Hijos de Manuel Ifrán reconocieron la ropa hallada con los restos óseos

sábado 23 de junio de 2018 | 6:00hs.
La aparición de Lali -mayo de 2017- significó una esperanza en la búsqueda.
La aparición de Lali -mayo de 2017- significó una esperanza en la búsqueda.
Las sospechas se transformaron en certezas para los hijos del desaparecido Manuel Ifrán (72), quienes finalmente pudieron ver las prendas de vestir que tenía puesto el esqueleto encontrado en una zona de bañados del barrio Cocomarola Este de Posadas, además de otros elementos. Por ello, concluyeron que todas pertenecen a su padre y ahora resta solamente esperar el resultado de la pericia genética para poder confirmar científicamente que los restos óseos corresponden al septuagenario.
“Fue como ver a papá vestido, todas las cosas son de él, lamentablemente. La esperanza de tenerlo con vida se diluyó casi por completo con esto, pero la prueba genética nos permitirá tener la certeza de que es él y finalmente será el tiempo de hacer nuestro duelo”, manifestó Graciela horas después de enfrentarse junto a sus hermanos a uno de los momentos más duros de sus vidas.
El reconocimiento de prendas fue el jueves a la noche en la Unidad Regional X. En la dependencia dijeron que ese día recibieron los elementos desde la Policía Científica e inmediatamente citaron a la familia, que durante alrededor de un mes reclamó hacer el trámite de reconocimiento para poder menguar la angustia.
El momento transcurrió entre congoja y desconsolados llantos. Tanto las desgastadas prendas como algunos elementos eran de los hijos o regalos hechos por ellos a su papá, por lo que reconocerlos no fue tarea difícil. “Son de papá un cien por ciento”, concluyó Graciela después de ver restos que se presumen sería una media de toalla, de un pañuelo, un cinto negro con hebilla, dos calzados tipo sorpasso, un pantalón aparentemente de vestir de color verde musgo y ropa interior que podría ser negra con gris, además un llavero con un juego de llaves.
Su hermano Manuel fue consecuente: “No tenemos dudas de que es papá, al menos las cosas dicen eso porque el cinto era mío y el calzado también. Yo vivía con ellos, sabía cómo era su ropa, no fue difícil confirmarlo, así que con eso creo que podremos comenzar a cerrar el círculo sabiendo que murió y dejar de lado la incertidumbre de no saber dónde está”.
“Más allá de eso, falta el análisis genético para saber si su muerte fue natural, esperando en ese caso que no haya sufrido, y si fue de otra manera, vamos a insistir hasta las últimas consecuencias para saber qué pasó”, puntualizó, resumiendo el sentimiento de todos.

Esperan pericia genética
Como viene informando este matutino, las certezas en torno al hallazgo del esqueleto -el jueves 17 de mayo- apuntaron al septuagenario desaparecido, pero resta saber aún los motivos de su muerte, es decir, si fue accidental, natural o traumática. Ninguna de las hipótesis está descartada hasta ahora, por lo que se presume que recién se sabrá a partir de la autopsia, ordenada por el titular del Juzgado de Instrucción Dos de Posadas, César Yaya.
Esto último fue el primer paso dispuesto judicialmente y, teniendo en cuenta la inexistencia de partes blandas, la pericia se centró en la tarea desplegada por antropólogos y entomólogos forenses para que determinen la data de muerte en base al análisis de la fauna cadavérica.
Esa pericia es calificada como fundamental con la intención de aproximarse lo más posible a una fecha de muerte o tiempo durante el cual estuvo el cuerpo en el sitio, aunque teniendo en cuenta el deteriorado estado de las prendas de vestir se especuló que podría haber estado alrededor de un año.
Paralelo a eso, después de reconstruir (al decir de una fuente judicial) los forenses analizaron con detenimiento cada hueso, buscando alguna lesión que determine si fue golpeado, lo que se descartó haciendo sobresalir la hipótesis de que la muerte habría sido natural.
Eso se podrá saber dentro de alrededor de un mes, cuando los forenses eleven el informe final al magistrado que interviene en la causa caratulada como desaparición de persona.


Más de 14 meses del gran misterio El paradero de Ifrán es un misterio desde las 2 de la madrugada del miércoles 12 de abril del año pasado, cuando salió de su domicilio ubicado sobre la calle Oberá 7241, del barrio Mini City.
Su periplo también es desconocido, aunque seis kilómetros y medio separan su propiedad del lugar donde hace un mes encontraron el esqueleto, no en camino recto, sino pasando las avenidas Alicia Moreau de Justo, Cabo de Hornos y Cocomarola, dejando atrás algunos barrios de Iprodha y la EBY.
Salió acompañado de su perrita Lali, por lo que al mes de búsqueda, la sorpresiva aparición de la mascota (11 de mayo de 2017) supuso una intensa luz de esperanza.
Llegó sola y estaba limpia, por eso, la idea de que pudo haber estado al cuidado de alguien activó el grueso del operativo que orientó primero a una humilde cada del barrio Los Lapachitos, donde se encontró una bolsa que Ifrán usaba para sus medicamentos, dato que hizo suponer que podría haber estado en la zona del barrio A-4, puesto que anteriormente Lali fue vista merodeando el complejo habitacional.
“Para mí la aparición de Lali fue como encontrar una remera de mi papá. A todos se nos abrió el corazón, fue algo muy importante”, manifestó Graciela, un año después de eso.
Pero el olfato de Lali fue fundamental para incursionar por segunda vez en la zona, esta vez con más gente capacitada, además de las patrullas vecinales. El olfato de la mascota del septuagenario orientó otra vez hacia el Este posadeño y en alrededor de 20 días caminaron en ese gran espacio que ahora pretende ser urbanizado, pero en ese momento era prácticamente intransitable.
En todo ese tiempo no detectaron ningún indicio, la búsqueda fue cubierta por episodios diarios que necesitaban respuestas inmediatas, aunque en paralelo la familia siguió recibiendo llamados con pistas que se fueron descartando. Lograron que el Ministerio de Seguridad de la Nación ofrezca una recompensa de 250.000 pesos y el caso ingrese al Sistema Federal de Búsqueda de Personas.

Cristian Valdez

Por Cristian Valdez fojacero@elterritorio.com.ar