¿QUERES RECIBIR NOTIFICACIONES DE LAS NOTICIAS MAS IMPORTANTES? HACE CLICK ACÁ

Un vínculo familiar que fue creciendo con cada brazada

domingo 02 de junio de 2019 | 6:00hs.
Camila (17) y Juan Pablo (20) hoy disfrutan de la competencia en la pileta
Camila (17) y Juan Pablo (20) hoy disfrutan de la competencia en la pileta
Roxana Ramírez

Por Roxana Ramírezdeportes@elterritorio.com.ar

“Un día me compré un cronómetro y fui a una competencia. Cuando el entrenador me ve, me dice: ‘No tomes el tiempo, no es tu rol, sos el papá, sentate y disfrutalo”, y hasta hoy está guardado el cronómetro en un cajón”, dijo entre risas Juanjo Bande.
A veces, con el afán de ayudar, un padre puede interferir en el proceso de crecimiento en el deporte de un hijo. Es que al comienzo resulta fácil traspasar los límites, probablemente sin darse cuenta. Pero esta anécdota fue parte del proceso de maduración que tuvo Juanjo con sus hijos nadadores del Capri, Juan Pablo (20) y Camila (17), quienes hoy disfrutan de un vínculo sano.
“Al principio uno quiere que ganen y después te vas dando cuenta de que no es importante. La idea es que estén participando, se sientan bien y disfruten. Fui modificando muchas actitudes; al principio por ahí se tiraba a nadar Juampi y me salía el: ‘Dale, Juampi ¡Vamos!’, y cuando salía del agua, él me decía: ‘Para qué gritás, si no te escucho’”, compartió con picardía el padre de familia.
Sobre esta actitud, Juanjo dijo que “desde ahí uno va aprendiendo a comportarse o actuar de una manera diferente ante esas circunstancias. Últimamente ni viajo con ellos; al principio iba a los nacionales, pero ahora ya no, respeto eso”.
Por su parte, Camila es la más reticente a la presencia de su padre en un torneo, sobre todo por el apoyo que recibe y por el hecho de no poder conseguir lo que ella misma se marca como meta. “Yo me siento muy bien con ellos. Capaz no van a todas las competencias, pero sé que me están apoyando desde Posadas; soy una agradecida por el esfuerzo grande que hacen por mí económicamente”.
Y agregó “capaz antes me gustaba más que me vayan a ver, pero ahora es como que me siento más cómoda cuando no van, porque quiero dar lo mejor de mí y ellos ponen todo para que yo esté en la pileta, y siento presión, pero en un sentido positivo. Así que mejor es si voy solita”.
En tanto, Juampi se apoyó en las palabras de su hermana y asintió sentirse también agradecido: “Siempre dejan todo para que viaje a los nacionales y a los internacionales. También cuando era chico sentía que tenía un respaldo de alguien”.
En la actualidad, Juan Pablo vive con su padre Juanjo y Camila con su mamá Teresita, pero los cuatro siguen tirando del mismo carro.
“Trato de darle las herramientas para que hagan lo que les gusta. La natación se les prendió y veo que les da muchas cosas… ellos tienen una disciplina que otros chicos no tienen, Juan Pablo no sale los fines de semana y resigna mucho para estar en competencia, y yo sólo los acompaño porque veo el esfuerzo que hacen de venir a entrenar a las 5 de la mañana, también a la tarde lo hacen, y estudian en el medio”, dice Juanjo.
Cada uno en su lugar
Por otro lado, en este contexto de competencia, hay lugar para que los egos a veces sean más importantes que el disfrute y los padres pongan en foco el trabajo de entrenador y no en su conducta.
“En todos lados se ve eso. Hay conflictos de padres que ven mejor otros sistemas de entrenamiento, pero dentro de todo se convive”, señaló Juanjo.
Por su lado, Camila explicó que vio “compañeros que se sienten presionados por los padres. Y en ese caso estoy agradecida por los que me tocaron a mí, porque nunca me obligaron a seguir o a venir a entrenar y lo dejan en mis manos y eso es muy importante. Además, en algunos casos veo que afecta en el rendimiento”.
Y en introspección, Juanjo resaltó que, como padre, “a veces uno quiere que ellos sean lo que uno no pudo ser. El exitismo es algo natural, claro que me gustaría verlos en un juego olímpico, pero lo que trato es de no pasarles la presión, porque en definitiva a mí me gusta que hagan el deporte, que se diviertan y disfruten de los viajes porque esos recuerdos les van a quedar para toda la vida. Después lo que se vaya dando se dará por su propio peso y por el esfuerzo de ellos”.
Para finalizar, Juampi le dio una caricia con palabras ante su emocionado papá y señaló que “mis padres son lo mejor que me pasó. Hay una canción que dice: ‘Mi papá es Dios’, y lo es para mí también”.