¡Basta!

domingo 16 de junio de 2019 | 6:00hs.
¡Basta!
¡Basta!
Jorge Posdeley

Por Jorge Posdeleyfojacero@elterritorio.com.ar

Eran cerca de las 8.30 del último 16 de mayo cuando el sol empezó a dispersar las casi únicas neblinas de frío que se registraron en la provincia este año.
A medida que la bruma se dispersaba, al cementerio municipal de Jardín América empezaban a llegar en soledad y a paso lento varias mujeres que querían darle el último adiós a una antigua vecina de Colonia Oasis.
Ese día era el entierro de Estela Arapayú (47), quien durante una semana estuvo desaparecida hasta que se transformó en la cuarta víctima de femicidio en Misiones.
El desenlace dejó al descubierto una larga historia de padecimientos y sometimientos que la mujer sufría a manos de su pareja.
Lo que sucedió ese día fue que, al margen del dolor propio del último adiós, en el camposanto también emergieron historias de otras mujeres que sufrieron el mismo flagelo en manos de sus ex parejas.
Sin siquiera ser consultada, pero visiblemente movilizada por el contexto, otra de las vecinas contó: “Yo también sufrí a un hombre violento, pero pude separarme. Fue hace como 25 años. Él venía borracho por las noches, entraba a los golpes y después también me pegaba a mí, me zamarreaba. Una vez hasta me arrastró de los pelos por la casa”.
Los testimonios dejaron a la vista una problemática que se expande a lo largo y ancho de la provincia. Los contextos de violencia continúan presentes y muchas mujeres siguen siendo hostigadas, menospreciadas, maltratadas y golpeadas hasta matar, lo que marca que todavía queda mucho camino por delante tanto en la prevención como en la concientización, pero, fundamentalmente, en esa lucha por generar un cambio de paradigma que erradique las conductas patriarcales y los antiguos mandatos sociales que continúan rigiendo la vida en sociedad.
Hace ya una década, cuando la violencia de género era un tema del que muy pocos hablaban, hubo mujeres misioneras que tras escapar del drama, decidieron brindar su tiempo para ayudar a otras que estuviesen atravesando lo mismo.
Así fue que surgieron grupos de asistencia, tanto en Posadas como en Puerto Iguazú, cuyas integrantes fueron entrevistadas para este informe y ahora, diez años después, admiten que todavía queda mucho por recorrer.
Reeducarse y deconstruirse, consideran como claves para empezar a poner fin al flagelo. Ambos términos suelen ser muy utilizados, pero muy pocos lo comprenden o quizás no muchos están dispuestos a hacerlo. El respeto y la empatía por el otro marcan el rumbo hacia una sociedad más justa y libre en cuestión de género. Entender que muchos pensamientos, comportamientos y prejuicios que tanto hombres como mujeres fueron incorporando desde su niñez hoy necesitan ser repensados y otros erradicados por completo.
“Las personas de 30 años para arriba estamos atravesados por el patriarcado, entonces si al varón no se le reeduca al igual que a la mujer, va a seguir existiendo esa brecha en cuanto a su forma de comunicarse y actuar hacia las mujeres”, dijo, entre otras cosas, la promotora de género Verónica González (47) en una de las tantas entrevistas en este informe.
La luz de esperanza -como siempre- se sustenta en los jóvenes que hoy empiezan a desarrollarse con nuevas corrientes sociales basadas en perspectiva de género, pero en el mientras tanto existe una gran mayoría que todavía no puede -o no quiere- perder ese lugar de preponderancia por sobre la mujer que erróneamente incorporó en contextos culturales ahora arcaicos. Y si en las ciudades más urbanizadas estos comportamientos siguen latentes, qué pensar en las colonias más remotas de la provincia.
Es ahí donde se sustancia gran parte de la lucha llevada adelante tanto por víctimas que pudieron salir de la violencia como por mujeres voluntarias dispuestas a dar lo suyo para ayudar a otras, como así también por funcionarios políticos, policiales y judiciales que impulsan el necesario cambio de paradigma.
El informe contó con la colaboración de las periodistas Norma Devechi (Puerto Iguazú), Cynthia López (Eldorado) y Carina Martínez (San Pedro).