Concepción atesora la historia de Misiones en su casa de libros

domingo 01 de marzo de 2020 | 6:00hs.
Los jóvenes asisten a clases de tutoría gratuita en la Biblioteca.
Los jóvenes asisten a clases de tutoría gratuita en la Biblioteca.
Belén Spaciuk

Por Belén Spaciuksociedad@elterritorio.com.ar

La Biblioteca Popular Bartolomé Mitre, ubicada en Concepción de la Sierra, es una de las más antiguas de la provincia. Y, además de preservar documentación histórica de Misiones, cumple también una función social muy importante: acercar el conocimiento y la pasión por los libros al pueblo que fue fundado sobre la reducción homónima.
Con 108 años de historia, siendo institución y patrimonio de la localidad, el edificio atesora entre sus estantes y bitácoras la historia de toda Misiones. “En esta biblioteca guardamos y protegemos el patrimonio de todos”, supo resumir Oscar Pankiu, presidente de la Biblioteca Popular de la localidad en diálogo con El Territorio.
Con admirable labor, tanto Oscar, quien permanece a cargo de la comisión directiva de la casa de libros hace ya dos mandatos, como también las demás comisiones que transitaron durante los más de cien años que tiene la biblioteca, los socios se destacan por preservar libros, actas, documentos, objetos, fotografías, piezas de arcilla y otros tantos elementos valiosos que hacen a la historia de la tierra colorada.
Según su acta de fundación, preservada hasta el día de hoy como una reliquia del siglo pasado, la casa de los libros fue creada el 25 de junio de 1911, en una asamblea organizada por el personal directivo y docente de la Escuela 27, que en aquel entonces, funcionaba solamente para las niñas de la localidad.
Allí, con la firma del presidente, vicepresidente, secretarios, vocales, tesoreros y demás presentes documentados en el acta, se conformó la centenaria biblioteca que en la actualidad funciona como pública y popular.
Por aquel entonces, yacía en las instalaciones del colegio de niñas. Pero en 1926, el proyecto se extendió a la comunidad entera mediante una donación de la municipalidad local, con el fin de que el espacio de conocimiento y amor por los libros, se convirtiera en una cuestión pública.
Desde ese día, permanece abierta al público y recibe la cotidiana visita tanto de sus asociados como de grupos escolares, delegaciones asociaciones, clubes y comisiones, entre tantos otros.
Pero, la concurrencia a la biblioteca no siempre fue tan multitudinaria. “Siempre tuvimos la intención de que el lugar esté abierto a la comunidad, para que el pueblo pueda nutrirse de la biblioteca. Sin embargo, hubo un período de transición en el que el edificio no tuvo mucha concurrencia. Permanecía siempre con sus puertas abiertas, sí. Pero los habitantes del pueblo no se acercaban así como tampoco se promovían actividades, desde la organización, que invitaran a los ciudadanos a entrar a la casa”, explicó Pankiu.
“La gente pasaba y sabía que aquí estaba la biblioteca, pero no se vinculaba con ella. Con el tiempo, dejó de tener participación activa y algunos hasta nos confesaron que no sabían que aquí funcionaba la biblioteca, sino que creían que era una oficina municipal de archivos”, agregó.
Pero hacia el año 2000, la Bartolomé Mitre decidió que “si el pueblo no concurría a la biblioteca, ellos concurrirían al pueblo”, contó el actual presidente. Fue así como, bajo la gestión de Pablo Babi y Mario Barroso, dos de los miembros más activos y recordados de la casa de libros y en cuyo homenaje las dos nuevas salas de ampliación llevan sus nombres, comenzaron un arduo trabajo de vinculación entre la biblioteca y el pueblo.
Primero, con el bibliomóvil, haciendo lectura con docentes jubilados que forman parte de la organización y trabajan en conjunto. Alicia, Tula, Luis y otros tantos miembros de la comisión recorrían las escuelas y compartían cuentos con los niños.
En temporadas de clases, salían con megáfonos a la puerta de la biblioteca e invitaban a todos los que pasaban por la vereda o yacían en la plaza céntrica a escuchar cuentos e historias de los más de 15.000 libros que custodian.
A veces, contaban cuentos infantiles de libros de antaño, ya que atesoran cuentos de más de 100 años. Otras tantas, las historias eran modernas y coloridas. Y en ocasiones, los cuentos hacían referencia a situaciones históricas vividas en la región, ya que Concepción también cuenta con la ventaja de tener escritores que dedican su tiempo libre a compartir sus textos con los lugareños.
Además de ello, la comisión también suele prestar la casa a varias asociaciones que necesitan un espacio o punto de encuentro. Así se realizan reuniones organizativas, talleres de diversos rubros y otras tantas actividades en la casa que abre sus puertas a la comunidad.
Incluso, en temporada de vacaciones, la Bartolomé Mitre le cede un espacio a los talleres de tutorías de verano.
De esa manera, bajo la coordinación de la profesora Norma Szylak, los jóvenes del secundario e institutos superiores reciben apoyo de docentes especializados para preparar sus materias antes de rendirlas. Las tutorías son gratuitas para los alumnos que cuentan con el asesoramiento de profesores voluntarios y el apoyo bibliográfico de la biblioteca.
En ese sentido, “este año también trabajaremos con las escuelas rurales, que están en las colonias cercanas. Como para ellos es un poco complicado llegar al pueblo, queremos implementar un trabajo en conjunto con los docentes para armar cajas de libros -de acuerdo a lo que van a usar y necesitar durante el ciclo lectivo- y se los vamos a entregar a las escuelas. De esa manera, acercamos los libros de la biblioteca a todos los rincones del departamento de Concepción”, adelantó Pankiu.
Además, desde la biblioteca llevan también adelante un proyecto de extensión hacia Santa María ya que el municipio, que pertenece al departamento de Concepción, no cuenta todavía con una biblioteca popular.
De esa manera, la relación entre la comunidad y la casa de libros se ha ido consolidando estrechamente al pasar los años. Al punto que, hoy día, los docentes envían a sus alumnos a buscar información a la biblioteca. Incluso ha aumentado el número de asociados. Y hoy, “todos saben donde estamos. Nos visitan y eso nos hace muy felices”, destacó el presidente de la comisión.

La historia custodiada
La Biblioteca Popular Bartolomé Mitre, funciona de lunes a viernes en el horario de 7 a 12. Pero, además de ello, también abre sus puertas por la tarde, cada vez que hayan visitas o reuniones programadas y es atendida y cuidada por los miembros de la comisión directiva.
En sus instalaciones atesora valiosísimos documentos que hoy son reliquia histórica: Atlas geográficos de la organización de las reducciones jesuíticas, escritos en latín y francés; reseñas históricas del 50° aniversario de la refundación de Concepción de la Sierra; libros de música instrumental que datan de 1929; colecciones de medicina antigua, un libro del territorio de las Misiones de 1883 con ilustraciones dibujadas y cuentos antiquísimos, entre otros tantos documentos históricos preservados entre los estantes, con los cuidados pertinentes que requieren.
Además de los libros, una vieja máquina de escribir, una prensa antigua, un cuadro de Bartolomé Mitre otorgado desde la creación misma de la Biblioteca, en 1911, y hasta restos de las reducciones jesuíticas como clavos, grabados en arcilla e impresiones de la época, también forman parte de los valiosos tesoros que preserva y comparten espacio en la biblioteca.
Un lugar que nuclea a la sociedad, se amiga con las nuevas tecnologías al contar con wifi, fotocopiadora y mucho material digitalizado, además de proteger la historia documentada más antigua de la provincia.