"Los dos géneros necesitan la misma deconstruccion"

domingo 16 de junio de 2019 | 6:00hs.
Verónica empezó a ayudar a otras víctimas hace casi una década.
Verónica empezó a ayudar a otras víctimas hace casi una década.
Jorge Posdeley

Por Jorge Posdeleyfojacero@elterritorio.com.ar

Verónica González (47) es fotógrafa independiente, tiene cinco hijos y fue víctima de violencia de género.
Afortunadamente, ella pudo romper el silencio y salir del calvario que sufría, pero no se quedó allí. Actualmente es promotora de género e integra el grupo Progen, mediante el cual ayuda, asesora y contiene a otras mujeres atravesadas por historias violentas.
“Nosotros hace diez años que nos conformamos como grupo. Era un proyecto que vino de las Naciones Unidas en la Asociación Jardín de los Niños. La mayoría de las mujeres que fuimos a ese lugar eramos personas que habíamos pasado por situaciones de violencia de distintas maneras y la idea fue capacitarnos y fortalecernos”, contó Verónica al comienzo de una nueva entrevista brindada a El Territorio.
La mujer explicó cómo fue dar el paso de víctima a promotora de género para poder ayudar a otras muchachas que hayan atravesado o estén atravesando lo mismo que ella. El proceso, según explicó, implicó reconocerse a sí misma, reeducarse y deconstruirse.
“Nos llevó seis meses. Fue una capacitación profunda. Hubo que desaprender todo lo que son los prejuicios y los roles asignados a través del género. Desde una mirada distinta fuimos aprendiendo que la violencia es una conducta aprendida y que se puede desaprender. Partiendo de esa base es que nos deconstruimos a nosotras mismas y nos reconocimos como sujetos de derecho. Lamentablemente estamos en una sociedad machista en la cual está muy jerarquizado la cuestión del género y las mujeres llevamos una desventaja en cuánto al poder que se la da al varón por el sólo hecho de ser varón”, explicó.
Verónica señaló la importancia del Progen, mediante el cual realizan varias actividades basadas en distintos ejes. Uno de ellos, según explicó, consiste en las charlas y capacitaciones que brindan en distintos barrios de Posadas, pero no sólo teniendo a mujeres víctimas como destinatarios, sino también a adolescentes y niños, además de participar en encuentros tanto en escuelas primarias como secundarias.
Pero otro rol fundamental que cumplen es brindar acompañamiento a las víctimas. “La violencia no tiene día ni horario y cuando las mujeres buscan ayuda tenemos que estar para acompañar. Después de la denuncia comienza un camino mucho más largo y hay que brindar acompañamiento en todo ese proceso o la ‘ruta crítica’, que es como se le dice”, detalló la entrevistada.
Sin embargo, hasta llegar a la denuncia, hay un arduo trabajo de asistencia anterior, ya que para Verónica es fundamental el acompañamiento previo para que esa mujer que esté sufriendo violencia sienta la contención necesaria para poder romper ese silencio que, por distintos factores, no se atreve a romper.
“Con todo lo aprendido nosotros podemos ver a esa mujer que no se anima a romper el silencio. Lo notamos. Entonces ahí la acompañamos, le damos charlas de autoestima, de empoderamiento, de lo que es el círculo de violencia y los distintos tipos de violencia. Entonces, después, en los talleres comienzan a romperse esos silencios, empiezan a hablar y a contar”, contó Verónica, quien consideró fundamental que el ejemplo que ellas brindan como ‘sobrevivientes’ de la violencia sirve como envión para otras pero también para saber que cuentan con un grupo que las va a contener en todo el proceso ulterior a la denuncia policial.

Deconstruirse
En cuanto a la relevancia de su labor y la de las demás integrantes del grupo, Verónica destacó que lo “importante es que sigamos aportando a esto de deconstruirnos, porque ahí está la violencia implícita, los mandatos sociales, las formas de pensar y de actuar, que muchas veces uno piensa que es normal y no, no es normal”.
En este sentido, profundizó aún más en el tema e incluyó al varón, en la búsqueda de realizar un proceso conjunto de deconstrucción. “Desde mi rol y experiencia, veo que ahí tenemos que fortalecernos más y no solamente las mujeres, sino también involucrar a los varones. Porque si bien la mujer necesita autonomía y poder sobre ella misma, el varón también necesita educarse. Los dos géneros necesitan el mismo proceso de deconstrucción”, dijo.
En este punto, la mujer consideró fundamental que el proceso trascienda generaciones. Verónica observa que en los varones menores de 30 comienza a verse un cambio de mentalidad, pero la labor más ardua se concentra en los que superan ese límite etario.
“Tenemos que entender que las personas de 30 años para arriba estamos atravesados por el patriarcado, entonces si al varón no se le reeduca al igual que a la mujer, va a seguir existiendo esa brecha en cuanto a su forma de comunicarse y actuar hacia las mujeres. El varón necesita comprender que las mujeres tenemos los mismos derechos que ellos”, señaló.
Y dejando de lado las distinciones, Verónica fue más allá y profundizó la idea. “Tenemos que tratar de juntar a todas las personas, sin discriminación de género, sea varón, mujer o aquellas que tienen la identidad autopercibidas, tenemos que pensar con diversidad de género. Aquí lo que falta es poner en equilibrio los derechos humanos, entonces creo que desde la perspectiva de género busca eso, lograr la igualdad y la equidad”, culminó.