“Muchos días caminamos por ahí y nunca detectamos nada”

sábado 23 de junio de 2018 | 6:00hs.
Patrullas policiales y de vecinos buscaron en la zona.
Patrullas policiales y de vecinos buscaron en la zona.
Por la exposición pública e intensidad de la búsqueda, el caso Ifrán acaparó la atención de todos. Posee un fuerte paralelismo con el recordado caso Pomar (2009), la familia que fue buscada durante casi un mes como desaparecida, pero los cuerpos de sus cuatro integrantes aparecieron adentro del auto con el cual habían tenido un siniestro vial cuando viajaban desde la localidad de José Mármol hasta Pergamino (Buenos Aires). La causa de muerte estaba clara pero lo grave fue que los hallaron en una zona cercana a la ruta donde la Policía Bonaerense había buscado por aire, tierra, e incluso utilizando canes adiestrados.
En el mencionado barrio posadeño, que en su momento fue el epicentro de la búsqueda, un camino terrado recientemente creado sobre la base del tendido eléctrico de alta tensión le otorgó una nueva impronta a ese extenso descampado donde los operarios de una empresa que realiza puntos de nivel para la colocación de postes encontraron el esqueleto el 17 de mayo.
En su momento, cuando sorpresivamente apareció Lali (la mascota de Ifrán), la zona fue rastrillada durante alrededor de cuatro semanas por policías, bomberos e incluso vecinos y conocidos de la familia, que establecieron turnos para acaparar cada rincón, pero no detectaron absolutamente nada pese al despliegue, incluso, de canes adiestrados para este tipo de búsquedas.
“Hasta yo busqué ahí, muchos días caminamos por esa zona y nunca detectamos nada, por eso no podemos cerrar esa parte del dolor hasta que nos digan el tiempo de los huesos ahí, como también las causas por las que murió”, manifestó Graciela, repitiendo no poder entender “por qué apareció ahí siendo una zona que se rastrilló muchísimo, con perros. No encontramos nada, eso nos deja la incertidumbre de saber por qué, si estaba ahí y no vimos o si fue colocado después, lo que tampoco podemos descartar. Son las respuestas que necesitamos encontrar a partir de ahora”.
En ese sentido, aseguró que “él (por Ifrán) jamás hubiera ido a una zona como esa solo, por más perdido que estuviera. Pero además de eso, la realidad es que no estaba tan complicado, entendía y se hacía entender, aunque por ahí olvidaba cosas cuando charlaba pero enseguida volvía a la realidad. Por eso tenemos muchas dudas”, añadió. En paralelo, Manuel contó que “todos estuvimos en ese sitio y nunca se supo nada, ni siquiera sentimos olor feo, estando ahí a alrededor de un mes después que denunciamos su desaparición”.
La incertidumbre no solamente acaparó a la familia, sino también a la fuerza de seguridad. Fuentes cercanas a los grupos de búsqueda que se armaron para ingresar al lugar contaron que sus superiores también les exigen respuestas.
El esqueleto estaba boca arriba cerca de un arbusto, tenía colocado el pantalón de vestir, el cinto negro, medias puestas y estaba sin remera, el cráneo desprendido del cuello al igual que los dedos de las manos. La mandíbula con dos dientes naturales fue clave para la pericia genética que se está realizando en Buenos Aires.