Los profesores y los chicos necesitan un vínculo sagrado

domingo 02 de junio de 2019 | 6:00hs.
En la Franja, los coordinadores entendieron que los pibes y los entrenadores deben tener su espacio.
En la Franja, los coordinadores entendieron que los pibes y los entrenadores deben tener su espacio.
Desde hace un par de años que las divisiones inferiores de Guaraní comenzaron un trabajo profundo para cambiar sus horizontes. Que los jóvenes misioneros lleguen a Primera y que sean los protagonistas de los equipos es solamente una arista de un proyecto más grande.
Esa es la parte, si se quiere, profesional. La que atañe a quienes piensan en el fútbol como una posible salida laboral o, al menos, como algo a lo que se quieren dedicar durante un tiempo de sus vidas. Pero qué se hace con los chicos que recién empiezan y sobre todo ¿qué hacer con los padres?
Ese es uno de los grandes desafíos que atraviesan fin de semana a fin de semana los profesores y los chicos que juegan en las inferiores de la Franja.
Juan José Ríos, uno de los coordinadores de las inferiores del conjunto de Villa Sarita, contó que crearon un reglamento para los chicos y los padres, para tener una convivencia más llevadera, sobre todo durante la semana cuando los pibes entrenan.
“Este año en los entrenamientos los padres tienen un sector especial hasta donde pueden llegar. No permitimos que estén cerca de las canchas, de los profes, ni de los chicos. Esto ayudó muchísimo a bajarle los decibeles a los padres”, contó Ríos en referencia a una de las medidas que tomaron en el club.
“Padres conflictivos siempre va a haber, tratamos de manejarlos”, explicó quien tiene que tratar todos los fines de semana con quienes se creen más importantes que los pibes o los árbitros.
Además del reglamento, Ríos contó que crearon grupos de WhatsApp en los que siempre tratan de recalcar los límites que, tanto chicos como grandes, deben tener a la hora de estar en la cancha o sus alrededores.
Deberá llegar el día en el que todos aprendamos a comportarnos dentro y fuera de un campo de juego, pero mientras tanto tendremos que respetar los reglamentos que impongan los clubes, sobre todo para proteger a los más chicos.