Cuando la intención de ayudar choca con la falta de recursos

domingo 16 de junio de 2019 | 6:00hs.
El grupo realizaba diversas actividades y participaban de marchas para exponer la problemática.
El grupo realizaba diversas actividades y participaban de marchas para exponer la problemática.
El Centro Camino a la Vida fue el pionero en ayuda a mujeres víctimas de violencia en Puerto Iguazú.
Doce años atrás, cuando la violencia de género aún era un tema del que pocos hablaban, un grupo de mujeres -entre ellas algunas profesionales- se juntaron en Iguazú para ayudar a aquellas que sufrían en silencio las agresiones físicas de parte de sus parejas, como así también condicionamientos económicos y maltratos psicológicos.
En ese entonces, el proyecto nació porque cada una de las integrantes del grupo conocía un caso de violencia familiar, el cual por miedo a represalias o por simple vergüenza de las víctimas, no se daba a conocer.
Pero, lastimosamente, en la actualidad el centro dejó de funcionar por falta de presupuesto, aunque cada una de ellas continúa colaborando con nuevas víctimas.
“Éramos un grupo de siete mujeres dispuestas a luchar en contra de la violencia, entre ellas algunas profesionales, y nos decidimos a luchar y ayudar a las demás. Teníamos referencias de la Casa Rosa Chazarreta en La Matanza (provincia de Buenos Aires) que estaba funcionado muy bien hacía unos años, entonces nos comunicamos con la capacitadora y vino a Iguazú especialmente para ayudarnos a dar los primeros pasos”, recordó Patricia Blatter, en diálogo con El Territorio.
De esta forma, las siete mujeres integrantes de la ONG Cataratas de Nuevos Vínculos recibieron tres capacitaciones intensas durante el lapso de un año, en el cual fueron preparadas para asumir la responsabilidad de asesorar a las víctimas, acompañándolas durante todo el proceso. Dichas capacitaciones -según contaron-, les proveyó de las herramientas necesarias para distribuir roles en el funcionamiento del centro de atención contención Camino a la Vida.
Silvana Nieto, última presidente de la ONG, también habló con este matutino para recordar el funcionamiento del grupo y recordó que “al principio fue muy difícil porque veíamos que las mujeres víctimas de violencia sabían que existíamos, que atendíamos en nuestra sede. Ellas merodeaban en la zona, pero no tenían el coraje suficiente para entrar y pedir ayuda. Al notar este comportamiento, decidimos salir a la calle y ayudar hasta que logramos que la comunidad confíe en el trabajo que hacíamos”.
Según contaron, el circuito de ayuda comenzaba con una entrevista inicial y, en base a la información que se obtenía mediante esa vía, planificaban y realizaban las recomendaciones básicas. Luego, derivaban a la víctima a una abogada para el asesoramiento legal y a una psicóloga donde tenían asistencia individual y participaban del grupo de ayuda mutua.
“Además de la atención directa a las víctimas, que se realizaban en forma semanal o mensual. También había reuniones de equipo para abordar los casos recibidos y realizar capacitaciones para reforzar las áreas que así lo requerían”, profundizó Nieto.
Luego de cumplir con el circuito básico de ayuda, las víctimas pasaban al grupo de ayuda mutua, que era el segundo nivel de la asistencia.
“Las que se fueron recuperando se identificaban como ‘sobrevivientes’ y ellas mismas acompañaban a las que comenzaban su circuito. Atendimos como alrededor de 30 mujeres que lograron salir del círculo de la violencia”, añadió Blatter.
Además del trabajo de ayuda directa a la víctima, en el Centro Camino a la Vida se impulsaban otros tipos de actividades que ayudaban a la recuperación, como por ejemplo, atención con medicina natural, masajes, talleres de pintura, artesanías, expresión corporal, y también brindaban capacitaciones de nuevas tecnologías y cine-debates.
“Todos los años llevábamos adelante actividades y marchas el 25 de noviembre, buscando visibilizar y ayudando a que Iguazú tome conciencia de esta problemática que siempre existió, pero que en los últimos tiempos es más visible, ya que las mujeres entienden que tienen derechos y que no deben estar sujetas a una sumisión por parte de su pareja”, señaló Blatter.
Sin embargo, tras trabajar durante diez años, en 2017 el Centro Camino a la Vida tuvo que cerrar sus puertas debido a la falta de subsidios, ya que cada una de las mujeres que ayudaban a las víctimas lo hacía ad honoren y debían trabajar en forma paralela para mantener a sus familias y además hacerse cargo del alquiler de la casa donde atendían y desarrollaban los talleres.
Respecto de esta situación, Nieto tomó la palabra y contó que “elevamos proyectos a Posadas y también solicitamos ayuda al Estado nacional, pero no hemos logrado obtener los fondos necesarios para los gastos fijos de la sede y el centro se disolvió, no obstante, las personas que nos conocen aún se acercan para pedir ayuda y tratamos de asesorarlas de la mejor manera posible”.


Estadísticas en Iguazú

Así como en el país, en Puerto Iguazú los casos de violencia familiar y de género han aumentado considerablemente, aunque las autoridades consideran que no hubo un incremento en los hechos, sino que en los últimos tiempos las víctimas se animan a denunciar más.
En este contexto, los datos proporcionados por la Policía de Misiones, solamente en jurisdicción de la Unidad Regional V durante el mes de mayo, arrojan que fueron 31 los hombres que terminaron arrestados por hechos de violencia de género o por desobedecer prohibiciones de acercamiento. La cifra arroja el alarmante promedio de un detenido por día.
Según consignaron fuentes consultadas, cada víctima que realiza la denuncia en la Comisaría de la Mujer, recibe contención y asesoramiento por parte del Juzgado de Instrucción Tres. No obstante, se observa que muchas de las denuncias son retiradas por las víctimas, aunque pasado un tiempo vuelven a formularlas. Actualmente, en Iguazú funciona la Dirección Municipal de Familia y Mujer, pero no han logrado obtener buenos resultados, ya que muchas veces la víctima recurre allí solamente en un momento de pánico, pero luego deja de asistir y el organismo no cuenta con la estructura necesaria para dar un seguimiento individual.

31

Sólo en jurisdicción de la UR V, fueron 31 los hombres detenidos por hechos de violencia de género o por desobedecer prohibiciones de acercamiento.