Reacciones duras o flexibles, el impacto mundial de la cuarentena

domingo 26 de abril de 2020 | 6:00hs.
El cuadrilátero de la moda en Milán luce sin turistas.
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El coronavirus Covid-19 se identificó por primera vez en diciembre de 2019 en la ciudad de Wuhan,​ China. Una zona con una población de 11 millones de habitantes. Los casos comenzaron a diseminarse y la ciudad se cerró el 23 de enero, ante la evidencia de que los contagios comenzaban a rodar por el país y el mundo. Permaneció 77 días blindada.
De esta forma, Wuhan fue el modelo que se impuso en buena parte del mundo. La clausura fue caótica, en horas más de cinco millones de personas escaparon de Wuhan para no quedar aislados. De ahí en más el gobierno chino arrancó con duros controles.
El 8 de abril el fin de la cuarentena china no tuvo nada de normalidad. Se trató de una reapertura con gente traumatizada por haber vivido lo inimaginable, controles sin precedentes y reglas en constante cambio ante la posibilidad de una segunda ola de contagios.
Hasta ayer, el gigante de Asia contabilizaba 84.311 casos confirmados, 77.346 que lograron recuperarse de la enfermedad y 4.642 muertes.
Pero hay discrepancias con las cifras. Esas diferencias podrían tener repercusiones fuera de China, ya que con la parálisis económica que causó la pandemia muchos lugares desesperados por retomar la actividad miran a Wuhan a la hora de evaluar cómo seguir.

El éxito de Vietnam
A diferencia de otros países asiáticos más ricos, Vietnam, con un sistema de salud precario y una capacidad de testeo limitada, se las ingenió para combatir al coronavirus con éxito. La nación que comparte 1.400 kilómetros de frontera con China tenía hasta ayer 270 casos positivos de los cuales 225 lograron recuperarse. Y ningún muerto.
Su cercanía y estrecho vínculo con China no ayudaron. El virus ingresó temprano, por lo que el gobierno no pudo aprender de los errores y aciertos de otros países.
Sin embargo, a pesar de todas estas desventajas, se ganaron elogios por su reacción rápida frente a la crisis.
Prohibieron los vuelos, cerraron la frontera con China y lanzaron una amplia campaña de información.
La estrategia del gobierno comunista fue efectiva. Cuando en febrero apenas tenía más de diez casos confirmados, puso bajo confinamiento a todas las aldeas con más de 10.000 habitantes vecinas de la capital, Hanoi.
Cualquier pasajero que llegaba a uno de los principales aeropuertos tenía que someterse a control obligatorio de temperatura y completar una declaración entregando detalles de sus contactos, viaje e historial de salud. Las medidas afectaron duramente a la economía y las libertades civiles.
En Corea del Sur las medidas de distanciamiento social se limitaron a meras sugerencias. Pero con una estrategia de testeo y rastreo de contactos exhaustiva, el país logró aislar rápidamente a los casos positivos, al tiempo que pudo mitigar el impacto económico.

Italia
Epicentro de la pandemia en Europa, fue el primer país en ordenar una cuarentena obligatoria. Cerró escuelas, universidades y comercios no esenciales. A partir del 9 de marzo, los 60 millones de habitantes fueron sometidos a un confinamiento total, interrumpido únicamente por traslados mínimos al supermercado, al banco, a la farmacia o al médico. A los italianos también se les permite realizar actividad física al aire libre, pero solos y cerca de sus hogares. Al ser la primera en establecer un bloqueo social de esta magnitud, Italia se convirtió en un país de referencia para los demás que se sumaron a imitar las medidas. El levantamiento de la cuarentena será gradual en las próximas semanas. “Podremos ir al parque. Pero no organizar una fiesta”, anticiparon las autoridades que hasta ayer contabilizaban 195 mil casos y 26 mil muertes.
Y España anunció que abandonará la cuarentena adoptada hace casi seis semanas a partir de la segunda mitad de mayo y de una manera “lenta y gradual”. Las muertes en el país ibérico llegan a las 22 mil.
Y en Estados Unidos, donde los casos pisan el millón y hay más de 50 mil muertes, el presidente Trump ya piensa en reabrir la economía.
En América Latina las medidas adoptadas van desde los toques de queda y confinamientos obligatorios hasta los que no impusieron restricciones, como Nicaragua.
En Chile, por ejemplo, algunas comunas de Santiago, Punta Arenas o Puerto Williams fueron puestas en cuarentena obligatoria.
En México, el gobierno suspendió las clases a nivel nacional y recomendó (no obligó) a la población que se quedara en casa y alentó a no visitar las playas.
En la misma línea, el gobierno de Brasil hizo recomendaciones para que se mantenga el distanciamiento social pero no impuso restricciones, una medida que resultó polémica. Sin embargo, todos los estados cancelaron las actividades escolares y al menos 23 de ellos cerraron templos, playas y los comercios que no fueran esenciales.