Subversión

domingo 28 de junio de 2020 | 5:30hs.
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Por Roberto Abinzano Escritor

Cuando Ricardo Arizpe consiguió, por una recomendación, entrar a trabajar en una importante agencia de publicidad, sabía que con eso solo no bastaba y que iba a necesitar de todo su ingenio para pasar el período de prueba y conservar el empleo. Lo primero que le encargaron fue diseñar una campaña para promocionar el detergente llamado “Limpiarola”, único con ciclointrasulfato de permanganoxilina.
Sus primeros pasos consistieron en ver muchas horas de televisión y tomar nota de todos los productos de limpieza ofrecidos y la manera reiterada de hacerlo. Por supuesto, lo primero que observó, fue que todos los mensajes eran dirigidos a las mujeres y protagonizados por ellas. Después de unos cuantos días de trabajo presentó ante el directorio de la firma la siguiente propuesta.
El guapo (digamos, Anastacio Sarabia) está lavando los platos con el chambergo puesto, lleva lengue y calza botines de taco militar. Su pantalón es franjeado. En su cinto ancho de cuero se observa la vaina de plata donde reposa la daga. De pronto se abre la puerta y entra (digamos, el “Ñato” Leandro Barraza) que viste igual que Anastacio, casi calcado. Mira a su amigo y comienza a reírse a carcajadas.
- ¿Que te causa tanta risa, Ñato..?…!hablá!….
-¿Como podés lavar todavía con esa porquería de “Raspagrasi” en polvo? ¿no sabés que salió el nuevo “Limpiarola” con el ciclointrasulfato de permanganoxilina?
- “No te permito, eso lo vamos a resolver en un duelo como corresponde”
- “Bueno, te espero bajo el farol a media noche”
Todo el arrabal se da cita. A lo lejos, se oye “la voz del bandoneón”. El farol, testigo de tantos duelos ilumina la escena. Ambrosio y el Ñato llegan a la hora señalada, se colocan sus delantales, sus guantes de goma y se enfrentan cada uno a una inmensa pila de platos sucios. Las mujeres ríen y cuchichean. Un hombre saca un revolver, tira al aire y el duelo comienza. Reina una moderada algarabía.
En pocos minutos, el Ñato termina tu tarea y levanta orgulloso, en medio de aplausos, el envase de “Limpiarola” (toma en primer plano del envase)
Anastacio, con los platos a medio lavar, se saca el delantal y gruñendo se pierde en la noche del polvoriento arrabal para nunca regresar (zoom interminable).
El aspirante a publicista creativo fue echado de inmediato por sus ideas peligrosamente subversivas.

Relato inédito. Abinzano es profesor emérito de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Misiones