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Un camino de tiza para integrar a los niños

viernes 06 de diciembre de 2019 | 6:00hs.
Julio Pereyra
Trabajan con lenguas de señas, comunicación alternativa aumentativa, estimulación temprana, alfabetización y apoyo escolar
Trabajan con lenguas de señas, comunicación alternativa aumentativa, estimulación temprana, alfabetización y apoyo escolar
El docente Julio Pereyra, impulsor del proyecto Escuelitas ambulantes, caminos de tiza, resultó entre los diez nominados al Misionero del Año 2019, galardón que otorga El Territorio a quienes desde sus acciones promueven un mundo más justo.

El profesor es especialista en pedagogía diferencial comunitaria y estimulación temprana de niños con discapacidad. Su trabajo lo realiza en articulación con las instituciones formales para lograr la integración y la inclusión en la enseñanza de niños que están fuera del sistema o tiene trayectos irregulares.
Uruguayo de nacimiento, el educador hace nueve años se lanzó por los caminos de su país y de la frontera con una iniciativa innovadora en educación, atendiendo a los contextos más desprotegidos.

En Argentina, realizó tareas en Corrientes, Chaco y Formosa y, hace dos años arribó a la tierra colorada. Con una camioneta recorre Andresito, Yacutinga, Colonia Roca Chica, Gobernador Roca, San Gotardo y Capioví. En esos lugares, en colaboración con un equipo de profesionales desarrolla una red de trabajo colaborativo con escuelas, Caps, comunas y familias -siempre que sea posible- con el fin de propiciar el acceso de los chicos de la ruralidad y de comunidades mbya a los derechos básicos de educación, salud, alimento, vestimenta y una infancia segura.

“Nos movemos bastante y no paramos en vacaciones, porque los niños que requieren cuidados especiales como estimulación temprana no pueden esperar y tampoco aquellos que esperan un plato de comida”, explicó Pereyra, que este año fue reconocido por su labor internacionalmente. Al enterarse de que fue uno de los elegidos de la gente por su vocación de enseñar, expresó: “Es un orgullo que la gente conozca nuestro trabajo, hay tanto por hacer, en la capital por ahí no se conoce tanto la frágil condición de los chicos en los lugares alejados”.

Sobre la labor cotidiana indicó que “en muchos lugares tenemos un lindo vínculo con las escuelas y se da este intercambio de poder ayudar para que los niños puedan reinsertarse en las escuelas, hay que veces no se puede pero nosotros seguimos igual. Hay que decir que no tenemos ayuda del Estado ni de ninguna organización, sí hay personas que nos colaboran con elementos, porque no recibimos dinero, pero pedimos por ejemplo una silla de ruedas o material didáctico”.
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