Los cuatro desafíos para la política argentina

domingo 29 de diciembre de 2019 | 6:00hs.
Gustavo Córdoba es consultor.
Gustavo Córdoba es consultor.

Opinión Gustavo Córdoba, director de Zuban Córdoba

Con la llegada del nuevo gobierno, la clase dirigente argentina enfrentará desafíos muy importantes en este nuevo año que llega. Y, especialmente, las porciones de esa clase dirigente que tienen ahora la responsabilidad de gobernar y resolver los inmensos problemas que tiene el país.
Estos son, a mi entender, algunos de esos desafíos:

1. Construir gobernabilidad
Argentina es un país con sistema presidencialista muy particular. A pesar de que el diseño institucional favorece la concentración de poder en la figura presidencial, ese poder está muchas veces supeditado a la construcción de complejos acuerdos políticos que generen gobernabilidad y consenso, la sustancia con la que el ejercicio del poder presidencial puede realizarse sin problemas ni oposiciones.
En la historia reciente, son muchos los ejemplos que ilustran la existencia de estos acuerdos. Mauricio Macri tuvo que ejercer su poder presidencial dependiendo de los gobernadores peronistas, una dependencia mucho mayor incluso que la que tenía con sus propios aliados.
El 2020 mostrará que estos acuerdos serán más importantes que nunca. El nuevo gobierno deberá hacer malabares entre actores tan dispares como lo son los gobernadores, la oposición (dividida entre moderados y extremistas), la zona centro y además, la presencia de Cristina Fernández de Kirchner, que sigue siendo al día de la fecha un factor poderoso con gran influencia. Y que ha incrementado esa influencia de manera inversamente proporcional a sus participaciones públicas.
El presidente deberá construir acuerdos entre todos estos actores para poder gobernar un país en tensión permanente.

2. Comunicar la tensión
La comunicación gubernamental de la nueva administración ocupará un rol central. No es fácil gobernar en un período de tiempo en el que serán más las malas noticias que las buenas, y en las que tendrán que tomarse medidas poco amigables para muchos sectores.
El diseño de la comunicación es muy importante en ese escenario. El nuevo gobierno no puede darse el lujo de permitir que otros actores controlen la agenda pública, determinando el encuadre o framming con el que se interpretan las políticas públicas. Los últimos días mostraron los grandes riesgos que esto implica.
Las reformas instrumentadas por el gobierno nacional (y también por el gobierno de la provincia de Buenos Aires) fueron enmarcadas por los medios como un impuestazo y como un nuevo proceso de ajuste. No hubo desde ambas administraciones intentos serios por contrarrestar esa instalación o por instalar un marco conceptual más beneficioso.
Separar el diseño de las políticas públicas de su comunicación implica correr riesgos de que la agenda pública sea dominada por actores contrarios. Aún se le reprocha a la comunicación gubernamental de Macri y su gobierno, la ausencia de política. Ojalá no le reprochemos a este gobierno, falta de comunicación a sus políticas.

3. La economía será la gran determinante
La economía domina la agenda política de la Argentina desde hace varios años y no hay señales que muestren que esto vaya a cambiar, por el contrario.
El nuevo gobierno tiene el inmenso desafío de construir un nuevo esquema macroeconómico que estabilice las variables económicas y brinde certezas y seguridades a millones de argentinos.
Un desafío que requerirá de construir acuerdos muy complejos entre los distintos sectores que conforman el entramado productivo. La puja distributiva que se abre al modificar los esquemas fiscales deberá ser manejada de forma cuidadosa para evitar la explosión de conflictos innecesarios y de difícil resolución.

4. La lucha contra el hambre y la desigualdad
La crisis económica generó graves efectos en el tejido social argentino. El gobierno sabe que una de sus máximas prioridades es llevar alivio y contención a esos sectores para evitar que la crisis empiece a manifestarse con conflictos sociales.
Muchas de las primeras medidas anunciadas parecen estar diseñadas en ese sentido. El tiempo dirá si estas son suficientes y si serán correctamente implementadas para que lleguen a todos los sectores que las necesitan.