hecho varios días después del crimen y, en ese lapso de tiempo, él (Bourscheid) la usó para trabajar y llovió dos veces. Es imposible que una mancha de sangre resista en la suela cuando anduvo más de una semana por la lluvia y el barro repartiendo pan, que es lo que hacía", explicó.

Evidencia 6
Profundizando sobre la huella de zapatilla que, para los investigadores, peritos y jueces, ubicó a Bourscheid en el lugar donde estaba el cuerpo, Zajaczkowski detalló que “en el centenar de fotos que tomo la Policía, la pisada presentada como prueba fue marcada como Evidencia 6. En un primer plano, la huella aparece sobre un colchón de polvo pero como evidencia en el juicio se la presentó sobre un terreno con relieve, totalmente distinto”.
En ese sentido, afirmó que “la comparación con la zapatilla fue mal hecha ya que no se realizaron los procedimientos científicos recomendados y además, concluyeron que correspondía al pie izquierdo, pero era el derecho. Desde el punto de vista jurídico eso es inadmisible como prueba” cuestionó, dejando entrever que “implicaría un delito por parte de los peritos, policías y jueces que lo admitieron”.

“Elemento intrascendente”
Luego de trabajar sobre el expediente y la evidencia, el perito de parte contratado por la familia Bourscheid concluyó que “el único elemento que lo ubica en la escena es intrascendente, ya que es el testimonio de testigos que lo vieron en el camino de entrada al barrio donde vivía la chica, a las 18.30. Se iba a la casa de su hermano, pero quedó a charlar con un amigo que había llevado de gauchada en su camioneta. Los que lo vieron testificaron eso, pero el sitio está alejado del lugar donde apareció el cuerpo. Lo más grave es que al regresar a su casa entre las 20 y 20.30, se cruzó a una despensa frente a su casa, donde compró fiambre y el mismo almacenero declaró que lo vio encerrarse en la casa y no salió hasta el otro día”.
Por último, Zajaczkowski enumeró una serie de -a su criterio- irregularidades cometidas durante el proceso. “Se juntaron pelos en el lugar del hecho, además de vellos, que nunca se analizaron, al igual que un escupitajo que nadie quiso analizar genéticamente. Las huellas de neumáticos en el sitio no se cotejaron con las de la camioneta de Bourscheid, para ver si coincidían”.
En la misma línea, denunció que “una botella vacía de champán con manchas de sangre y tierra estaba junto al cuerpo, pero desapareció misteriosamente y cuando consulté por esa evidencia, los peritos dijeron que no tenía nada y por lo tanto no fue analizada”.